La chica de mis sueños

Capitulo uno: La misma mañana de todos los años

Algo cálido y líquido y viscoso se escurría en sus manos, ella presionaba, procurando detenerlo, para que no saliera más de este, todo estaba oscuro... no, negro, todo estaba negro, por lo que no veía lo que pasaba, luego de un intento inútil por detener la fuente sintió algo cálido, quien sabe de donde, pero que la lleno completamente, eso fue algo que la hizo feliz y triste a la vez...

Se levantó agitada con el ruido del despertador, lagrimas se escurrían por sus mejillas.... otra vez, aquella mañana, la misma mañana de todos los años, se levantó con la misma pereza de siempre, la misma pesadilla de siempre, el mismo destino de.... si, de siempre. Soltó un bufido y se levantó de la cama, halla la razón que haya nunca será una excusa para levantarse de humor a las... 6:00AM?! Mascullo mentalmente, se había levantado antes de lo esperado. Soltó un suspiro más y se dirigió al baño, luego de ducharse se vistió y preparo un desayuno rápido, preparándose para ir a su destino, su triste destino.

Decidió aprovechar el tiempo libre que tenía para darle una revisada matutina a su teléfono, sin embargo, había que estar loco para entrar al face a semejantes horas de la madrugada, luego de darse cuenta que en ese viejo teléfono era imposible, opto por revisar sus fotos, de atrás hacia adelante, como siempre hacia, encontrándose con la misma historia, primero el brillo de alguien que empezaba a vivir, hace 4 años de esa foto, vio al teléfono con nostalgia, no muchos aguantaban tanto tiempo, supo que debía cambiarlo ya, luego venían las mejores fotos, ella, feliz, de ojos brillantes, sonreía sincera, se veía completa, de una u otra forma, luego las fotos de después del accidente, a medida que las pasaba sus ojos se apagaban, su sonrisa se hacía más falsa cada vez, hasta llegar al presente, con un gran vacío en su vida, una sin sentido ya, entre la felicidad y la tristeza lo único que las conectaba era ''ese hecho'' que lo había cambiado todo.

No sabía porque, pero sentía una obligación de ir ahí una vez al mes, como si pudiera remendar sus actos con esa ida, después de todo había descartado la idea de la culpa, luego de convencerse de que sea lo que sea que halla pasado en ese accidente no la tenía, volvió a suspirar y procuro disipar esa sensación que la atormentaba recordando los hechos, como siempre había hecho.

(Flashback*)

Se levantó confusa, todo era blanco, y por más que se lo propusiera no conseguía recordar cómo había llegado ahí, busco con la mirada a alguien, y encontró a alguien de cabellos rubios oscuros, recordó sus ojos café, era pequeña, si, pero pequeña moderada, de rasgos delicados, supo que era caroline, quien dormía incómodamente en un sofá y a Alex, su hermana, de cabellos negros, con sus gafas de montura roja, estatura mediana, bastante normal para su edad, de rasgos normales, era el propio diablillo camuflado, recordó que tenía ojos verdes claro, herencia de nuestra madre, durmiendo en una butaca con el teléfono en la mano. ''Maldito vicio''- pensó, soltó un suspiro, se suponía que si uno despierta en un hospital te deben esperar despiertos y con grandes ojeras y grandes barbas, ojos cansados y llorosos y grandes, GRANDES sonrisas, no dejándote a la deriva con tus pensamientos, lastima, parece que no todo es como en las películas, miro bien, ni mami ni papi están acá, ''perfecto'' me permití lanzar una sonrisa, al menos hicieron algo bien, vuelvo y cierro los ojos, esperando a que despierten.

Siento cuando una de las chicas se levantaba y espero, justo cuando siento que se sentaba y me agarra la mano, decido abrir los ojos, encontrándome con los de caroline.

-Tu.... tu - Fue todo lo que pudo decir antes de que las lagrimas corrieran por sus mejillas, ¿cuánto tiempo estuve ''dormida''?

-Hola -Sonreí confusa, de pronto no entendía nada

-ALEX! - Chillo caroline en un estridente grito que mínimo debió alertar a todas las enfermeras llamadas Alex en ese piso.

- ¿Dónde está el maldito? - dijo esta entre dientes levantándose de golpe