El cielo nublado se lograba divisar desde la ventana de la pequeña habitación de Satou Masashi, el joven con piel morena, ojos verde esmeralda, cabellos lisos y negros se asomaba y contemplaba con cierta nostalgia aquella vista. Un día frío, un cielo gris, un anden vacío, tiendas cerradas.El joven abandonó su apartamento luego de haberse arreglado para ir al instituto, empezaba su primer año de preparatoria. Caminó durante veinte minutos, divagaba mientras observaba con detalle su alrededor, las plantas delicadas que se mecían con la brisa mañanera, los pocos transebuntes que con rapidez se dirigían a sus trabajos, los automóviles que doblaban sin direccional por el afán de llegar temprano y más que todo miraba con tristeza a los niños que caminaban junto a sus padres. Eso hacia todos los días desde hace tres años, andar con paso pesado a través de eternas calles.
Llegó al colegio a las 8:50, recibió sus libros de texto y se ubico en una silla del vacío gimnasio del colegio, allí se realizaría la ceremonia de bienvenida. Masashi caviló por un momento “por qué llegue tan temprano, por qué vine al colegio” nunca habia entendido sus propias acciones, siempre terminaba preguntando sin esperar respuestas.
Al cabo de poco tiempo la puerta del coliseo se abrió de nuevo, por ella entro un joven sonriente con cabellos ondulados, brillantes y castaños, tez blanca y ojos azules, el muchacho se acerco con cautela al pelinegro y pregunto con una sonrisa sincera.
-¿Qué haces aquí tan temprano?, ¿no es aburrido?
Masashi contempló al chico por un momento, esos ojos azul brillante lo irritaban, era como si se estuviera burlando de su desgracia siendo tan abierto con su felicidad, enojado por el sonriente chico el moreno respondió con un tono burlón y fastidiado.
-Si te parece tan aburrido, ¿por qué estas aquí también?
El chico sonrió y musitó con cortesía
-Es interesante ver al colegio vacío por la mañana, es tan tranquilo y hermoso, la soledad lo hace ver tan perfecto.
Masashi quedó petrificado, no podía creer que a ese joven le gustara la soledad “de seguro no la entiende” pensó el moreno y en un susurro le respondió.
-Ja ja, no veo tal “perfección”.
El joven soltó una risa y junto a una gran sonrisa comentó.
-Eres muy interesante, me llamo itou kazuyuki, es un placer conocerte.
El pelinegro se asombró, no había conocido a alguien tan descaradamente abierto en su vida, desde que tenía memoria, solo recordaba caras serias y sin vida.
Masashi desvío su mirada y cuando se disponía a decir su nombre las puertas se abrieron y los atolondrados estudiantes entraron al lugar, itou fue arrastrado por el tumulto y el moreno perdió la oportunidad de ser amigo de la primera persona que fue amable con él.
ESTÁS LEYENDO
La Lluvia Del Atardecer
RomanceEl dσlσr dє lα ѕσlєdαd αgσвíα lα mєntє dє masashi,єl tíєmpσ pαѕα lєntαmєntє ч ѕu ѕufrímíєntσ ѕє єхtíєndє pσr єl αmвíєntє lα вríѕα fríα ѕє llєvα ѕuѕ pєnѕαmíєntσѕ ч lα lluvíα ѕuαvє αcσmpαñα ѕuѕ lágrimas. ¿Cσmσ ѕupєrαra masashi єѕє ínѕσpσrtαвlє dσlσr d...