No tienes escapatoria eres lo que eres y aunque quieras no podrás cambiar decían las voces alrededor de Ryan, mientras que corría y corría sin rumbo alguno dentro de ese laberinto oscuro sin salida alguna y con voces que lo atormentaban recordándole el monstruo de persona que era, mientras seguía escapando de las voces que lo atormentaban gritándole:
-No podrás cambiar, siempre estaremos contigo aunque quieras olvidarnos, somos tus peor pesadilla y tus mejores aventuras, acéptalo, eres como eres nada ni nadie te podrá cambiar, gracias a tu pasado seguirás haciendo daño como lo has hecho hasta ahora a personas inocentes tratando de desquitarte, admítelo aunque quieras no podrás cambiar. Jajaja.
-Yo si podre cambiar y dejare todo atrás decía Ryan mientras seguía huyendo, ya déjenme en paz ¿Qué quieren de mí? Ya se han llevado todo, gracias a ustedes eh lastimado y perdido a muchas personas valiosas para mi y todo por su culpa, maldita sea, lárguense de mi vida, déjenme en paz solo quiero ser feliz ¡Por favor!, decía entre lágrimas mientras seguía buscando salida alguna de esa pesadilla.
Ryan se levanta en un grito ahogado por sí mismo sudando, con lágrimas en los ojos, desesperado por el sueño que había tenido, decepcionado de sí mismo por todo el daño que había echo a personas inocentes y todo por una simple venganza.
-Menos mal que fue un simple sueño decía mientras trataba de olvidar lo soñado.
Agarro su teléfono para ver la hora y se levando brincando de la cama ya eran las 9:50 am, ya se le hacía tarde para la cita que tenía con Joselyn, se suponía que se verían a las 10:30 am en la casa de ella para almorzar juntos.
Ryan sin pensarlo dos veces se metió al baño para darse una ducha rápida, al salir se encontró con su mamá sentada en la esquina de su cama husmeando su teléfono.
-¿Mama que rayos haces husmeando mi teléfono? dice Ryan en tono enojado.
MAMA: Nada, además soy tu madre y tengo derecho, en esta casa no hay secretos ¿qué ya lo olvidaste?
Ryan: no mamá, no lo eh olvidado lo siento solo que ya voy tarde para un cita con una amiga.
MAMA: ¿Con que permiso? a mí no me has dicho nada-dice en tono irónico.
Ryan: Ya hable con mi papa, así que por favor deme permiso tengo que cambiarme ya voy tarde para verme con Joselyn.
MAMA: Tu padre, como siempre solapándote las cosas. Ok ya me voy pero para la próxima el
permiso me lo sacas a mi ¿Entendido?
Ryan: Okay! mamá, está bien, pero ahora necesito que se retire de mi cuarto, necesito vestirme, ya voy tarde. Por cierto a lo que vuelvo tengo un tema pendiente que hablar contigo y papa.
Entre tanta prisa que tenia Ryan no le quedo mas que ponerse lo primero que encontró y sin preámbulo se puso una bermuda jean, unos deportivos negros, y una polo blanca, se paso la peinilla lo mas rápido que pudo sin darse que cuenta que su cabello había quedado un desastre, y sin nada mas que hacer en casa salio rumbo a su almuerzo en casa de Joselyn con tanta prisa que no se despidió de sus padres.
Camino a su encuentro recordó aquel beso robado de la noche anterior. No pudo evitar sonreír por tan loco recuerdo pero, al mismo tiempo se comenzó hacerse tantas preguntas entre ellas una de la que mas rondaba en su mente era ¿Porque rayos me beso?.
Y nuevamente sus pensamientos fueron interrumpidos pero esta vez, no por la voz chillona de Joselyn sino por la del taxista avisándole que ya habían llegado a su lugar de destino destino.
-Muchas gracias! señor decía Ryan mientras le pagaba al taxista lo debido.
-A su servicio responde el señor del taxista.