Capitulo 3

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 Ya había pasado más de una semana desde su encuentro con el arcángel. Mas de una semana desde que Lucifer le prometió un trabajo. Y sus nervios desde entonces estaban disparados y sus uñas casi inexistentes. 

 Pero Lilith estaba reacia a doblegarse ante la posibilidad de que el señor del infierno le haya mentido. 

 Se encontraba sentada en su cama, mirando a un punto fijo. Se negaba a comer. Pero bien sabía que Lucifer no la dejaría morir. 

 Y por ello esperaba su visita. 

 Tal vez para plantarse a sus pies, de rodillas, y rogarle que la dejara ser libre por un rato..o quizá para sacar toda la mierda que llevaba acumulando estos días, ella no lo sabía. Pero por ahora se conformaría con que viniera a verla.

 Su mirada nunca abandona la puerta frente a su cama, nunca se pierde de los sonidos que ponen alerta a sus sentidos.

 Esta desesperada, hambrienta de libertad. De ver nuevamente el cielo, de aspirar su aroma, de sentir los rayos del sol en su piel y volver a sentir esa paz.

 Y aquellos ojos miel...sacude la cabeza y bufa. "Ya para de pensar en él" Pero al parecer es todo lo que su cabeza podía hacer. Revivir una y otra vez su rostro. Y sus acciones.

 Ella  no se sentía para nada agradecida ni obligada a agradecerle por su inexistente compasión, por haberla dejado vivir. No. Ella solo quería preguntarle ¿Porque? ¿Porque dejarla vivir?  Ella lo había aceptado, había estado lista para morir, pero sabía que lo que vio en su expresión no era cosa de solo destino o de simple buen samaritano de Dios, dispuesto a perdonar. Conocía la reputación de Miguel. Todos lo hacían. Y todos sabían que él jamás perdonaba. 

 Y se preguntaba si él pensaba en ella. Si el arrepentimiento por sus acciones había llegado.

 Ella no lo olvidaría jamás.

 Su confusión y rabia cuando enfundó la espada habían sido más que solo una muestra de sus actos, sino, también, un reflejo de sus propios sentimientos. Como si no supiera qué estaba haciendo, o porque lo hacía. Como si no se comprendiera a sí mismo. 

 Y Lilith en verdad quería comprenderlo. 

 Pasos detrás de la puerta la pusieron alerta. Tres golpes la hicieron levantarse y prácticamente arrancar la puerta de las bisagras cuando la abrió.

 Un demonio menor, de un metro de altura, con piel verdosa, pequeños colmillos y cuernos, le entregó un papel y sin decir una palabra se retiró. Frunció el ceño, desdoblando el papel, su corazón danzaba dentro de su pecho.

 Era una misión. Suspiro de placer. Una misión de captura. Y no solo una, ni dos. Diez.  Sonrió con malicia. Eran sus preferidas.

 Sin perder tiempo busco sus armas, se colocó las botas y salio prácticamente dando saltos. La diversión estaba por comenzar...

               ~°~

 Lilith se encontraba sentada en la azotea de un edificio. Observando a su presa entrar en un callejón.

 Había pasado unas cuatro horas asimilando su entorno, las nuevas tecnologías y creaciones del hombre, su capacidad de aprendizaje era superior a la de los humanos. Ella ya sabia como usar sus computadoras, sus autos y celulares.

 Además sus métodos de  recaudo de información era por lo que ella era más reconocida.

 Y eso había hecho por una hora. Rastrear.

 Al parecer este demonio le debía muchas cosas a Lucifer y èl nunca aceptaba un no por respuesta. Sintió casi lastima por la criatura que estaba a punto capturar. 

Infierno Celestial (libro 1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora