CAPITULO 1:

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VIRGO: UN SEÑOR MUY MUY GORDO, QUE NO SE HABRA DUCHADO DESDE NAVIDADES, SE SENTARÁ CONTIGO EN EL AUTOBÚS.

Ojos, nariz,labios. Jess estava dibujando una cara en su mano. Tendría que haber estado tomando notas para su trabajo de Historia: una lista de "Razones por las que el rey Carlos I de Inglaterra. fue impopular". Sin embargo se estava tatuando la cara del maravilloso Ben Jones. Un toque de Leonardo Di Caprio, una pizca del principe Guillermo de Inglaterra, unas gotitas de Brad Pitt... El pelo de punta, media sonrisa... ¡Bah, no! No se parecía en nada a Ben Jones ¡Parecia una iguana loca!

Dibujar no era el punto fuerte de Jess. Debajo del tatuaje escribió: Ben Jones ¿o iguana loca?, y tosió, para que su amiga Flora supiera que queria decirle algo. Era una señal. Una tos con el ultimo single de Justin Timberlake. Flora alzo la vista desde su pupitre, y Jess le enseño el tatuaje. Flora sonrió, pero inmediatamente miró de reojo a la señorita Dingle y se sumergió en su tarea.

La señorita Dingle-más conocida entre sus fans como la Murciélago- la miro furiosa desde la mesa del professor.

-¡Jezz Jordan! ¿ Que problema tienez?

-¡Uf, señorita, tengo tantos!-suspiro Jess, bajándose la manga apresuradamente para esconder el retro-tatuaje de Ben Jones; la Iguana Loca.- Un hogar trágicamente roto, una horrible herencia genética, un trasero enorme...-unos cuanto soltaron una risita.

-¡Continúa tu tarea!- bramo la señorita Dingle, intentando sonar aterradora y fría como el acero, apesar de tener un hilillo de voz y de no poder pronunciar la ese.

-Zi moztrazez la mitad de interéz en ezcribir trabajoz de Hiztoriadel que ponez el intentar ser graciosa, zeríaz la eztudiante eztrella de la claze el vez de el azno que erez. ¡Dezgraciadamente, vaz a zuzpender todo a menoz que dez el do de pecho! ¡Te creez que me la vaz a meter y que erez muy lizta!

Todos en la clase escondieron la cabez tras el libro el libro, desternillandose de la risa- lo menos ruidosamente posible, por supuesto-. El aula temblo. La señorita Dingle siempre usaba esas expresiomes pasadas de moda que sonaban vagamente obcenas: dar el do de pecho y me la vas a meter.

- ¡Y el rezto de vozotroz!- gritó la señorita Dingle-Zilencio y continuad ezcribiendo vueztra lizta de razones, ¡amenoz que queraiz quedaroz dezpuéz de claze! ¡Eztoy tentanda a caztigaroz a todoz! ¡No me prezionéiz demaziado! ¡Puedo montarla bien gorda!

Hubo una explosión controlada, todo el mundo intentaba evitar reír a carcajadas, aunque para ello tuvieran que tragarse las amígdalas, pero retomaron el garabateo frenético. Nadie queria quedarse despues de clase. Jess cogió su diccionario e intentó parecer inteligente. Pasólas páginas, esperando encontrar algun taco. De pronto, tuvo una idea. ¡Oye! A lo mejor podia emplear el diccionario como el tarot. Piensas una pregunta y, entonces, lo abres a azar. Jess cerró los ojos y se concentro. ¿Habrá tema entre Ben Jones y yo alguna vez?

Su dedo se clavó en una palabra. Perejil. Planta herbácea muy conocida, para condimentar la comida. En fin, un resultado poco brillante, obviamente. Pero podía haber un significado oculto. A lo mejor podías hacer que un chico se enamorase de ti frotandole perejil detrás de la oreja. O espolvoreando perejil picado en sus pantalones mientras él estuviera nadando.

De pronto, Jess se encontró otra vez con la mirada de la Murciélago. Un momento peligroso. Rápidamente copió el título de ltrabajo de Historia. "Razones por las que el rey Carlos I de Inglaterra fue impopular". Todo lo que tenia que hacer era leer el capítulo seis del libro de Historia. Jess hejeó el libro y miró los dibujos. Carlos I tenía ojos tristes, embrujados, y una perilla muy estilosa. Flora le había contado que sol omedia alrededor de 1'50. Alguna clase de duende, obviamente. Y entonces le habían cortado la cabeza -un trágico final para cualquiera, pero peor para un tipo bajito, que se quedaria en nada.

"Razones por las que le rey Carlos I fue impopular". Jess miró hacia Flora, que estaba escribiendo tan apresuradamente que le temblava todo el cuerpo. Ya había escrito tres páginas, y, si Jess queria alcanzarla, tendría que empezar. Cogió su bolígrafo y dejo que su imaginación volase. Algo siempre peligroso.

Razones por la que el rey Carlos I de Inglaterra fue impopular:

1. Nunca se canbiaba de pantalones.

2. Se negó a crecer.

3. Aprobó una ley que ordenaba que le fueran cortadas las piernas a todo aquel que fuera más alto que él.

4. Sorbía la sopa.

5. Envasaba sus pedos y se los vendía a los turistas.

De alguna manera, se le seco la imaginación en este punto y volvió a pensar en Ben Jones. Ideó un plan para robar u poco de ADN del príncipe Guillermo y de Brad Pitt. Justo el tipo de chico que le gustaría. Con una pizca de ambos pata de sapo y ojo de tritón, debería poder crear genéticamente un doble de Ben Jones, en el caso de que le auténtico fuese inalcanzable. Contempló con adoración el tatuaje de Ben Jones: la Iguana Loca. Cómo le gustaría ser la madre de sus hijos, aunque tuviera que poner huevos.

Jess comenzó otra lista: "Razones por las que Ben Jones el popular". Era mucho más fácil que la lista de Historia.

1. Pelo como hierba dorada (ojalá pudiera hacer un picnic sobre él).

2. Ojos tan azules que se podría nadar en ellos (empieza a sonar como un destino turístico).

3. Una media sonrisa monísima, que se le dibuja poco a poco y podría descongelar la Antártida.

4. No habla mucho, es decir, ni da voces ni dice tonterias, y ...

5. Rezuma misterio y carisma.

De pronto, sonó el timbre. Un inmenso suspiro de alivio recorrió el aula. Todos dejaron el bolígrafo, bostezaron y se desperezaron. Tiffany, una morena regordeta de cejas feroces, se vovió hacia Jess y susurró:

-¡ No te olvides de mi fiesta mañana por la noche! ¡Como no vengas te enteras!.

-No te preocupes, iré-diho Jess.- Pensaba quedarme en casa y zurcie mis calcetines divinos, pero por ti haré ese gran sacrificio. La familia de Tiffany era bastante rica (al menos según la opinión de Jess), y estava deseando beber champán a grandes tragos y columpiarse de las elegantes lámparas de techo.

La mejor amiga de Jess, la diosa Flora, era la única persona de la clase que aún no había terminado su trabajo. Garabateaba más apresuradamente que nunca, con su cabello dorado centelleando. Una gota de su divina caspa podría devolvervla vista a los ciegos, y resucitar pequeños insectos pisoteados.

Flora terminó su frase con un rúbrica, se hecho hacia atrás el pelo con gran destello de luz sobrenatural, se volvió hacia Jess y sonrió. Menos ma lque era víbora guapissima era su mejor amiga, pensó Jess. Si tendría que matarla.

-¡Jezz Jordan! -tronóla señorita Dingle con su vocecita de hada, por encima del ruido de sus compañeros, recogiendo sus bartulos.- ¡Por favor!, ¿ podríaz venir y enseñarme tu lizta de razones?".

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2014 ⏰

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