one.

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Era el primer año de Jeongin en ese Instituto y en la segunda semana de clases, su atención fue reclamada por un chico de rostro amable y sonrisa angelical que había visto caminando pacíficamente por los pasillos del lugar. Le comentó sobre el chico a su mejor amigo Chenle, quien estaba en el mismo curso que él y provenía de China, seguía sin entender cómo pero el rubio que hablaba coreano con algo de dificultad, sabía los nombres de la mayoría de los estudiantes, y así fue cómo el rostro angelical tuvo nombre, y era hermoso.

Kim Seungmin estaba dos cursos más avanzados que él, por lo que éste sería su penúltimo año. No lo sabía por ser un stalker, simplemente su mirada había encontrado aquel nombre en medio de todas las listas de los cursos que se encontraban en el mural de informaciones. Lo juraba, sólo fue una mera coincidencia.

-¿Ves ese chico de cabello castaño? Va caminando por la acera del frente.- señaló Jeongin cuando caminaban hacia sus hogares.-

-¿Te interesa Seungmin hyung?- cuestionó el chino dirigiéndole una mirada pícara.-

Jeongin quedó estupefacto y detuvo su andar.

-¿Es su verdadero nombre o estás inventando?

-Todavía no sé inventar nombres coreanos, genio.- respondió Chenle tirando de la manga del pelinegro para que continuara caminando como hacían segundos antes.-

-No entiendo cómo es que sabes los nombres de la mitad del Instituto pero aún no sabes escribir bien la mayoría de las palabras.

El comentario ofendió al rubio, quien hizo una mueca de desagrado sin contestar nada.

Y así fue cómo gracias a su amigo con risa de delfín se enteró cómo se llamaba el tímido hyung que robaba su aliento cada vez que lo veía. Seungmin tenía rostro de niño pequeño, a Jeongin le costó creer que fuera dos años mayor que él, pero podría lidiar con aquello.

...

El chico de brackets no era del tipo obsesivo cuando sentía atracción física por alguien, simplemente hacía lo que debía hacer y si veía a Seungmin pasar por los pasillos, sonreía con las mejillas coloradas y bajaba la mirada. No andaba pendiente del otro chico ni escondiéndose en los rincones para observarlo, prefería dejar todo en manos del destino. Síp, si el destino quería que se encontrara a Seungmin, pasaría, y si no, no buscaría maneras de que eso sucediera. Era un convencido de que las cosas suceden por un motivo en cierto momento determinado, como si todo ya estuviera escrito y sólo tuviera que esperar a que se cumpliera.

Y ese día el destino hizo su trabajo a la perfección, porque Seungmin estaba en el club de música al igual que él. Debía admitir que esperaba encontrarse a cualquier persona allí, menos a él. Sus ojos estaban abiertos a más no poder y pestañeó sólo cuando sintió un codazo en sus costillas por parte de Chenle.

Seungmin le dirigió una mirada de extrañeza al pelinegro que sacudía su cabeza de un lado a otro como si tratara de quitar algún bicho de su cabello, esto le causó ternura y no pudo evitar reír por lo bajo, razón por la cual el rubio que intentaba calmar al niño inquieto lo estaba mirando fijamente. El castaño no dudó en volver a su semblante de tranquilidad que lo caracterizaba, sintiéndose avergonzado al haber sido descubierto observando comportamientos ajenos.

-Seungmin hyung te estaba mirando.- murmuró Chenle entre dientes, intentando conservar su sonrisa para que el castaño mayor que ellos no sospechara que estaba hablando de él debido al reciente acontecimiento.-

-No me hagas falsas ilusiones.- Jeongin dejó de sacudir su cabeza y comenzó a jugar con las mangas de su chaqueta sintiendo algo de vergüenza al imaginar que su amigo podría estar diciendo la verdad.-

angelic smile | seunginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora