Capítulo 2📜

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-¡¡Mamá!! ¡QUE TE HA PASADO! ¿Dónde te habías metido?-Grité abrazándola. Mis lágrimas volvieron a caer ver a mi madre en ese estado me partía el corazón, esta si era una razón para preocuparme. Tenía un arañazo muy profundo y largo en toda su mejilla derecha, aún caía sangre pero la mayoría estaba seca, ver ese arañazo atemorizaba, era como si las garras del león más grande y feroz le hubieran hecho un zarpazo.

-Se ve que el joven es muy fuerte.- Sonrió.

-¡Mamá! ¡Aún con ese arañazo sonríes! ¿Te duele mucho? ¿Estás bien?- Seguía llorando como una niña mi corazón ardía de dolor verla así, no soportaba y menos si era mi madre.

-Tranquila Seulbi, en un momento me iré a curarme, no es un gran arañazo.

-¡Pero si es enorme y profundo! Mamá, dónde está ese chico? ¡Le voy a decir unas cuantas cosas! ¿Qué se ha creído? Voy a hacerle otro arañazo para que vea cómo le siente, además hoy llevo las uñas largas... - Ese maldito vuelve a tocar a mi madre y le reviento.

-Seulbi, tranquila, él está peor que yo, estuvo una semana en la intemperie además se resistió mucho ayer. Hija, tienes que ir al instituto, nos vemos en la tarde ¿de acuerdo? Quiero curarme esto. -Señaló su mejilla y me sonrió.

-Mamá... que no se atreva a tocarte, ¿De acuerdo?

-Trato, adiós Seulbi, suerte en el isntituto.- Me abrazó y se fue.

-Adiós,nos vemos.- Me despedí y me dirigí a la entrada del hospital con los puños cerrados de la ira que tenía, ver a mi madre así me dolía y menos si se lo hizo un joven, seguro que a ella también le dolía, tengo ya unas ganas de pegar a ese chico.

Seulbi, cálmate, pegar no es la solución.

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Al llegar al instituto, era la mirada de todas las personas. Yo no entendía el porqué pero no me importaba mucho,estaba cansada, así que simplemente me dirigí a mi aula y me senté en mi silla asignada al lado de la ventana esperando a que el profesor viniera para comenzar las clases. Las mesas estaban juntadas de dos en dos cada uno tenía a su compañero menos yo. Mi compañera y mejor amiga pasa todo el tiempo en el hospital por lo que la mayoría de veces no viene por lo que siempre estoy sola en clases. Su trauma del pasado le persigue constantemente y eso hace preocupar a los médicos.
Y pensar que antes era tan feliz...
Aunque sigue mejorando todos los días, toma tres pastillas a pesar de ser una adolescente.

Saqué mi móvil y en el reflejo vi como mis ojos estaban super rojos de tanto llorar, ahora entiendo porque todos me miraban, si con esta cara parecía un maldito fantasma.

Estaba metida en mis pensamientos hasta que una voz me sacó. Era Soojin,mi mejor amiga. Me levanté y corriendo la abracé a más no poder. La echaba de menos y que venga hoy al instituto me hace ser muy feliz.

-¡Soojin! ¡Cuánto tiempo! ¿Te dejaron venir hoy?

-Exacto, le supliqué al doctor y ya estoy aquí para sacarte una sonrisa.- La volví a abrazar y la senté en su silla.

-Venga , Soojin, prepárate para la clase, que hoy nos toca reírnos del nuevo profesor. -Era nuestra tradición para no aburrirnos en clase.

-¿Con que esas tenemos? Y pensé que habías cambiado...
Bueno, preparada para hacer dibujos cómicos de los profesores.

-Y tú tampoco has cambiado.

-Reímos y el profesor llegó mientras que nosotras reíamos en silencio, cuánto anhelaba por estos tiempos. Al fin y al cabo hoy no parece un mal día.

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Las clases terminaron y Soojin y yo salimos del isntituto para dirigirnos al hospital. Mientras caminábamos, hablábamos de historias que nos han pasado mientras no estábamos juntas, a pesar de que ella estaba en el hospital, nunca coincidíamos. Soojin se peleó con una psicóloga y tuvo que recurrir a mi madre. Dijo que mi madre le atendió muy bien y maldijo a la psicóloga gruñona.
Aunque el tema de chico con el síndrome de Cotard también salió.
Ella no sabe aún como es ni que está pasando con él, solo ha escuchado a todo el mundo hablar de él, nada más.
Yo le conté el gran rasguño de mi madre y se admiró mucho, se unió a mi clan de darle su merecido a aquel hombre.

Entre pitos y flautas llegamos al hospital, tuve que despedirme de Soojin ya que su médico le estaba esperando en la entrada para ir a su habitación. Juró que en cuanto pueda volvería a clases y nos despedimos con un gran abrazo.

Me dirigí al despacho de mi madre y allí estaba. Le habían curado la herida y ahora llevaba un gran paño en la mejilla. Le abracé y me correspondió el abrazo. Después de la típica charla de cómo estaba y todo eso me preguntó si hoy iba a ver al pequeño Min-ki.

-Mamá hoy no iré, ¿no te acuerdas?, Hoy tiene tratamiento.
Pero si que quiero ir a otra habitación, una habitación especial...

Quiero ir a la habitación del chico del rasguño.

-Seulbi, que cabezota eres. Se te ha metido muy dentro a Taehyung en la cabeza. -Dijo con cansancio.

- ¿Taehyung? ¿Quién es ese? ¿El chico del síndrome?

-Exacto, se llama Taehyung y es dos años mayor que tú.

-Pues enséñame la habitación de Taehyung

-Seulbi, el no está en una habitación normal... Está en cuidados intensivos y aunque te parezca horrible, está amarrado y sedado por lo que no está despierto.-Me admiré mucho, un chico tan joven y ya está en esas condiciones, es muy sorprendente.

-Pues mejor aún, así no hay preocupaciones de que nos haga algo.

-Que cabezota eres, y que consentida soy. Está bien iremos a verle pero sólo unos segundos y desde la vitrina. Si te traumas no es mi culpa y tampoco te ayudaré a superarlo.

-De acuerdo. ¿Vamos ya, mamá?

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Salimos y nos dirigimos a la habitación 530,la planta más alta y la habitación más alejada. Estábamos a unos metros de ella y sentía muchos nervios, cuando mi madre describió al chico fue horrible y verlo con mi propia vista será peor que verlo en una serie de zombies.

Al llegar a la vitrina donde se podía ver al chico casi me desmayo. Era peor que ver un zombie, peor que ver a Frankenstein, peor que ver a un animal muerto en la calle.
Gracias que en su cuerpo le tapaba una sábana porque sino yo ya me hubiera desmayado. Su cara...estaba llena de sangre, tenía dos moretones, uno en cada ojo y tenía muchos arañazos en toda su cara pero el más notorio era uno en su cuello. ¡Ahí pasaba una vena muy importante y es peligroso!
Sus manos todas llenas de sangre seca y manchadas de algo negro y marrón que supuse que era tierra, y sus pies negros con alguna que otra hormiga paseando en sus pies.¿Que es esto? ¿Seguro que no es un disfraz bien hecho? ¿Desde cuando un niño de 19 años puede estar así?

Y al fin lloré, era como si me metiera en su piel, dolía verle así, ¿por qué tiene que sufrir tanto? Me tapé la boca de la sorpresa y mi madre me acariciaba. Es como si su piel no fuera de color carne sino que fuera roja ya de tanta sangre.
Al lado de Taehyung había un médico, estaba desinfectando sus manos, el pobre hombre temblaba mucho y en sus ojos se podía notar compasión por ese pobre muchacho. Giré mi cabeza para buscar a sus familiares pero no había nadie. ¿En serio? ¿Por qué nadie está a cargo de él? No quiero saber la vida de Taehyung porque seguro que lo pasó muy mal...Además de que ese síndrome es tan fuerte... Me da una lástima.

-Seulbi, no llores, cálmate, sé que es horrible mirarle así pero los médicos y yo hemos prometido sanarle.- Mi madre me consolaba.

-Mamá... ¿Y sus padres?

-Fallecieron en un accidente donde Taehyung iba con ellos,él fue el único sobreviviente estuvimos buscándolo por una semana hasta que lo encontramos. Parece ser que nada más el suceso, salió corriendo del accidente mientras pensaba que estaba muerto, y estuvo viviendo en la montaña detrás de la escuela, no sé cómo sobrevivió una semana así, el pobre debió sufrir mucho. Ahora debemos intentar curarle todo para que cuando se despierte podamos hablarle y tranquilizarle ya que parece que su síndrome no le ha afectado fuertemente.

-Mamá... Quiero que se recupere.

-Eso intentaremos, tranquila.

Don't worry Be magic ≈ KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora