Capitulo único

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—¡Kyungsoo! — Baekhyun llamó a su amado.

—Silencio, Baekhyun. Estoy en medio de algo importante — dijo mirando a la pizarra llena de números y letras. Con una mano, hacía presión en su barbilla con ayuda de un marcador y con la otra, sostenía un par de hojas de papel.

—¿Algo más importante que yo? — hizo un adorable puchero que logró captar la atención del pelinegro.

—No, pero si lo suficiente para darnos de comer — sonrió y Baekhyun lo imitó.

—Deja por un momento eso, ¿quieres? — se acercó a él y acarició su pecho —. ¿Quieres ir a comer?

—Baek, tengo que terminar esto — el castaño suspiró y asintió.

—Está bien, pero prométeme que almorzarás luego — Kyungsoo lo observó atentamente.

Recordaba muy bien el día en que lo conoció; solicitar un asistente podía ser tedioso, aburrido y bastante triste. A Kyungsoo no le gustaba rechazar a las personas pero, en cuanto vio al pequeño castaño con la solicitud de empleo en mano, rechazó a todos los demás. Se enamoró de él sin siquiera conocerlo a profundidad.

Tal vez hizo mal al rechazar a los otros solicitantes pero no le importó. Gracias a eso, Baekhyun estaba con él desde hace dos años y habían iniciado su relación hace algunos meses.

Los ojos de Baekhyun eran su debilidad. Se acoplaban tan bien a su personalidad y el brillo que emanaban era hipnotizante.

Aquellos ojos reflejaban en ese instante un atisbo de tristeza y de comprensión por lo que Kyungsoo fue débil y accedió.

—Llamaré a Minseok para que termine esto, ¿si? Dame diez minutos.

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—¿Te gustó la comida? — caminaban tomados de la mano. Kyungsoo hizo una mueca y negó.

—Me gustan más tus besos — sonrió y Baekhyun volteó a verlo, conteniendo una risa.

—Tú, Do Kyungsoo, jamás te pones en modo romántico, a excepción de que quieras algo— el pelinegro mordió su labio —. Así que dígame, ¿qué es lo que quiere? Jefe — sacó el celular de su bolsillo, listo para anotar con el enfado plasmado en su rostro.

—¡No! — le arrebató el teléfono de las manos —. Baek, esto no es trabajo — Baekhyun alzó un ceja —, está bien, si es trabajo — el castaño bufó y desvió la mirada —. Pero no estoy hablándote como un jefe, lo hago como tu novio, ¿me entiendes?

—En realidad... no — sonrió apenado.

—Necesito que me des tu opinión.

—¿Sobre qué?

—Quiero que veas el modelo del proyecto.

—¿Lo has terminado ya? — exclamó asombrado.

—Aún no pero he avanzado mucho — Baekhyun hizo una mueca.

—Ya lo sé. Es gracias a que has rechazado todas mis salidas e invitaciones a comer.

—Lo sé y lo siento. Pronto terminaré todo esto y saldremos a donde tu desees, ¿te parece? — Kyungsoo sonrió esperando atentamente la respuesta de Baek.

—Bien pero será por un largo tiempo.

—Si, si. Anótalo en mi agenda — Baekhyun sonrió.

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—¿Qué demonios es esto, Kyungsoo? — observaba con atención el lugar totalmente en ruinas al que lo había llevado Soo.

—Son las antiguas instalaciones de la empresa de mi abuelo — suspiró —. Nadie quiso comprar el terreno desde la modificación de la ley robótica del presidente Zhang.

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