UNA PREGUNTA DIFERENTE.

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Había sido una completa irresponsabilidad olvidar el arreglo de la capsula de gravedad, pero Yamcha se encontraba ya esperándola. Mejor dicho, solo esperaba a que partieran.
Se detuvo a razonar el problema un segundo.
-Como yo estaré ausente – empezó diciendo mientras miraba a Vegeta – dejaré nuestro pendiente en manos de mi padre. No tienes de que preocuparte ya que él es quien me heredo una inteligencia como esta.
Al terminar de hablar, la joven Brief guiñó un ojo mientras sonreía y minutos después, la puerta estaría cerrándose tras ella.
El padre de Bulma, colocó una de sus manos sobre el hombro del saiyayin.
-¿Vienes conmigo o prefieres esperar aquí?
El aludido miró de soslayo al doctor Brief pero no dio respuesta alguna. Por lo que el hombre se dirigió a la capsula de gravedad, solo.
Minutos antes de irse, Bulma le había explicado lo que necesitaba ser reparado. Así que solamente restaba poner manos a la obra.
Entró a la capsula pensando en lo que su hija había dicho respecto a los guerreros saiyayin.
-Son unos animales. No tienen ni un mínimo de educación.
Empezó a caminar mirando al suelo para encontrar la zona exacta que Vegeta había destruido.
Ahí estaba.
Sin duda, la raza saiyayin poseía una fuerza estremecedora. Para Vegeta, destruir la capsula era tarea sencilla. Por suerte, aun no lo había hecho y esperaba que no lo hiciera.
Pero mientras que el padre de Bulma se encargaba de arreglar su desastre, Vegeta rabiaba en silencio porque ella hubiera preferido irse con aquel peleador, que resolver el problema.
Era de esperarse. Después de todo, no se había equivocado en pensar que toda aquella inteligencia era solo una pantalla para ocultar que era tan común como cualquier mujer de ese planeta.
No tenía sentido alguno de la responsabilidad y no era raro que fuera amiga de Kakaroto. Ya que al parecer, ambos compartían esa característica.
Mientras que Vegeta, tomó la decisión de Bulma como una insolencia, la mujer por el contrario se alegraba de haberle podido salvar – al menos de momento – la vida a Yamcha. Puesto que había notado la furia con la que Vegeta lo miraba.
Si bien antes no había razón para querer acabar con él, ahora existía un motivo. Estaba truncando su desarrollo como guerrero.
Pienso que deberías hablar con Goku – soltó la chica de repente.
La expresión de Yamcha, se tornó confusa.
-¿Por qué tendría que hablar con él? – inquirió su ex.
Bulma dejó salir unas cuantas risas incomodas.
¿Cómo podría haber pasado por alto que no le había comentado aun de sus sospechas a Yamcha?
Aunque se encontraba dirigiendo la nave, Bulma era capaz de sostener una conversación al mismo tiempo.
-Veras – empezó diciéndole a un desorientado Yamcha – espero que no te vayas a asustar por lo que voy a comentarte pero sospecho que Vegeta, tiene algún interés en ti.
Al escuchar aquello, el peleador de artes marciales, estuvo a punto de caerse del asiento que ocupaba.
-¿Qué quieres decir con "interés"? – preguntó Yamcha, nervioso y acalorado.
Bulma frunció el entrecejo.
-¡No es lo que te imaginas, tonto. Me refiero a que Vegeta podría estar interesado en aniquilarte!
Ahora Yamcha parecía estar nervioso por otra razón.
-¿Qué – inquirió – que te hace pensar eso?
-No lo sé – dijo Bulma – es que... ¿no has notado como te mira?
Quiere decir, parece ser que te odia.
Yamcha se relajó.
-Bulma, Vegeta odia a todo el mundo.
-Eso no es cierto – respondió ella con una voz que parecía sonreír – Vegeta no odia a todo el mundo.
Aquellas palabras desconcertaron a Yamcha. Mientras en su mente, comenzó a desfilar el momento de la noche en la fiesta, cuando Vegeta se había llevado a Bulma a la fuerza.
Meditó unos instantes.
Esa reacción se había dado hasta el instante en el que se acercó a ella para hablar, pero antes de eso, el príncipe saiyayin, no se había molestado en buscar a la joven para nada.
La sorpresa se hizo presente en el rostro de Yamcha y luego frunció el ceño.
-¿Qué? – preguntó Bulma.
Aunque Yamcha alcanzó a escucharla, no podía dejar de concentrar su atención entera en el posible descubrimiento que había hecho.
-¡Yamcha! – lo llamó Bulma, esta vez conduciendo la nave con una mano para poder sacudirlo una y otra vez, con la otra.
Él volvió la cabeza hacia ella, estupefacto.
-¿Qué te sucede, por qué me miras así?
Esa expresión de idiota en el rostro del hombre, empezaba a impacientar a Brief.
La conclusión a la que Yamcha había, sonaba tan improbable como descabellada. Además de todo, si su objetivo era recuperar a Bulma, si le contaba del razonamiento al que había llegado, lo más probable es que no tuviera ninguna posibilidad con ella.
Así que decidió comentar cualquier cosa.
-De pronto el panorama me parece impresionante.
-No seas ridículo – lo reprendió Bulma – te has montado demasiadas veces en la nave como para que te sorprendas del paisaje ahora.
-Pues puedo sorprenderme de lo que yo quiera.
-Eres un grosero. No sé porque acepté salir contigo una vez más. Solo perderé mi tiempo.
La mención de la última frase, provocó que el estómago de Yamcha diera un vuelco y aterrizara sus esperanzas de una reconciliación con Bulma, tal y como sucedió la noche de la fiesta.
Era cierto que había conocido a un sin número de chicas, aun estando con ella pero hasta el momento, ninguna lo había cautivado tanto como la inteligente Brief. Por esa razón, se propuso luchar por recuperarla.
-Oye Bulma – dijo Yamcha de pronto.
-¿Qué pasa?
-¿Podríamos...me preguntaba si podríamos ir a ver a Goku?
-¡Ah – exclamó ella de pronto – ya veo. Has estado pensando en lo razonable que suena el hecho de que Vegeta quiera matarte ¿no es así?
-Sí, sí, sí así es – respondió el hombre con ansiedad.
-De acuerdo.
Bulma asintió con la cabeza al tiempo que cambiaba el rumbo de la nave.
-Para que veas que aunque te has portado mal conmigo, sigo considerándote un buen amigo.
Abatido, Yamcha inclinó la cabeza.
Tal parecía que el propósito de Bulma era romper sus ilusiones de una en una. Pero era natural que actuara de ese modo después de todo lo negativo que le había hecho vivir a su lado.
"Buena venganza – pensó – pero acabó de dar el primer paso para asegurar mi victoria".
En casa de Bulma, Vegeta no paraba de pasearse de un lado a otro en su habitación.
¿Por qué le desesperaba tanto que Bulma estuviera ausente?
Como no tenía idea de cuánto tardaría el padre de la irresponsable y vulgar mujer, decidió ponerse a ejercitar dentro de su habitación.
Estaba claro que aquello no le dejaría tanto provecho como el entrenamiento en la capsula de gravedad, pero era mejor estar en movimiento, a descansar y torturarse con inquietudes estúpidas.
Si pensaba en lo que había escuchado de Panchy, en cuanto a la relación de Bulma y Yamcha, había más de un motivo para declarar el definitivo fracaso de la salida de aquella noche. Pero la cabeza de Bulma era un asunto diferente.
Esa mujer utilizaba el cerebro en asuntos matemáticos, físicos y científicos pero a juzgar por la cara que había puesto al ver al idiota que la esperaba en la puerta, todo le indicaba que para el amor, no era capaz de entender las situaciones, mas allá de sus narices.
...
La casa de Goku empezó a divisarse desde la distancia. Primero viéndose tan pequeña como un punto y haciéndose cada vez más grandes después.
-Hemos llegado – comentó Bulma, mientras aterrizaba la nave.
Yamcha bajó de un salto y al poner los pies en tierra, estiró el cuerpo varias veces.
-Aunque la nave resulta muy cómoda, en algunas ocasiones se puede sentir algo pequeña.
Los comentarios de su acompañante, resultaban cada vez más extraños para la joven.
Era evidente que Yamcha estaba algo nervioso y quizás ansioso.
Esta vez Milk no salió para recibirlos.
Las ventanas estaban abiertas pero no había un solo ruido dentro de la casa.
Bulma y Yamcha caminaron hasta la puerta y con la mano cerrada en puño, golpearon tres veces.
Esperaron unos segundos pero no pareció haber movilización alguna.
Bulma preparó el puño para una segunda ronda de golpes cuando una voz los saludó desde una de las ventanas, provocándoles un sobresalto casi de muerte.
-¡Gokuuuu! – gritó Bulma con enfado.
El saiyayin soltó una carcajada.
-¿Los asusté, muchachos? Lo lamento – se disculpó aún desde la ventana.
Enseguida, la puerta fue abierta por Gohan.
-Bulma, Yamcha – pronunció saludando a ambos.
Era fin de semana y la familia Son, estaba pasando buenos momentos juntos.
Milk apareció casi de inmediato.
-Bulma, que gusto verte de nuevo por aquí. Veo que hoy traes compañía.
Yamcha se sonrojó levemente.
Ambos saludaron a Milk.
-Venimos a preguntarle algunas dudas a Goku – respondió Bulma – creemos que él puede conocer mejor que nosotros a Vegeta.
-¿Vegeta? – Inquirió Goku, rascándose la cabeza – no creo conocerlo con exactitud pero veré si les resulto de ayuda.
¿Qué pasa con él?
-Nos hemos dado cuenta – comenzó replicando Bulma – de que mira a Yamcha de una manera muy...como explicarlo – la joven de cabello azul se quedó pensando unos segundos antes de encontrar la palabra correcta y finalmente agregó:
-¿Furiosa? Creo que es la única manera en la que puedo describirlo.
Ahora fue Goku quien se quedó pensando.
Mientras que Gohan armaba sus propias conclusiones.
Milk que había escuchado la duda de los chicos, también empezó a buscar las razones posibles.
Yamcha había empezado a sudar frio.
Necesitaba hablar con Goku a solas de inmediato. Pero entre más pasaba el tiempo, más difícil veía poder cumplir con aquello.
-No creo que Vegeta esté interesado en matar a Yamcha si eso es lo que le preocupa. Espero que no te ofendas – continuó mirando a Yamcha – con lo que voy a decir, pero Vegeta solo ambiciona acabar con oponentes fuertes.
Con esto me refiero a enemigos que superan su fuerza, poder y habilidades. Además, tú nunca has tenido conflicto alguno con él, así que puedes dejar de preocuparte.
-Tal vez simplemente no seas de su agrado – sugirió Gohan – la personalidad de Vegeta es difícil y supongo que también será difícil que alguien le agrade.
-Estoy de acuerdo con Gohan – convino Milk – Vegeta suele tener un carácter poco accesible.
Yamcha sentía que se le acababa el tiempo.
-Tengo una teoría – dijo Yamcha en tono serio – pero me gustaría discutirla con Goku a solas si no es molestia.
Esperaba que los demás entendieran para poder por fin, hacer la pregunta que tenía urgencia por sacarse de la cabeza.
Las dos mujeres dentro de la casa y Gohan, se miraron unos a otros.
¿Por qué Yamcha no podía hablar con libertad con ellos escuchando?
Tal vez no quería que Bulma se angustiara más, pero aquello significaba entonces que existía una razón para que Vegeta quisiera eliminarlo y eso agravaba las cosas.
-¿Pueden dejarnos solos un momento? – pidió Goku al resto.
Ellos salieron de la casa pero pegaron los oídos a la puerta.
Tomando sus precauciones Yamcha se acercó lo más que pudo al oído de Goku.
-La pregunta que quiero hacerte, es seria. Así que por favor promete que no te vas a reír.
-Lo prometo – contestó Goku.
Yamcha respiró hondo antes de lanzar su cuestionamiento y entonces lo arrojó.
-¿Qué tan posible crees que sea, que Vegeta esté enamorado de Bulma?

VEGETA, EL CANDIDATO PERFECTO #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora