Desilusión.

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-Kookie.- llamó el mayor mientras escondía su nariz en pecho de este para inhalar su varonil aroma.

-Dime,bebé.- respondió  mientras besaba la hermosa cabellera de mayor y apretaba mas el agarre en su mano.

-Creo que me estoy enamorando.

Y el corazón de Jeon Jungkook no podía estar más feliz en ese momento.

Sentía las enormes mariposas volar por todo su vientre como un hormonal adolescente enamorado. Sentía que podía tocar el cielo con la punta de sus dedos y volver a la tierra de un salto. Imaginaba a esos hermosos ojos negros mirándolo con tanto amor como él los miraba. Quería besarlo hasta que sus labios queden más rosados de lo que ya eran.

-Bebé...- las palabras parecían ahogarse en su garganta y no querer salir de ahí.- ¿Como lo sabes, mi amor?

Jungkook tenía miedo, miedo de que Jimin esté confundiendo sus sentimientos gracias a su síndrome.

El pelinegro acuno el rostro del menor entre sus manos mientras lo miraba directamente a los ojos y acariciaba suavemente su mejilla.

-No lo sé, Kookie.- dijo este mientras miraba al piso un poco sonrojado.- Es solo que él es tan perfecto.

Espera.
¿Él?
¿A que se refería su Jimin con "él" ?

Las manos de Jungkook cayeron a sus costados como si estuvieran cargando mucho peso como para resistir.

-¿Él?.- preguntó algo extrañado mientras se acercaba un poco más a Jimin quien seguía mirando el piso.- ¿Quien es él?

Jimin levantó la mirada hacia el pelinegro y este pudo ver sus dos hermosas orbes negras con un hermoso brillo en particular, un hermoso brillo que jamás sería destinado para él.

-Bae.- dijo el pequeño pelirosado con una hermosa sonrisa.- Del chico del que te hable,Kookie.

En ese momento el mayor sintió que ya no podía hacer nada, desde que Jimin había entrado en esa academia todo había cambiado ligeramente, al principio no entendía porque lo veía mucho más entusiasta que en el comienzo. Siempre lo veía más feliz y con ese hermoso brillo en sus asiáticos ojos, siempre se arreglaba más de lo debido a la hora de irse, y ya casi no podía ir a las consultas ya que según el menor "estaba algo ocupado". Jungkook no había notado esos signos de que algo estaba pasando y sentía que podía morirse en ese mismo momento, el niño de sus ojos estaba enamorado de otra persona que no era él.

Su Jimin, su bebé, su amor, su Mochi, ya no le pertenecía.

-¿Jungkookie?.- llamó Jimin sobándole el brazo mientras escondía su pequeño rostro en el cuello de este.- ¿Estas bien?

Jungkook lo miró, miró esos preciosos ojos, miró esos cabellos rosas, miró esos hermosos callejea regordetes y respondió.

-Claro que si,bebé. Espero que seas muy feliz.

Porque Jeon Jungkook podía hacer cualquier cosa por Park Jimin, hasta ocultar su amor por él.
❤️🌟

Jungkook dejó a Jimin en su casa antes de que oscureciera, el chico se había despedido muy contento de él y le había dicho que el tal Bae lo había invitado a una cita el Viernes por la noche así que no podría asistir a la consulta que tenían los dos juntos.

Jeon Jungkook no se consideraba una persona alcoholica, todo lo contrario, no le gustaba tomar demasiado ya que después terminaba con jaqueca. Pero esta vez tomo un rumbo muy diferente al habitual, iría a un bar. Cualquiera que lo viera en esa circunstancia diría que lo han despedido de su trabajo o hasta que ha perdido una apuesta, pero no, Jeon jungkook había perdido algo mucho peor que las dos cosas mencionadas anteriormente, había perdido el amor de Park Jimin.

Todo por su estupidos sentimientos, todo por ese estupido amor prohibido que sentía por el menor. Un psiquiatra enamorado de su paciente ¿Quien lo pensaría? La persona que lo tendría que ayudar en realidad estaba haciendo que cayera en un infinito pozo lleno de sentimientos ocultos.

Si tan solo fuera tan fuerte como para que no le importara lo que la gente piense o diga y se guiara en sus propios sentimientos.

Cuando ya eran pasadas las 3 de la mañana decidió irse por fin a su casa, con ayuda del Barman encontró un taxi el cual lo llevaría a su departamento.

❤️🌟

Era viernes por la noche y Jungkook decidió ir al pasear al centro comercial mientras hacía las compras de la semana.
Tenía un plan perfecto, ya no le importaba nada, iba a decirle a Jimin cuanto lo amaba aún así este no corresponda sus sentimientos.
Nada podía perder por intentarlo.

Prepararía una hermosa cena como el amor de su vida lo merecía, compraría velas y muchas flores.

Todo saldría maravilloso.

Llamó a un taxi y subió en este, en el camino escucho su celular vibrar y la pantalla brillar. Era su Jimin.

-¡Jungkookie! Adivina.- dijo este gritando al otro lado de la línea.

-¿Ganaste el concurso al más hermoso de todo Corea?.- preguntó divertido este.

-Bae me pidió ser su novio.- un silencio se escuchó al otro lado de la línea.- ¡Y acepte!

Jungkook no sabía si había perdido la noción por la noticia que le acababa de dar Jimin o por el fuerte impacto que recibió el auto donde se encontraba.

Síndrome de Peter Pan.- Kookmin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora