One shots, Aiteda

-No me olvides

Madrid 16/03/2018

Cepeda
Sabíamos lo que había pero sólo yo había dado el paso de reconocerlo, al principio fue duro sentir que no había una respuesta clara, pero cuando pasaron los días no la necesité, la respuesta estaba, solo le faltaba tiempo.

Acabamos el concierto y no entendía nada, estaba confundido. Había sido el NPVST donde ella había estado más entregada, lo veía en sus ojos, en su risa, los dos disfrutamos de esa canción como nunca y cuando acabo nos fundimos en un abrazo donde ella me susurró "NO ME OLVIDES". A caso ¿Ella ya no actuaba? ¿Que significaba eso? ¿Se estaba despidiendo?.

Aitana
Mi cabeza se partía en dos cuando pensaba en él y mi corazón latía a otro ritmo cuando lo sentía cerca. Por una vez quería dejarme llevar, hacer lo que realmente sentía pero el golpe de realidad llegaba cuando pensaba en mi novio, en su situación y en el famoso "que dirán". Quizás Luis y yo no estábamos destinados a ser y esto era solo una prueba que haría que mi relación se hiciera más fuerte.

Estábamos en el catering antes de salir y a Amaia se le ocurrió brindar antes de salir a cantar, cuando quise controlar la situación me había bebido tres copas de champán y dos chupitos de tequila que tenía ella escondidos entre regalos y pancartas. Necesita desahogarme y que mi cabeza dejara de pensar por un momento. Obviamente yo no estaba borracha y Amaia tampoco pero estaba más alegre de lo normal y dejaba fluir mis pensamientos sin miramientos.

Subí al escenario muy segura tenía ganas de darlo todo sin importarme la gente, solo quería sentirme bien conmigo misma. Después de cantar en solitario me tocó presentar a Cepeda "Ahora me toca cantar una canción con una persona que no solo es especial por todo lo que me apoya siempre, sino por todo lo que me ha querido y me quiere. Yo también le quiero a él mucho, así que Luis... sal". Me salió de alma, es lo que quería decir y no importaba nada más. La canción nos salió espectacular, me dejé llevar, cantaba cada frase pensando en su significado, no podía más, no quería que nunca acabara. Quería que se quedara en mi, que no olvidara este momento, que se declarara todos los días y que no me olvidara. Sonaba egoísta, lo sé, pero es lo que realmente estaba deseando en ese momento.
"NO ME OLVIDES" le susurré.

Estaba segura que le había dejado loco, que me buscaría para que le explicara que intentaba decirle y que era una excusa perfecta para hablar y pasar el rato con él.

Volvimos al hotel y me cambié de ropa para la fiesta que nos habían organizado, llevaba un vestido negro ajustado y unos labios rojos pintados así aposta para llamar la atención, su atención.

Cepeda
Nos dirigimos al hotel cada uno en una furgoneta, no habíamos cruzado palabra pero estaba decidido a buscarle esta noche en la fiesta y que me diera una explicación. Cada día que pasaba me costaba mas contenerme y sabía que corría peligro si me tomaba alguna copa y me acercaba a ella a hablarle. Decidí no tomar nada, quería ser muy neutral y no quería ponerle en ninguna situación incómoda.
¿Como no se me iba a acelerar el corazón si se había puesto un vestido negro que marcaban sus curvas y se había pintado los labios rojos? ¿COMO IBA A CONTENER LAS GANAS DE COMERLE LA BOCA?. Me acerqué a ella, mis piernas temblaban y hacia todo lo posible para que mis ojos no se desviaran a un sitio en concreto.

-¿Podemos hablar? No he entendido bien lo que me has dicho y estoy un poco confuso, sabes que no quiero meterte en problemas y no voy a exigir nada...
-Mejor vamos a otro sitio más tranquilos...
Llegamos a una sala donde habían unas mesas enormes y sillas. Nos sentamos uno enfrente del otro.
-Estoy cansada, estoy cansada de la situación, cansada de no poder hacer lo que siento, de tener una carga y no poder desaparecer para evitar hacer daño.
-Tranqu...
-Déjame seguir por fa, te dije "No me olvides", porque tengo miedo de que no estés a mi lado, de que no me quieras más, porque yo no te lo pueda demostrar como yo quiero y como yo siento. Quiero que no olvides todos los momentos juntos, las miradas cómplices, los pedritos, las noches en vela hablando y esto...

Sin yo esperarlo se sentó encima mío y posó sus labios con los míos. Me costo responder, no lo podía creer. Puse mis manos en su cintura e introduje mi lengua, tenía sed de ella, nos teníamos muchas ganas y el beso reflejaba lo que llevábamos callando hace meses. Sus manos se enredaban en mi pelo y mis manos acariciaban todas las partes de su cuerpo, quería que se sintiera querida. Nos separamos para coger aire y sus ojos desprendían fuego.

Aitana
No podía dejarlo pasar, era ahora o nunca así que me lance, sabía cual iba a ser su respuesta pero no sabía que me iba a gustar tanto, notaba sus manos en mis muslos y su lengua jugando con la mía. Me costaba respirar, estaba nerviosa y deseosa de él. Estaba en otro lugar, en otra dimensión hasta que lo mire a los ojos, lo estaba haciendo mal, esto estaba mal.

-Luis, no te mereces esto. Siento que estoy jugando contigo, he provocado esta situación, estoy con Vicente, sé que lo voy a dejar porque no estamos bien y en el único en el que pienso 24/7 eres tú.
-No te pido nada, hago lo que siento y sé que tú también, hemos sentido esto y yo voy a luchar por lo que creo.

Ahora él me había besado, fue un beso más dulce, sabía que me quería tranquilizar. Nos separamos y me refugié en su cuello.
-Pequeña, nunca voy a olvidar nada. Yo te quiero la vida y siempre voy a estar para ti.
-¿Puedes acompañarme a la habitación?, va a sonar raro, pero quiero estar así toda mi vida, abrazada a ti. Quiero dormir contigo, no quiero nada más solo dormir, quiero aclarar todo con Vicente primero, creo que no se merece que yo siga con esto mientras estoy con él.
-Claro, avisaré a Roi y vamos a mi habitación.

Me fui a mi habitación y me puse el pijama más largo y ancho para no provocar más incendios.

Cepeda
-¿¿AITANA ESTAS BIEN?? Estas tardando mucho...
-Sii ya estoy, que me estaba desmaquillando y poniendo el pijama, vamos ya a dormir...

Me iba a costar estar en la misma cama y no hacer nada pero es lo que los dos teníamos que hacer y lo más razonable. Con tenerla a mi lado ya me sentía el hombre más afortunado del mundo. Me fui al baño a ponerme un pantalón de deporte ya que no tenía en pijamas y una camiseta. Ella se había cambiado también en su habitación. En la academia nos habíamos cambiado alguna vez delante del otro pero sabíamos que ahora cualquier detalle iba a desatar las ganas y no las íbamos a poder controlar. Sin decir nada nos metimos en la cama y me volvió a susurrar "No me olvides". Se acurruco a mi lado y nos dormimos abrazados.