Parte 1

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El departamento está en un área específica, ideal para el trabajo que tengo en el hotel como recepcionista.

Pero no todo es perfecto, tengo un acompañante, Óscar Espinosa Gutiérrez. Es especialista en la fotografía, en cada evento importante o para las revistas encontrarás su nombre, cada vez que regreso por la noche cansada del trabajo me encuentro con ropa de mujer esparcidas por el suelo. Y no es mía que está mal puesta por todo el lugar.

Óscar y yo nos conocimos en la preparatoria, el edificio se encuentra cerca de la universidad más cercana a la ciudad y ambos necesitábamos un lugar donde vivir por aquellos años; antes teníamos otra compañera de piso, llamada Fabiola, al estar en vísperas de su boda no tiene mucho tiempo que se mudó. Por un tiempo si me llamó la atención, pero su actitud cambia todo. Solo quedo como un pequeño amor de juventud, que ahora mismo no tiene importancia.

Además del desorden en su cuarto, no tengo de que quejarme, pues me ayuda con la limpieza, los pagos y no toca mis cosas. Lo cuál es lo más importante.

Así han pasado largos años, pues no he conseguido encontrar un lugar mejor que me ayude a llegar temprano por las mañanas al trabajo, aunque haya tenido una noche corta.

- Bien, necesito que me ayudes con las compras si es que quieres que te siga alimentando, Óscar – comentaba mientras me movía de un lugar a otro en la cocina

- No juegues con la comida – pidió

- Entonces, saca las llaves de tu auto y acompáñame – hablé

Yo no tengo auto propio, hasta el momento no lo he necesitado y no tengo en mis planes tener uno.

Después de un tiempo me acostumbré a su compañía, no es que sea inmune, se que su físico atrae notablemente a todo el mundo femenino. Especialmente la pequeña marca de nacimiento en su brazo izquierdo.

Nuestras platicas eran tranquilas, no más allá que de una amistad. En cambio, con un compañero de trabajo planeo tener algo más que una amistad. Mario es un compañero de equipo en recepción y tenemos una buena amistad. Varias veces me ha acompañado hasta mi casa, hasta que en una ocasión fue diferente.

- Gracias – agradecí

- No hay de que – Ambos teníamos una risa tímidamente nuestro rostro, teniendo un impulso me despedí.

- Nos vemos mañana - dicho esto ingresé al departamento

Me tranquilice en la puerta, con una sonrisa en el rostro.

- Nuestra pequeña Diana tiene un pretendiente – hablo von ironía desde la cocina

- Me asustaste – lleve mi mano a mi pecho y con la otra me tape el rostro

- Tranquila, ha de ser un buen pretendiente

- Puede, pero... ¿Cómo sabes que me acompaño alguien? – cuestioné

- Miraba por la ventana cuando te vi llegar bien acompañada – comento con su típica sonrisa

- Si, pues espero que me vea cómo algo más que una amiga – comenté viéndolo a los ojos

- Bien, pues ha llamado Ariana... recordándote que la despedida de soltera de Fabiola es la próxima semana en la tarde – volteo evitándome

- Gracias, se me había olvidado

- Si, ¿Te gustaría que te acompañará? – pregunto

Departamento 52Donde viven las historias. Descúbrelo ahora