08 : Fiesta Aitana

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Aitana Pov

Hoy era 16 de marzo, para muchas personas el mejor día de su vida o el que mas desean que llegue, pero en mi caso, es todo lo contrario.
Odio con mi alma celebrar mi cumpleaños, pero papá me prometió que este año sería diferente y especial, así que tuve que aceptar.

Salí de mis pensamientos en cuanto sentí un peso sobre mi.

-Felíz cumpleaños mi pequeña princesa- me miró mi padre con una gran sonrisa

-Gracias Pa!- sonreí para abrazarle y besar su mejilla

-Espero que estes lista porque no vas a parar en todo el día- se echó a reír -han venido a buscarte, así que va!- salió corriendo de mi habitación.

Me levanté mientras me miraba al espejo, llevaba un vestido rosa pastel no muy ceñido ya que mi tripa empezaba a notarse, mis convers y una chaqueta de cuero

Me levanté mientras me miraba al espejo, llevaba un vestido rosa pastel no muy ceñido ya que mi tripa empezaba a notarse, mis convers y una chaqueta de cuero

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Una vez lista baje a la sala con tranquilidad, sonreí al ver al morocho sentado en el sofá.

-Siempre estás tan guapa?- se acerco a darme un beso en la mejilla

-Carrasco!- reí y le abracé -Sipi, así de hermosa siempre

-Egocéntrica que salió la niña- se echó a reír -toma, es para ti- me extendió una cajita de terciopelo azul

Abrí la caja con sumo cuidado, al ver la pequeña pulsera con nuestros nombres sonreí

-Me encanta!!- le abracé con fuerza

-Lo se, lo se, soy el mejor- besó mi mejilla -vamos, tenemos cosas que hacer- me agarró de la mano

Después de despedirnos de mis padres nos fuimos de compras junto a su mujer, Mimi.

Por así decirlo nos pasamos el día comprando (Yann llevaba las manos llenas de bolsas), estuvimos comiendo y para acabar el día fuimos a la bolera.
En resumen, me lo pase de muerte, no os imagináis como!

A eso de las 8:00 p.m. me llevaron a casa ya ya nos ibamos los tres a cenar a algún restaurante elegante, al entrar en casa no había absolutamente nadie, cosa que me extraño bastante.

-Esperáis aquí??- miré a la pareja con una sonrisa

-Si peque, corre va- esta vez hablo Mimi.

Subí corriendo a mi habitación, al llegar a esta había un precioso vestido marron en mi cama, sonreí al leer la nota que acompañaba a éste:

"Disfruta nena, :) xoxo, papá❤"

Me cambié deprisa colocandome el vestido, lo conjunte con unos tacones y mi pelo al natural

Después de terminar de arreglarme bajé para reunirme con la parejita pero al llegar abajo volvía a estar vacío, algo asustada miré hacía todos lados buscando a alguien

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Después de terminar de arreglarme bajé para reunirme con la parejita pero al llegar abajo volvía a estar vacío, algo asustada miré hacía todos lados buscando a alguien

-Buscas a alguien??- me giré deprisa al escuchar la voz de mi mejor amigo

-Pero... ¿Que haces tu aquí Theodoro?- le miré confundida

El se echó a reír y me abrazó

-Lista para la cena madam?- abrió la puerta dejando a ver un hermoso Ferrari rojo

-WOW!- exclame asombrada -si si, vamos-

Subimos al coche y al cabo de unos 35 minutos de viaje entre risas, bromas y canciones llegamos a un precioso y elegante restaurante francés, antes de bajar Theo vendo mis ojos para que no viera nada.
Con su ayuda bajé del coche y empezamos a caminar a lo que suponía que sería el interior del restaurante, me paré al sentir unas manos agarrar mis caderas.

-Lista?- esta vez hablo Lucas Hernández, asenti freneticamente y este quito la venda que cubría mis ojos

-SORPRESA!!- gritaron todos los presentes

Lloré de emoción al verlos a todos allí, y más, por mi.
Con todos me refiero a mis tíos del Atleti, mi família, mis amigos, mis mejores amigos de París y el equipo directivo del club.

A eso de media noche vinieron los chicos del Real, entre ellos, Álvaro Morata. Con el cuál estuve hablando por un rato y arreglamos las cosas, al fin y al cabo, era el padre de mi hijo.

La noche fue estupenda, pero desde el momento en el que llegaron los del Real, Anto empezó a comportarse de una manera extraña, se que no se llevaban bien, y menos con Álvaro pero era demasiado extraño.

A la hora de despedirnos se acerco a mi y dijo lo siguiente

-Peque, ten cuidado con Morata, si?- me abrazó

-Tranquilo principito, lo tendré- el tenía la mano en mi estómago por lo que sonreí y le abracé -mañana nos vemos-

-Je t'aime princesse- beso mi frente como el día que me conoció, de manera dulce y cariñosa

Después de eso cada uno se fue a su casa, apenas pude dormir pensando en esas palabras y en su mano en mi estómago.
Al final decidí sacar esos pensamientos de mi cabeza, Antoine Griezmann era mi tío y nada más que eso.

Con el nueve en la espaldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora