-Alis el chico del bar te está mirando-. Me codeó Ana. Volteé a mirarlo.
No puede ser, es el.
Volví mi vista a las chicas y negué.-¿Lo conocés?-.preguntó curiosa Roxan.
-Nos conocimos hace unos días en el colégio, pero nunca mantuvimos una conversación estable. Nada importante.
-Pues, esta es la oportunidad
-¿Que?... -. La miré sorprendida, espero que no se refiera a lo que estoy pensando que es.
-Vamos, vé a hablarle-. Continuó y entonces caí en sus palabras.
-¿Que?¿Acaso estás loca?. Claro que no iré.
-Creo que eso no hace falta amiga.
-Nos vemos luego-. Guiñó un ojo y siguió a Roxan.
-Hola-. Habló, ahora entendía todo. ¡Malditas!
Se sentó enfrente de mí.
-Hola-.Saludé, sonaba como una estúpida.
-¿Que te trae por aquí señorita Roldán?-. Si sigue así creo que no podré seguir. Solo veran un cadáver en el suelo en unos minutos.
-Solo vine a despejarme-. Ni siquiera sé porque estoy dando explicaciones. Que mensa soy.
-Buén lugar para hacerlo-. Río y lo acompañé.
Los segundos, minutos y horas pasaban y pasaban.
Sin darnos cuenta ya se había hecho muy tarde. Me sentía mareada. Pero no lo suficiente para saber que estaba haciéndo.
Busqué a Ana y Roxan, pero no las veía.
-¿Debés irte?
-Exactamente,pero no encuentro a mis amigas ahora-. Frunci el ceño y seguí buscando con la mirada... Pero nada. No las veía por ningúna parte.
¿Donde se habrán metido?
-¿Quieres que te lleve a casa? -. Preguntó amable.
-No quiero molestarte.
-No sería una molestia. Además también debo ir a casa.
-Está bién-. Le Sonreí. El me devolvió el gesto.
Salimos de la casa de Pith, me abrió la puerta del copiloto del auto confortable color negro.
Subí y me puse el cinturón de seguridad. Acto seguido lo hizo el, y así llegué a casa.
-Gracias por traerme James-. Besé su mejilla a la vez que desprendía el cinturón de seguridad
-No hay de que. - Sonrió.
-Te debo una- reí
-Con una salida mañana al parque me conformo.- lo miré y Sonreí.
-Hecho.
-Hasta mañana Roldán- sonrió
-Hasta mañana Sonner.