Sin mirar atrás.

6. Capitulo Final.

Capitulo Final: Regresos

A ti, por tus besos incondicionales y tus consejos eternos, va para ti abuela.

A S23, a Violeta y Silvia por este curso y a RMG.

A vosotros, los que me leéis día tras día, sois más que protagonista de esta historia.

1 año después.

 

Parece mentira, que cada amanecer me recuerde a los de allí, echo de menos a Albert y a su perro, las cicatrices de sus mordiscos aún permanecen en mi espalda, fue una de las pocas cosas que el tiempo no se llevó, creo que debería a empezar a contar la verdadera historia, la verdadera historia y esta vez sin mirar atrás.

Hace 1 año, Olivia despertó, al cabo de unas semanas su padre se enteró de lo que le ocurrió y decidió volver a Sant Feliu, cuando lo vi por primera vez, me sorprendió no me lo esperaba así, tenía una rostro serio, y muy firme, de vez en cuando sonreía pero muy pocas veces, solo lo vi en dos ocasiones, según me contó el doctor Ferrán, el padre de Olivia le preguntó sobre los mejores centros neurológicos ya que Olivia no reconocía ni a su padre.

Olivia me llamó y me dijo que teníamos que hablar, esa frase nunca me ha gustado, esa frase significa que va a pasar algo, algo bueno pero mayormente y en ocasiones malo, deseaba que esta vez aunque solo la posibilidad que fuese bueno era de un 1% permaneciese ahí.

Cuando me dirigí a la Cala Racó, a esa cala donde nos conocimos me vinieron a la cabeza tantos recuerdos, nuestro primer beso, el primer paseo juntos, nuestra canción, atardeceres desde azoteas, noches en vela y con finales en su cama, no había mayor escalofrío que oír su voz en mi oído.

La vi llegar, a ras de la marea, con sus zapatillas en la mano y una camiseta blanca, el atardecer le reflejaba a través de su pelo, poco a poco iba llegando hasta a mi.

–Necesitaba verte. –Me dijo.

–Yo solamente te necesitaba. –Respondí.

–Siéntate.

Poco a poco el atardecer iba cayendo y poco a poco el color del cielo se había vuelto una mezcla de naranjas con rojo, una especie de explosión infernal pero a la vez el mejor paisaje que podía existir.

–Mi padre ha decidido pagar la instancia en el centro.

Un vacío me marcó por todo el cuerpo, una sensación de profundidad, de verme perdido, estaba roto, pero tenía que parecer que no.

–Eso es una buena noticia Olivia, así por fin podrás curarte por completo.

A Olivia de vez en cuando se le olvidaba todo, y a todos, no conseguía recordar a nadie pero había veces que sí, cada vez que le pasaba eso se desplomaba sobre el suelo y necesitaban reanimarla.

–¿Sabes la ciudad a la que te vas? –Pregunté.

–Sí, Boston.

En ese momento me di cuenta de que todo estaba perdido, todo había acabado, Olivia se iría a miles de kilómetros de mi y no podía hacer nada para parar su marcha.