Cambió de canal por más de diez veces, dándole la vuelta completa al sistema de televisión de paga que tenía. Su esposa desgraciadamente no dormía a su lado esa noche porque había salido de viaje a Daegu para visitar su pueblo natal.
Pero el problema no era ese, no. Sino que se encontraba más caliente que la mierda y no podía tener una noche desenfrenada de sexo porque su esposa no se encontraba y jodidamente tenían la oportunidad de sus vidas. Su hijastro parecía haber salido a quién sabe dónde con quién sabe quién y se suponía que no regresaría hasta mañana por la tarde.
De hecho casi no lo veía, era como una sombra, aparecía de vez en cuando y se esfumaba dejándolo intrigado, dejándole con ganas de preguntarle si lo odiaba por haberse casado con su madre y ser su nueva pareja o si sencillamente le era totalmente indiferente lo que hiciera con su vida. Pero basta, MinHo, deja de pensar en eso.
Muy pocas veces recurría a la masturbación. De hecho últimamente no lo había hecho porque si era sincero, su vida sexual se había vuelto mucho más activa desde que se había casado con SooYoung. De hecho no esperó que la vida de casados fuera tan maravillosa como lo era con ella. SooYoung era bellísima; alta, delgada, con las proporciones perfectas y un cabello castaño y largo hermoso, sus ojos destellaban felicidad a lo lejos y su sonrisa irradiaba simpatía, lo contrario a TaeMin.
¿Y qué mierda hace TaeMin en tus pensamientos cuando estás a punto de masturbarte, MinHo?
Abrió los ojos con algo de frustración, pasándose la mano por el rostro para quitar los rastros de su exasperación hasta que relajó el cuerpo y decidió dejar un canal justamente con contenido adulto del que su esposa no estaría orgullosa de encontrar. La luz de la pantalla que se encontraba al frente de su cama era lo único que iluminaba la habitación a esas horas de la noche. Él se encontraba con las sábanas hasta la cadera y con el torso desnudo cuando los gemidos se escucharon lo suficientemente alto como para indicarle que "algo" estaba creciendo dentro de su ropa interior.
La mano del moreno se deslizó debajo de las sábanas y traspasó directamente su ropa interior para sostener su falo ya erecto mientras las imágenes comenzaban a subir muchísimo más de tono en la televisión. El vaivén que adaptó fue uno lento, como lo hacía SooYoung cada vez que el sexo oral les tentaba a los dos. ¿TaeMin lo haría igual de lento que su mamá? Y bueno, ¿qué demonios haces pensando en tu hijastro, maldito Choi pervertido? Se regañó mentalmente una vez más antes de volver a indagar en sus pensamientos.
Pero le resultaba imposible no pensar él. TaeMin era rubio, con cabello rebelde y corto, llevaba piercings en las orejas y estaba casi seguro que uno en la lengua. Sus ojos no irradiaban ningún tipo de emoción y casi siempre estaba fuera de casa. Era un adolescente rebelde donde quiera que se le mirase y eso llamaba aún más su atención, pero no debía, estaba casado.
El sonido de la puerta al abrirse retumbó por la sala cuando TaeMin entró a la casa en un estado bastante deplorable que gritaba a todo el mundo lo terrible (o genial) que debió haber estado la noche. El olor a alcohol emanó desde su boca combinado al tabaco, mientras que su ropa lograba tener una mezcla de perfume y cigarrillo del que su madre no se encontraría orgullosa si lo viera así, ¡y mierda, su madre! ¿Qué demonios se suponía que debía decirle ahora? Las cosas al final cambiaron y tuvo que terminar regresando a casa.
El rubio cerró con sigilo la puerta de su hogar mientras intentaba caminar entre la oscuridad a esas altas horas de la noche con un estado altamente etílico en la sangre que probablemente le haría caer, pero no, debía ser cauteloso.
Se quitó los zapatos para que las pisadas no fueran tan ruidosas y mientras subía las escaleras a los cuartos de arriba con total paciencia, ciertos ruidos que sonaban con gemidos comenzaron a escucharse con ligereza y en aumento con cada paso que daba más y más cerca.
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Daddy Issues
Fanfic-Tu madre fue a Daegu. ¿Qué haces tú aquí si se suponía que no ibas a llegar, TaeMin? Y lo peor fue que MinHo ni siquiera lo miraba, continuaba masturbándose el desgraciado mientras le hablaba con una sonrisa en los labios casi como si intentara bu...