105 palabras.
Todo en ti era arte. Tu sonrisa, tus ojos oscuros, pero con mil colores y sentimientos a la vez, tus ruiditos al dormir y tus quejidos al despertar temprano.
Tu cuerpo era arte, tu cuello, tu cintura, tus piernas y otras partes que no son necesarias mencionar. Me gustaba pintar cada parte de ti con las marcas rojas de mis dientes y mis pintalabios carmesí. Tu voz también era arte, cuando te tocaba, eras como un armonioso instrumento y tus ojos eran la partitura que me guiaba.
Eras como una pintura, creada con los sentimientos, el tiempo y el amor de su pintor. Eras arte.