Ocho

78 16 0
                                    


Él sabía hacerlo, era su trabajo, Hacer Magnificas obras de arte, que al fin y al cabo, eran secretos que solo conocían muy pocos, estos eran: la tinta, el papel  y el último en enterarse, era el cerillo con el quemaba aquellas fascinantes historias y sentimientos, condenando sus palabras escritas a convertirse en cenizas, cenizas que se las lleva el viento, viajando con la brisa, Recorriendo las nubes y las montañas, haciéndose parte del paisaje y poco a poco haciendo llorar a cada una de las estrellas.

Un loco escritor de cartasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora