Cap.2

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Abrió el único ojo que podía abrir y recordó lo que había pasado. Asustada miró a su alrededor pero no le veía por ninguna parte. Llorando de alivio porque estaba sola, intentó llegar hasta el teléfono y empezó a arrastrarse hasta él. Quiso gritar pero sólo le salió sangre de la boca. Después de mucho esfuerzo y llegando a un punto en que pensó que no lo conseguiría, gimió al coger su teléfono de debajo de la mesa. Marcó el uno con su dedo roto y el botón de llamada. Llorando se lo acercó a la boca. – ¡Hanna, más te vale que estés de camino! ¡Si no estás aquí en un
minuto, date por despedida!- gritó Hyungwon  al otro lado del teléfono.
Hanna gimió salpicando el teléfono con su sangre- ¿Hanna? Hanna, no estoy
para bromas...
Desesperada lloró al lado del teléfono – ¡Hanna! ¿Qué pasa?

En ese momento se abrió la puerta del despacho y Hanna gritó
desgarradoramente de pánico, hasta que se dio cuenta que era la señora Sherman la que estaba en el vano de la puerta mirándola con horror y perdió la consciencia del alivio.
Sentía mucho dolor. La cabeza la estaba matando. Intentó decir algo, pero tenía algo en la boca que se lo impedía. Se movió inquieta entre la neblina pues no podía abrir los ojos, hasta que escuchó voces que susurraban

- Tendremos que
practicarle varias cirugías faciales en cuanto se estabilice.
-¿Se recuperará?
-Todavía es pronto. La rotura de bazo le da un cincuenta por ciento de
posibilidades. – ¿Estaban hablando de ella? Se preguntó Hanna sin poder moverse.
Entonces recordó algo, un recuerdo borroso de un puño golpeándola. Una máquina empezó a sonar y Hanna pensó en que era un ruido muy molesto.
Alguien se acercó a ella –Señorita Still, ¿está despierta?- preguntó una voz
que no conocía.
Hanna intentó abrir los ojos y gimió de dolor cuando hizo una mueca- No se mueva, vamos a sedarla un poco más para que no sufra.
-¿Hanna?- la voz de su jefe la puso nerviosa y la máquina siguió pitando.
-Voy a sedarla ahora- dijo la otra voz.
-Te pondrás bien- dijo Hyungwon con voz tensa. La neblina se hizo más densa y se sintió mucho mejor- Te pondrás bien ¿me oyes? – ¿Estaba preocupado? No, su jefe no se preocuparía por ella. Con ese pensamiento se sumió en un sueño
profundo.

Señorita Still, despierte.- esa voz molesta no la dejaba dormir. Y lo que quería en ese momento era dormir el resto de su vida.
Pudo abrir algo el ojo derecho ligeramente- Muy bien- Estaba todo borroso pero podía ver la figura de una mujer sobre ella.- Así me gusta, abra esos ojitos. Lleva dormida mucho tiempo, ya va siendo hora que vuelva con nosotros.
Hanna parpadeó el ojo- No se preocupe todavía están muy hinchados.- pudo ver a una joven de su edad sobre ella. Llevaba sus rizos negros recogidos en una coleta y le sonreía. La bata blanca le indicaba que era una doctora.- Estupendo.
¿Puede verme?
Intentó sonreír pero algo se lo impedía. – Escúcheme. Tiene las mandíbulas sujetas entre sí por unos brakers para que suelde. Tiene rota la mandíbula inferior.
Hanna se acordó de lo que había sucedido en el despacho de Hyungwon y gimió- Lo sé, no intente hablar.- La chica la miró desde arriba- Ahora ya no se tiene
que preocupar por nada. Lo han cogido ¿sabe?
-¿Es necesario que le hable de eso?- Hanna se dio cuenta de que Hyungwon estaba allí e intentó mirarlo, pero estaba en el ángulo muerto de su visión.
-Tiene que sentirse segura- replicó la chica y ella pensó que debía ser una
mujer de carácter para enfrentarse a él.
-Está segura.- la voz de Hyungwon le llegó desde más cerca.
La doctora la miró sonriendo- ¿Puedo llamarla Hanna?
Ella intentó sonreír- Todos la llaman Hanna.
-Bien, pues Hanna he tenido que operarte la mandíbula y la nariz- le dijo la doctora
Hanna frunció el ceño- He intentado que la nariz volviera a su forma natural pero no ha sido posible.- la médica sonrió- Aunque ha quedado un trabajo estupendo. Ahora estás muy hinchada, pero en unos días podremos quitarte las vendas.
Hanna no se dio cuenta de que una lágrima caía por su mejilla- No te
preocupes, todo va bien.
-Hanna no llores- la voz de Hyungwon parecía angustiada- Me ocuparé de
todo.
La doctora cogió una gasa y se la pasó por la mejilla.- Tiene derecho a llorar.
Lo has pasado mal ¿verdad? – la chica sonrió- No te preocupes de lo demás. Te han operado de una rotura de bazo pero has evolucionado muy bien. Te vas a recuperar.
La doctora miró al otro lado de la cama- Y tendrás que seguir aguantando al
pesado de tu jefe.

-Mire doctora…
Hanna gimió pues lo que menos le apetecía era oír una discusión entre esos dos. La chica la miró obviamente arrepentida- Perdona, Hanna. Sobre la mandíbula tendrás que llevar esos agarres durante unas tres semanas. Será pesado, pero inevitablemente necesario. Cuando puedas comer lo harás con una pajita y serán sólo cosas líquidas. Pero de momento eso no es importante. Lo importante es que tienes descansar y sobreponerte.
Cerró el ojo agotada- Está cansada –dijo Hyungwon en tono de reproche.
-Es importante que empiece a pasar periodos despierta. Y debe empezar a levantarse.
-¿Levantarse? Por Dios, está hecha polvo.
Hanna abrió el ojo para ver que la doctora estaba a punto de explotar. Gimió y la chica la miró- Hanna, llevas una semana en la cama. En cuanto yo lo diga, tienes que levantarte y sentarte en la butaca.
Ella asintió levemente.- Buena chica, se ha comprobado que para
recuperarse es mejor levantarse durante algunos periodos.
Un gruñido al otro lado de la cama la hizo suspirar. Ni se imaginaba todo lo que habrían tenido que aguantar los sanitarios de aquel hospital. Cerró el ojo intentando no pensar en eso. –Te dejo que tengo que visitar a otros pacientes- dijo
la doctora con voz agradable.
Cuando se cerró la puerta abrió el ojo y se encontró con la mirada de
Hyungwon que se había colocado al otro lado. Le llamó la atención su apariencia. No se había afeitado y parecida que tenía ojeras.- ¿Tienes dolores?
Hanna pensó en ello y la verdad era que le dolía algo la cabeza pero nada
comparado con lo de la semana anterior. Negó con la cabeza.
Él apretó los labios y Hanna se dio cuenta de que estaba enfadado. –Todavía no te han explicado lo que ha pasado. ¿Quieres saberlo?
Ella asintió parpadeando débilmente- Te encontró la señora Sherman en mi despacho. La pobre mujer no se recuperará del susto en la vida.- se acercó a ella – ¿te acuerdas de que me llamaste?
Sí, ella se acordaba de la reacción de Hyungwon cuando lo llamó pidiendo ayuda y frunció el ceño. –Veo que te acuerdas- él se removió incómodo- Lo siento. No me podía ni imaginar que algo te pudiera estar pasando y mucho menos una cosa así.

Hanna cerró el ojo, no quería ni verlo. No sabía porque, con todo lo que le
había dicho en esos dos últimos años que llevaba trabajando para él, pero la amenaza de despedirla cuando estaba a punto de morir le erizó el vello.

-Hanna, mírame- le rogó él.
Ella no abrió el ojo. Puede que fuera irracional pero si no la hubiera enviado a su casa a recoger esas malditas notas…

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⏰ Última actualización: Mar 17, 2018 ⏰

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