Frozen Hands

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Aquel día había amanecido más frío de lo normal.
El otoño había pasado bastante tranquilo, con días cálidos y noches frescas, y cuando el invierno llegó fue casi de golpe, con mañanas tan heladas que llegaban a lastimar la piel expuesta y noches como para dormir con cinco frazadas encima.
Sin embargo, aquel día pequeños puntitos blancos caían con parsimonia desde las nubes, blanqueando todo a su paso.

Y claro, Jimin amaba la nieve, siempre lo había hecho, pero había un pequeño problema.
Y es que Park Jimin es una de las personas más friolentas del mundo.

Siempre había sido así, su temperatura corporal en las extremidades era bastante baja, incluso de niño lo habían apodado "el chico con manos de hielo" porque sus manos eran tan frías que parecían estar hechas de hielo puro.
Temblaba hasta con la más suave brisa, y eso le molestaba bastante.

Sus seres queridos solían huir de su toque en las temporadas más frías, y eso le resultaba tanto gracioso como molesto, ya que aunque le encantaba bromear con ello, Jimin siempre había sido una persona muy apegada al contacto físico.

Pero entonces, lo había conocido.

Un maullido interrumpió sus pensamientos, así que dejó de mirar la nieve caer y se acercó a Makki, su pequeño y adorable gatito de pelaje blanco como la nieve y ojos azules como el cielo, y le acarició la cabeza con cariño, recibiendo un suave ronroneo por parte del minino.

Se duchó, vistió, y desayunó, como cada mañana, y justo cuando estaba por salir escuchó el timbre sonar, indicando que alguien había llegado.

Fue inevitable la enorme y radiante sonrisa que se posó en sus labios en cuanto vio al pálido chico pelinegro devolverle la mirada desde el pórtico.

Min Yoongi.

Sólo pensar su nombre causaba que miles de mariposas empezaran a revolotear en su estómago.

Lo había conocido hace ya tres años, en el cumpleaños de su mejor amigo, Taehyung, y desde entonces pudo sentir esa chispa que encendía sus mejillas y lo hacía actuar como un completo tonto.

Pensó que no lo volvería a ver luego de aquella fiesta, pero resultó que iban a la misma universidad, sólo que en carreras diferentes, ya que Yoongi estudiaba música en el Ala Este, mientras que Jimin recibía sus clases en el Ala Sur.

"Debe haber sido el destino" pensaba Jimin.

Y es que Min Yoongi y Park Jimin realmente se complementaban.

Mientras que Park era todo risas y efusividad, Min era sonrisas suaves y tranquilidad. Park gustaba de bailar, Min gustaba de crear la música para que Jimin baile. Park amaba la primavera, Min amaba el otoño. A Park le gustaba el chocolate caliente, a Min le gustaba el café amargo. Y mientras que Park solía estar muy frío, Min solía mantener sus manos cálidas.

Justo a tiempo. — Los ojos de Jimin brillaban como dos pequeñas estrellas, y eso maravillaba a Yoongi.

Por ti siempre, dulzura.

Yoongi le sonrió, y le ofreció sus manos desnudas para que Jimin las tomara. Este sin dudarlo aceptó, sintiendo la calidez extenderse desde la punta de sus dedos hasta su pecho, y juntos tomaron rumbo hacia la universidad, con los pequeños copos de nieve enredándose en sus oscuros cabellos, sus manos tomadas, y su amor floreciendo hermosamente aun en los días más fríos.

Y es que Jimin y Yoongi sí tenían muchas cosas en común, pero la que más resaltaba era que ambos sentían esa calidez en sus corazones cada vez que veían al otro sonreír, una calidez que recibe muchos nombres, pero que al final de todo siempre significa lo mismo.

Amor.

Porque Jimin y Yoongi se amaban con toda el alma, y aquello era sólo el comienzo.

Fin.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2019 ⏰

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