'달리기'
Run
CorrerGanar.
Lo que deseaban todos los corredores cuando se montan en sus autos y empiezan pisando el acelerador, sintiendo la adrenalina inundar sus cuerpos, apretando el volante cuando se dan cuenta que pasan a su competidor o se quedan atrás. Están dispuestos a los riesgos. Están dispuestos a ser llevados a la cárcel. Todo por ganar, subiendo su ego y ganando mucho dinero. Las personas esperan ansiosas, rodeando los autos en las calles que daban a un solitario camino donde se verá quien perderá y quien ganará.
Y justo ahora es lo que están viviendo Jeon Jung Kook y Park Ji Min, quienes se enfrentarán estando en juego $10.000.000,00. Los dos se tiran breves miradas de odio mientras que estaban recargados en sus autos con algunas chicas a su alrededor -con ropas que no dejan nada a la imaginación- que alguna de ellas aspiraba esa noche estar en la cama de su corredor favorito.
Esta no era la primera vez que se enfrentaban, anteriormente Jeon habÃa cantado victoria, luego volvió a hacerlo alimentando el odio hacia él de parte de Park. El menor disfrutaba ver como golpeaba el volante después de ver como las personas -que anteriormente se lo hacÃan a él- lo alababan, gritaban su nombre y lo ponÃan en la misma posición que él.
Park Ji Min no era un mal corredor, no, la mayorÃa de las veces era él quien ganaba las carreras ilegales, pero desde que Jung Kook le empezó a ganar sentÃa que no darÃa más y tontamente se dejaba ganar, pero hoy no, hoy estaba dispuesto a ganarle al sexy adolescente.
-¡En un minuto empieza la carrera! -Gritó el organizador de la carrera, Nam Joon.
Enseguida conectaron sus miradas formando pequeñas sonrisas en sus rostros. Cada uno entró a su auto para encender el auto preparándose para cuando den la señal.
--Te deseo suerte -habló con voz seductora una de las chicas que estaban con el.
--Gracias, Nena -la chica se acerca para darle un pequeño beso en los labios a Ji Min.
--Nos vemos más tarde -le guiña y se aleja meneando de manera exagerada sus caderas.
El pelinegro suelta un pequeña risa y mira a su contrincante quien le guiña el ojo y le lanza un beso para luego mirar al frente concentrándose en la larga y desierta carretera, rueda los ojos y imita el acto del menor.
Una rubia se para en frente mirando ambos autos mientras quita su sostén girándolo arriba de su cabeza para pronto soltarlo.
Nos vemos en la meta, bebé...
Los autos aceleraron para perderse en las oscuras calles, los competidores tenÃan unas sonrisas plasmadas en sus rostros pero aun seguÃan concentrados en el camino mientras manejaban a toda velocidad. SabÃan a la perfección por donde tenÃan que ir, ya lo habÃan hecho antes, como amaban este tipo de carreras.
Los dos sabÃan que esto terminarÃa muy bien.
Claro, qué lo que pasarÃa solo lo hacen/harÃan cuando compiten ellos dos -solos-, como se habÃa dicho, no era la primera vez que se enfrentaban.
Las ruedas rechinaron al los autos girar por la calle conocida, pronto llegarÃan a su meta. Estaban a la par pero eso no quiere decir que quedarán empatados, no, uno de ellos tenÃa que ganar, de ahà se decidirá, de ahà se decidirá quien...
Jung kook apretó el volante con bastante fuerza al ver como Ji Min lo rebasa, aprieta sus dientes tratando de no desesperarse ya que el auto no le ayudaba. Perder no estaba en sus planes.