One Shot

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EL CASO DE LA EXTRAÑA CICATRIZ

ONE SHOT

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Porque a veces la violencia puede ser reconfortante

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−Papi. −Un pequeño niño que se encontraba envuelto en una toalla corrió a los brazos de su progenitor, ambos estaban listos para compartir la hora del baño.

−Nishiri. −Lo cargó para ir juntos a las termas, era la primera vez para el niño de ir a una de ellas y todo esto se dio porque su madre había tenido que viajar por cuestiones de trabajo y daba la casualidad que él estaba libre y podían acompañarla en su viaje de negocios pero para los hombres del hogar sería un viaje turístico.

Ambos llegaron a los baños colectivos. Shinichi se encargó de tallar la espalda de su hijo de cuatro años.

−Listo Nishiri, puedes ir al agua. −Dio esa indicación para darle a él el tiempo suficiente para lavar su cuerpo antes de entrar a esa relajante agua caliente.

−Pero papá, yo también te quiero tallar la espalda. −Tomando desprevenido a su padre tomó el estropajo y se dedicó a limpiar la parte más próxima del cuerpo.

−Está bien Nishiri. −Sonrió enternecido ante la acción de su hijo.

−Papá. −El niño se escuchaba sorprendido y con miedo a la vez. −¡Papá! −Ahora lo dijo más fuerte y corrió al frente para abrazarlo.

−¿Qué pasó Nishiri? −cuestionó sorprendido, pues de la nada el niño había optado por un carácter temeroso, algo raro en él.

−¿Te vas a morir? −cuestionó con sus ojitos vidriosos, avisando que unas lágrimas venían en camino.

−¿Por qué preguntas eso hijo? −No veía razón lógica para que su hijo pensara eso.

−Tienes un gran gusano en la espalda, ¿él vive contigo y se está alimentando de tus órganos? −Definitivamente iba a revisar mejor lo que su hijo leía o veía en la televisión.

−Ah, te refieres al que está mi espalda baja. −Asintió con un movimiento de cabeza−. Verás hijo, esa es una cicatriz, que esta ahí para recordarme dos cosas.

−¿Cuales?

−La verdad siempre sale a la luz y tu madre puede golpear por más de tres horas seguidas.

−¿Mamá te golpeo? –preguntó sorprendido, él era conocedor de la gran fuerza que su madre poseía pero no creía que alguna vez fuera utilizarla en contra de su esposo.

−Emm, si –respondió tímidamente volteando hacia otro lado, realmente no era un recuerdo muy agradable.

−¿Por qué? –La curiosidad de un niño debe ser saciada.

−Deja me termino de bañar y una vez que estemos dentro del agua te lo cuento.

−Está bien. –De momento estaba conforme con esa respuesta y corrió a la tina del agua caliente.

El mayor volteo a sus alrededores y dejó caer un suspiro cansado, estaba realmente contento de que se encontraran ambos solos en el lugar. Terminó con su labor y su hijo ya se encontraba esperándolo sentado en la orilla de la tina.

−Papá cuéntame. –Pidió una vez que su progenitor estaba cerca.

−Espérame. –Se metió a la reconfortante agua caliente se cubrió los ojos con su toalla, debía pensar en algo creíble que contarle a su hijo.

El caso de la extraña cicatrizWhere stories live. Discover now