Por fin llegó el día que celebraremos el cumpleaños de Camila. Estoy sentada en la cama mirando a un punto fijo del infinito. Si alguien entrase en este momento a mi habitación probablemente pensaría que estoy elaborando un complejo plan para dominar el mundo.
Sin embargo, ahora mismo mi dignidad está llorando. Y no es que no me apetezca ir a la fiesta, sino que no tengo nada que llevar y no me planteo ponerme una de las horteras blusas que me dejó mi madre encima de la cama. "Con esta blusa conquisté a tu padre" me dijo antes. Me alegro. No la pienso llevar. Cuando sea mayor cogeré una tanga de leopardo y le diré a mis hijos "Con esta tanga conquisté a tu padre" y los traumatizaré de por vida. 'Que suerte tendrán, seré una madre maravillosa'
Abandono mi estado de semiconsciencia y decido continuar el libro del club de lectura bajo el árbol del jardín.
Bajo las escaleras y después de comprobar, muy a mi pesar, que hoy hay lentejas para comer, me acomodo en un rincón de sombra y apoyo la espalda en el tronco del robusto árbol.
Vamos a ver que tal este libro...Un paseo para recordar de Nicholas Sparks.
Leo durante unos veinte minutos y en varias ocasiones releo un mismo párrafo unas cuantas veces porque me siento muy distraía. La fiesta me tiene estresada.
"Sabes que es amor cuando todo lo que deseas es estar a todas horas con la otra persona y de alguna manera sabes que la otra persona siente lo mismo que tú."
Ojalá algún día llegar a enamorarse de esa manera y saber que eres correspondido...
-Hola - mis pensamientos se ven interrumpidos por el chico sin nombre del club de lectura.
-Hola
-Yo aún no empecé el libro, ya me leeré un resumen en Internet -comenta divertido.
-Tramposo -le acuso en broma- Por cierto, no me dijiste la primera letra de tu nombre.
-Cierto... Mi nombre empieza por "E"
-¿Emilio, Ernesto, Enrique, Eduardo, Est-
-¡Así no vale! -exclama mientras le ignoro y sigo diciendo nombres.
-¿Elías, Elo-
-Para. Para. Para. Para. Para. Para. - repite mientras me pincha con su dedo en el hombro.
-¡Vale, ya esta! -digo riendo.
-¡Al fin! -rueda los ojos-
-¿Euclídes?
-¡LAUREN!
Esta vez reímos los dos. Durante un rato hablamos un poco de todo, desde que es el ser humano y que existe y no existe hasta como duermen las jirafas.
-¡No puede ser! -exclamo mirando la foto que me muestra en su móvil.
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-¡Que linda!
-Yo... Lauren, me preguntaba si tal vez te ape-
De repente algo empieza a vibrar en mi pantalón. 'Mi móvil, obviamente, no lo que todos pensamos'
-¿Sí? -pregunto.
-¡Lauren! Soy Camila -dice emocionada.
-Oh, hola Camz, ¿qué pasa? -digo sonriente.
-¡Las chicas y yo vamos de compras, ven con nosotras, Laur!
-Eso sería genial, no tengo nada para llevar hoy.
-Pasa Dinah por nosotras a la una. Así comemos en el centro comercial.
-¡Bien! ¡Bye, bye lentejas! -el chico otoño me mira confuso mientras hago mi baile de la victoria.
-¡Sí, como decía mi abuela "Lentejas, si quieres las tomas o sino las dejas"!
-¡Seguro que hubiésemos sido amigas, hasta luego!
-Chao, Lauren
-¿Decías algo? -al pobre le había ignorado.
-Uhm, no, no, no decía nada.
-Okay... Me encanta hablar contigo pero tengo que ir a ducharme y prepararme. ¡Adiós!
