Desde cero

8 2 0
                                    

Lo único que recuerda de sus 15 años es que los dolores en la cadera habían vuelto y nuevamente había viajado a Lima, le hicieron pruebas y el médico volvió a sentenciar que las células cancerígenas habían reaparecido y esta vez de forma más agresiva. "Hay que empezar todo desde cero", le dijeron los médicos, y ella con tristeza sintió que volvía a tener 9 años. Entonces, todo se repitió, pero ahora era mucho más difícil. Cada vez que un mechón de cabello se le caía entraba en llanto.

Tras siete meses de quimioterapia los médicos le dieron una esperanza al hablarle del trasplante de médula. Le hicieron una prueba de compatibilidad a su hermana menor, pero lastimosamente resultó negativa. La inscribieron en un banco mundial de donantes de médulas y la espera comenzó. Le dijeron que podía tardar años encontrar a un donante, así que no se ilusionó, María Angélica contó que en la última cita de su tratamiento cuando ya había convivido con el cáncer durante nueve años, los médicos le dijeron que había una donante y que tenía que volar a Estados Unido y así lo hizo, ella y su mamá nuevamente lo apostaron todo aun sabiendo que solo había un 50% de posibilidades de obtener un resultado positivo, ya que el tratamiento se complicó por un virus que cogió en el Jackson Memorial Hospital de Miami, los resultados fueron los esperados.

Estaba con pocas esperanzas de vida pero afortunadamente logro vencer este terrible cáncer después de muchas sesiones de quimioterapia al día, ocho de radioterapia (día y noche) y cuatro horas de transfusión de sangre, le trasplantaron la médula ósea de una joven de la que solo conoce su edad.

Imagínense la sensación y el sentimiento de sus padres, hermanos y hermanas, todos sus familiares preocupados y asustados sabiendo por lo que estuvo pasando y posiblemente algunos se prepararon para la mala noticia y otros aun siguieron con pocas esperanzas.

La chica al despertar escuchaba voces conocidas que cantaban, doctores y enfermeros muy alegres, familiares riendo y llorando de felicidad, otros saltando y brincando pero claro, así es como ella lo veía, pero no era lo único que a sus ojos llamaban la atención, noto un rico y delicioso pastel al lado de muchos regalos, no supo cuántos fueron porque perdió la cuenta pero si eran demasiados como para llenar de felicidad a un niño de 6 a 9 años de edad que así es como ella aparentaba; al ver a su mamá acercarse queriendo abrazarla ella empezó a llorar porque ya sabía lo que estaba pasando, le contaron los doctores que cada trasplante es celebrado como un nuevo nacimiento y ella entendió porque lo celebraban así, estaba lleno de vida, felicidad y con un gran apetito ya que no había comido bien por andar muy asustada y preocupada, pero por suerte eso ya pasó.

Acababa de volver de los Estados Unidos, donde viajó hace un año para el trasplante. Sus ojos no estaban bien, mostraba mucho cansancio y sus párpados estaban demasiado hinchados, como si contuvieran lágrimas que aún no pueden salir.

Ella ya recuperada dice que quiere ser doctora, quiere ayudar y curar a los enfermos con su mascarilla puesta, se la escuchó algo tímida pero no triste. Ahora sana y sin el cáncer ella se fue a querer cumplir su sueño y pensó en el día que vio a los doctores riendo de emoción y felicidad donde las lágrimas al fin le cayeron de felicidad.

Fin.


(Gracias por leerlo, espero les haya gustado, voten y comenten que tal estuvo :3)

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 20, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Vencer el cáncer es volver a nacerWhere stories live. Discover now