Apenas dormí anoche. Ayer monté un número increíble en la estación de trenes. La casa está bacía, como siempre. Me levanto de mi cama, el pijama que uso es: un pantalón corto y una camiseta ancha y cómoda, con un estampado, de alguna película. Me permite ver el horror que me quedó en el cuerpo, brazos, piernas, abdomen. Llenos de moratones, golpes y raspones. Al parecer ese líquido de color, me quita el dolor durante su efecto y lo recibo cómo consecuencia a la mañana siguiente.
Voy al baño y empiezo a sanar mis heridas con mi mejor esfuerzo, a pesar que no se nada de medicina. Debería ir al club de lectura, hoy es domingo, sin embargo ya lo viví dos veces, aunque me coma la cabeza de vez cuando, tratando de diferenciar, lo que estoy viviendo, con lo fue un error, seguiré aquí cómo siempre.
Me arreglo, tratando de esconder lo mejor posible los moratones y la heridas. Estoy apunto de salir y maat se me acerca, había olvidado que seguía aquí. La agarro y me monto en la bicicleta, pongo rumbo al club de lectura, al llegar eva me abre la puerta, raramente todo sucede exactamente igual que la otra vez. Las chicas se ponen a acariciar a maat y llega eva corriendo, supongo que no será por la estación, eso ya lo arreglé.
- Chicas, estuve preparando una sorpresa, gracias al auspicio de isabella alquilamos una cabaña y nos vamos a quedar dos días allí, ¿que les parece,?- las cuatro saltamos de la emoción - pero la mejor parte, es que deber traer buenos tajes de baño, porque está frente a la playa.
Las chicas se alegran un montón, empiezan a hablar de todo menos el libro. De repente, mi cabeza da vueltas y vueltas, me retiro un momento al baño, estoy tan mareada, herida y sola. Mi vista se nubla, los pasos que doy ya no los controlo, mis manos ya no son de mi propiedad, agarro el lápiz labial de la mochila, dejo caer la tapam me subo la manga y mis manos empiezan dibujar, no puedo verlo, ya no puedo hacer nada, estoy así unos cinco minutos y para. Todo mi cuerpo se detiene, me caigo al piso, por suerte ya soy mía, ¿quien se atreve, a robarme de esa manera.? Recupero la vista, lo primero que veo es mi brazo y en el escribí algo así:
-.-- .- / ... --- -- --- ... / -.. --- ... .-.-.
No puedo seguir aquí. Salgo del baño corriendo, en la sala están las chicas, les digo que debo irme sin ningún tipo de tacto, agarro a maat, salgo por la puerta y monto la bicicleta. Mis ojos se sierran, no se si estoy durmiendo o si estoy en la realidad. Mi cuerpo toma el control sobre mi cerebro y conduce la bicicleta como si nada abro los ojos y estoy en mi casa me levanto tiro la bicicleta entro a la casa y me lanzo el la cama en la mesita de noche tengo una libreta en ella escribo lo que tengo en el brazo aun no le doy explicación pero lo único que quiero es dormir descansar es lo que me hace falta maat duerme junto a mí es muy suave aunque afuera esté el peor de los escándalos seguiría durmiendo
Ahora estoy donde quería estar, el ambiente es fresco, solo se escucha la naturaleza, aquí todo es paz. El prado sin nombre es perfecto para escapar. Maat sale corriendo a la mansión, le abro la puerta, apenas abrirla me encuentro a la dama esperándome, la miro a los ojos y veo su preocupación, un pesar que me transmitió solo desdicha.
ESTÁS LEYENDO
La Garza
Teen Fiction¨alba¨es cómo la llamaban en su casa, ¨al¨ es cómo la llaman sus amigos, ¨la garza¨ es cómo la llaman aquellos que jamás la olvidarán. alba se verá cara a cara con a sus mayores miedos, sus más grandes debilidades, a ese chico que la vuelve loca, a...