Ecos Del Alma

Capitulo II

Algunos de los hospedados se asomaban por las ventanas, otros entre abrían las puertas. Golpes metálicos, choques contundentes en la la pared, el ruido producido capto la atención del dueño y los empleados.  Sonó un golpe más y la puerta del dormitorio se hizo añicos, la madera voló junto con un bulto negro. Al caer vieron que era una persona con una túnica de cuero. Kazuto se materializo de entre las sombras de su habitación. Tenia puesta una mascara de Kabuki roja de media cara que representaba un demonio con los colmillos exageradamente largos, sus ojos antes café claro se volvieron azules que literalmente brillaban y el cabello había perdido su color rojo para dejar paso a un profundo negro.
 
  El sujeto de la túnica se levantó. Kazuto tenia la espada de su adversario en la mano izquierda y en la derecha sostenía su propia daga.

-¿Quienes son ustedes?- pregunto nervioso el dueño del lugar- ¿Donde esta el muchacho de esa habitación?

-Yo lo mate, ¡y si no te callas a ti también te matare!- contestó Kazuto, era imperativo que nadie supiera nada de el- ¡Tu! El idiota del suelo, toma esto.

Le arrojo su espada para que pudiera seguir peleando, el tipo se sorprendió, no esperaba hallar honor en su enemigo. Kazuto se dirigió a la salida seguido por su enemigo.

Aproximadamente.... Dos horas antes.

Ella estaba terminando su tesis, esta tenia el porcentaje más alto de su calificación final. Pero bueno, tenia dos meses para realizar su trabajo y ella estaba adelantada una semana. En unos minutos podría, por fin, relajarse.
 
  Finalmente termino, se reclinó en su silla y dejo escapar un ligero suspiro. Estaba a dolorida de la espalda y la cabeza.

-Dios... Al fin acabe....

  Dijo Ciri con cansancio y satisfacción a partes iguales. Se frotó el cuello y se levanto; fue directo a la cocina. No tenía nada para comer así que tomo un suéter y salio para comprar algo "quizá una hamburguesa" pensó y, sin más dilación, fue directo a las escaleras de su edificio.

  Al llegar a su restaurante pido, como no, una hamburguesa muy grande, el dependiente se sorprendió de que una chica tan bella comiera eso.

  De regreso decidió atajar por un callejón, no era muy peligroso, ella había pasado, tanto de día como de noche, cientos de veces por ese lugar.

  Escuchó un sonido muy leve detrás de ella, pero no le prestó atención. Volvió a escucharlo, esta vez más cerca de ella, eran pasos; alguien corría apresuradamente tras ella. Trato de no entrar en pánico y miro levemente sobre su hombro. Entonces se dio cuenta que estaba en el suelo con la cara llena de tierra. Estaba mareada, noto que es el codo y muslo izquierdo le dolían. Trato de levantarse pero, el que la había embestido la tomo del brazo y le dio un tirón obligándola a levantarse bruscamente. Aun estaba algo mareada y la luz era muy tenue. Cuando pudo ver el rostro del sujeto que la tenia sujeta de un brazo sintió que el alma se le escapaba del pecho era un demonio...

Kazuto corría apresuradamente, cuatro tipos lo perseguían. El nunca corría pero esta vez no tuvo elección. Poco antes estaba combatiendo a sus oponentes sin ningún problema, como iban llegando iban muriendo. Pero de algún modo uno de sus enemigos logro darle con un pequeñisimo cuchillo en la espalda, este estaba untado con un veneno que paralizaría durante una semana a un humano normal, pero a un portador le bloqueaba sus poderes, impedía el uso de su anima y por lo tanto inutilizaba su eco. Sin el control de su anima los portadores eran como cualquier humano. Fuerza, piel dura, rapidez, sentidos agudizados, regeneración de tegidos y por supuesto sus ecos; todo eso se iba temporalmente, el efecto duraba al rededor de 8 horas. Claro que aun tenia su habilidad en combate y una resistencia al dolor muy alto. Pero cuatro sujetos con espadas y el solo con una daga era una apuesta poco inteligente. Así que corrió, entro en un callejón y si darse cuenta se dio de bruces con una persona. El se levantó apresuradamente y la tomo del brazo para levantarla. Cuando la vio se sobresalto "¿la asesina de cafés?". Pero no demostró su sorpresa.