La primera sensacion que me invadio, fue la de un cuerpo aplastandome dejandome paralizada, luego me senti vacia e inutil, como si no sirviera para nada, y finalmente comprendi lo que sucedia. Era extraño, yo era conciente pero de alguna forma no tenia control alguno de mi cuerpo. Este se movia,hablaba, parpadeaba...pero yo solo podia ver lo que pasaba desde el interiror de mi cuerpo, como un extra pero a la vez no...¿Se comprende?
Estaba en el Instituto, escribiendo garabatos en mi cuaderno, como de costumbre. Serpientes y caracoles color rosados estampaban la hoja cuadriculada. Era evidente que la clase estaba en hora libre, de seguro algun profesor habria faltado. Por alguna razon el entorno se veia exageradamente blanco, como uno de esos focos fluoerecentes que se usan para ahorrar energia. Mi compañera de banco se habia levantado y yo estaba sola en el pupiptre compartido, frente a mi un grupo de alumnos hombre reunidos alrededor de la mesa de Rebeca Mare, valla sorpresa . Todos reian y comentaban cosas que no alcanzaba a oir. Se veian contento, a eccepcion de uno. Un muchacho alto, delgado, con el cabello increiblemente oscuro y la piel contratante de porcelana yacia de brazos cruzados con las facciones del rostro tensas pero a la vez espectantes. Me vio. No, fue mas que eso...me contemplo. Como si pudiera susrrarme con la mirada. El sujeto camino con paso lento hacia mi, sin quitarme los ojos de encima. Aun despues de haber volteado el rostro en direccion a mi cuaderno sentia como su mirada me causaba estremecimientos.
- Jade.
La forma en que dijo mi nombre fue semejante a la de un trozo de cinta despegandose de un cristal. Me penetro una misteriosa sensacion de asombro, de calor, de proteccion. Me senti segura.
Lo mire, el tenia la mirada serena, negra con pequeños destellos...¿rojos?
- Sabes porque estoy aqui.- Dijo espectrante. Fue una afirmacion, no una pregunta. - Tenemtos que hablar, Jade.
Era verdad. Sabia que el estaba aqui para resolver asuntos ¿pendientes?. Como podia tener pendientes con alguien que nunca habia visto. ¿o no? ¿Lo habia visto antes? De alguna forma sentia que lo conocia.
-Habla- dije intentando no tartamudear.
-No, aun no.
-¿Por que?
-No es seguro.
- ¿De que hablas?
-El viernes. A la noche. Pasare por ti. - Su manera de pronunciar las palabras las convertia en tempanos de hielo. El era un tempano de hielo. Frio. Helado.
-¿Por mi? ¿A donde?. - El esboso uns pequeña pero honesta sontisa torsida. Tenia la apariencia de un chico malo que sentia una inopurtuna ternura por un bebe. Entonces coloco una de sus manos en mi mejilla delicadamente. Como si yo fuera fragil. Antes de que rosara mi mejilla con su mano sent panico. Sin embargo, cuando me toco...no senti nada.
-Eres hermosa...-Pronuncio como un suspiro.
Entonces, desperte.
Zeth.
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ESCARLATA
VampireUno, Dos, Tres...Ochenta y cinco, ochenta y seis... Nombro los números tibiamente en mi cabeza esperando que la respiración se me normalice. Ochenta y nueve, noventa... Los azulejos del baño donde estoy apoyada están mucho mas fríos que de costumbre...