Cuando enpeso todo esto

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Antes de empezar con la historia debo decir que esta historia tenía planeado después de terminar el deseó prohibido, pero ya que tenía un tarea que era hacer una historia no me quedo de otra que hacerlo antes. Voy a seguir publicando, el deseó prohibido cada semana así que no habrá ningún cambio.

Es un día normal, vengó del trabajo a las 1:30 de la mañana, ya que me quedé revisando unos informes. Vengó como la lluvia cae mientras conduzco hacia mi casa para por ser descansar. Veo como la calle está desierta sin una sola persona solo yo y la incesante lluvia. Me pongo a pensar sobre cosas del trabajo mientras llego a mi casa, y que cuando conduzco no me gusta escuchar música.

Al llegar a mi casa, veo como todo está callado y sin una luces prendidas. Así que simplemente meto con cautela mi carro para no despertar a nadie. Al está estacionar mi carro me dirijo a el cuarto de mi hija y como Siempre a esta hora está dormida, ella es muy lista para se una niña de solo 10 años. Cierro la puerta con cuidado para evitar que se  despierte. Me dirijo hacia mi cuarto para poder dormir de una vez, pero al llegar a el cuarto vi que mi esposa se había dormido en la mitad de la cama, no quiero despertar la a si que no me queda de otra que dormir en el sofá. Muestra voy a la sala me doy cuenta que feo se siente cuando no hay nadie despierto.

Al llegar a mi sala, me pongo a ver las noticias de la noche para quedarme dormido, veo que hay algunos problemas en el hospital, como que hay personas que están entrando en locura ya que están atacando a algunos doctores, pero dicen que no hay nada de que preocuparse. Mejor ya la apagó para dormir.

Al siguiente día…

-Despierta dormilón.

-ah Buenos días Anyelik.

-Recuerda que debemos ir a ver a mis padres hoy.

-Si ya se solo déjame despertarme_ dijo levantándose de el sofá rascándose la cabeza.

-¡Hola papito!

-Hola Anyela_ dijo abrasando a Anyela.

-Hola hija.

-Hola mami, hoy iremos donde los abuelos.

-Así es_ dijo acariciándole el cabello a Anyelik.

-Pero antes hay que desayunar.

Era un desayuno normal y corriente, mientras desayunamos, Anyelik me pide que prenda la televisión para ver las noticias. Al prender la televisión vimos que la situación en el hostal no había mejorado, ya que el reporte decía que las personas contagiadas con un virus que hicieron llamar, el virus de la rabia. Ya que a las personas que les daba está enfermedad soltaban mucha espuma de la boca y que se llenaban de una furia asesina. Mi hija se estaba asustado, a si que decidí cambiar de canal para que no se asuste.

Al terminar de desayunar fui por el auto a la cochera, salimos de la casa para dirigirnos a la casa de los padre de Anyelik, como siempre a esta hora había un tráfico horrible que parecía que no se movian los coches. De repente oímos unos gritos desde atrás del auto, salgo del auto para ver qué sucede.

De repente un hombre me hace caer a el suelo por asiente, ya que se notaba a su es precio de su rostro que intentaba huir de algo. Vi a mi frente como un hombre con una bata de hospital atacaba una mujer. Era horrible, se notaba como la mujer sufrí se de dolor, ya que el hombre la mordía en el cuello, se notaba como la sangre brotaba de su cuello.

-Anyelik saca del auto a Anyela y larguémonos de aquí.

-Que ocurre Gabriel.

-No tengo idea, pero hay que irnos de aquí

- Papi que sucede_ dijo Anyela saliendo abrasada de su madre del auto.

-Nada mi niña, todo va a salir bien.

-Vamos Anyelik, hay que huir.

Nos fuimos a el centro comercial más cercano, para conseguir provisiones.
Al llegar.

-Anyelik, hay que buscar agua y comida enlatada.

-Si Gabriel, yo me encargo del agua.

-Ya, tranquila Anyela todo va a salir bien, nos encontramos aquí afuera en medía hora.

Me dirigí a buscar una mochila y provisiones, pero se me hacía difícil ya que tantas personas que no te permitían el paso.

Logré conseguir algunas latas de conserva y algunas bolsas de comida chatarra. Al salir vi como Anyelik estaba ya esperándome con una mochilas en hombros.

-Ya nos vamos Gabriel.

-Si, hay que ir a la casa abandonada cerca de acá.

Mientras nos dirigimos a la casa abandonada, me logró percatar como más personas están llegando a el centro comercial, logró ver cómo las personas se atacan para robarse las cosas, no puedo creer que la sociedad haya caído tan rápido, pero bueno comprendo por qué lo haces no tienen otra opción ya que esos monstros tomaron la cuidad demasiado rápido.

-Hay que ir entre los callejones, para que no nos encuentren esos monstros.

-Si vamos.

Gracias a Dios, no nos encontramos con ninguno, entramos con cautela ya que pensábamos que habría alguien adentro, pero no había nadie, era un casa demacrada que parecía que no fue tocada por algún ser humano en años, parecía que en cualquier momento esta casa que caería en pedazos, pero por ahora tendremos que quedarnos haca.

-Anyelik encontré un lugar donde puedes dormir, toma encontré unas mantas para que puedas dormir junto a Anyela.

-¿Y tu?

-Yo tengo que vigilar que nadie venga a la casa.

-Okey Gabriel ten cuidado, por favor_ dijo dándole un beso en la mejilla.

-Lo tendré.

Me dirigí a la puerta, junto a un fierro que encontré en un cuarto, agarré una silla destrozada pero que aún servía para sentarse, cuándo estaba en el centro comercial encontré un cuaderno y un lápiz, en esto escribiré todo lo que pase todos los días. No puedo dormir ya que tengo que cuidar a mi familia, porque sucedió esto, yo siempre creí que el mundo acabaría con alguna guerra o algo así, nunca pensé que algo así pasaría. Solo por un simple virus todo el mundo se fue por la borda.

El Diario De Un Superviviente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora