Capitulo uno

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Prologo

Hace más de un año fue cuando todo ocurrió, nada fue previsto.

Una infección de gran fuerza arrasó con parte de la humanidad, el mundo se sumió en divisiones, contiendas y enemistades por la supervivencia en un nuevo orden donde seguir de pie es una esperanza sin ganancia para algunos.

Una fuerte orden de esfuerzo por parte de aquellos que siguen la creencia de "siempre adelante".

Difícil por donde se le mire debido a todos los problemas que ahora se enfrenta el planeta; escases, muerte y "la peste"-Muertos vivientes-, los cuales seguro nuestros cultos lectores sabrán que no por su lento andar son temidos si no por que donde hay uno muchos más van a su alrededor.

Los pocos Fuertes y Refugios Existentes son lugares donde se reguardan las personas con la esperanza de que todo vuelva a como de antes.

Con la diferencia de que los Fuertes fueron creados directamente por los altos cargos gubernamentales existen no más de cuatro en cada país, son grandes y soportan pesadas oleadas de "la peste".

Son precavidos con las personas que fueron "alistados", todos sirven en una gran comunidad con un único líder que se titula tal dependiendo de su puesto en el gobierno antes del desastre del virus, dependiendo de quién con más rango gubernamental allá sobrevivido.

En cuanto a los Refugios, son lugares donde las comunidades son independientes del gobierno, se aíslan de los muertos vivientes con barricadas más rudimentarias y sus conflictos con otras comunidades son más comunes.

De nuestra "resistencia" quedamos pocos, por ahora...¿?

Capitulo uno.

-¡¿Qué?! -pregunta y lo mira atentamente.

-como ya te he dicho. Quizás haya alguna oportunidad más para este mundo -Tose y continua hablando con dificultad-. No es seguro, quizás sea algo no bien definido. Pero no creo haber venido de tan lejos por algo sin importancia.

Ella los miró y les dijo:

-Está herido. Por favor, ayúdennos - los miró con esperanza.

-¡coño! - exclamó David.

-cálmate -dijo Altahir -. Solo piden nuestra ayuda.

-¡No! ¡Joder! ¡Mira! -señalo al final del callejón.

Y al ver hacia allí comprendió que sus insolentes palabras fueron dadas por los muchos no- muertos que se acercaban con esmero hacia ellos. Pero esa es historia para luego, comencemos desde un poco más atrás:

-Hoy es un gran día para morir -le dice muy calmado y agarrando aliento con una sonrisa burlona.

-Tan bueno como cualquier otro en este tiempo apocalíptico, Altahir.

Era muy alto para saltar directamente, pero divisaron algunas columnas en aquel viejo y destruido edificio.

-Balthasar, allí -le señalo los contrafuertes-.

-Pan comido -dice confiado preparándose para saltar.

-¡Oye!

-Te escucho -Cesa su impulso y responde a su llamado.

-He estado pensando mucho. Tu eres como mi hermano y te agradezco todos estos años de amistad... no podría cambiarte por nada del mundo... y por eso quiero que seas tú el que me mates si llego a infectarme.

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