Omega Rising

8. Edwinium

Nadie, ni Steve, ni Clint, ni siquiera Natasha, parecían pensar que era extraño cómo Couslon, un omega no vinculado, estaba mandando a un alfa. Tony sabía cuando conoció a su compañero. Coulson tenía toda la ferocidad y la actitud de Pepper. Exhaló un suspiro dramático, cansado del mundo, y corrió hacia los escalones de su sótano. Miró por encima del hombro para asegurarse de que el rubio lo estuviera siguiendo.

Steve suspiró y envió una mirada a Natasha mientras se movía para seguir a Tony escaleras abajo. A Steve tampoco le impresionó que Nat le dijera qué hacer, debido a que Tony extraía más vibraciones de Alfa, Steve era el Capitán. Una vez que estuviera en el campo, caerían en su rutina habitual, estaba seguro. Natasha fue decisiva pero no le gustaba liderar. Ya se estaba moviendo hacia el lado de Clint ahora que estaba fuera de la vista de Tony; la privacidad era menos necesaria frente a hombres como Phil, que los conocía desde hacía años.

Con una pequeña emoción, se dio cuenta de que él y Steve estarían solos por primera vez desde que reveló su identidad. Pero reprimió su emoción. Steve estaba en un trabajo y no lo quería, y además, no había nada sexy en la idea de mirar a través de los viejos cuadernos y noticieros de su padre, introdujo el código del taller y mantuvo abierta la gruesa puerta de vidrio a prueba de balas para Steve, que llevaba las cajas, con los músculos protuberantes mientras levantaba los pesados ​​materiales. Tony lo miró cuando Steve no estaba mirando. El hecho de que lo hubiera traicionado no significaba que no pudiera al menos examinarlo de vez en cuando.

Era extraño, para Steve, regresar al taller de Tony después de todo, solo había estado aquí varias veces antes para entregar un mensaje o entregar un batido. Pepper bajó mucho más frecuentemente que él. Tal vez Steve había estado un poco celoso a veces, llegó a 'ver la magia' como era. La primera vez que había visto el traje en acción estaba en la pista de Mónaco.

Dejó las cajas, levantando la maqueta de la parte superior y colocándola sobre un espacio libre en la mesa. Con curiosidad, viendo que tenía la oportunidad, metió la mano en la caja para sacar el prototipo del escudo. "Esto no se parece en nada a mi escudo", dijo y lo volvió a bajar.

Entonces Steve levantó la mirada hacia Tony, como si ahora solo se diera cuenta de que estaban solos. El tragó. ¿Sería esto incómodo? esperaba que no.

Tony vio a Steve levantar el escudo, sus emociones un desastre confuso y turbulento.

Steve levantó la vista y sus ojos se encontraron.Tony intentó no parecer herido, asustado o enojado, a pesar de que era todas esas cosas.

"Bueno ... elige un cuaderno. Vamos a empezar", masculló, sacando la tapa de una de las cajas y mirando dentro.

Recortes de planos. Rollos de película. Papeles sueltos. Tony se rió sin rastro de humor cuando abrió la primera libreta de laboratorio; era ilegible, sus páginas onduladas con daños por el agua, su tinta manchada, corriendo de forma ilegítima fuera de las páginas. "Oh, genial ... simplemente genial ... este está arruinado. Bien, hemos tenido un buen comienzo". Olfateó el cuaderno del laboratorio y lo arrojó con disgusto. Whisky.

Arrojó a un lado algunos artículos de periódico y planos sueltos e inacabados.

"Esto es un desastre", declaró después de un momento. "Rogers, tráeme un poco de whisky, no puedo ... no puedo hacer esto. Nadie puede hacer esto, mira esto, esto es un desastre. Esta es una maldita tragedia de Shakespeare".

Fue a ver si podía encontrar un proyector para las películas, necesitaba alejarse de Steve, del desorganizado desorden. Fue como mirar hacia el futuro. Howard Stark había sido una vez poderoso e inteligente y articulado y al mando. Pero él había trabajado hasta el hueso. El hombre que Tony había conocido siempre había estado trabajando o estaba borracho, 'manteniendo la ventaja', como él mismo dijo. Cuando bebía, era beligerante. Hacia María; hacia Tony; una vez, (solo una vez), incluso hacia Jarvis.