El Playboy, Química, y las plasticas.

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Abrí la puerta de mi locker cuando sentí un brazo apoyarse junto a mi.

-¿Que tal dulce?.

Ash...de todas las personas del mundo, ¿POR QUÉ ÉL?.

-¿Que quieres Schmidt?.-Le dije cortante, odiaba que me llamara "dulce", "cielo", "cariño" o "Nena", así llamaba a todas sus putas...y yo, lo odiaba.

-¡Uy! alguien se levanto con el pie izquierdo hoy día.-Dijo apuntando mi camiseta burlandose.

Rodeé los ojos y solté un bufido.-Me dirás que quieres ¿O solo viniste a molestar?.-Él solo río y revolvío mi cabello como si fuera un niñita chiquita.

-Ya pequeña, solo díme donde esta Logan y te dejo.

Por allá, y no molestes.-Dije apuntando a unos cuantos casilleros adelante.

-Gracias.-Dijo guiñandome un ojo mientras se iba.

Okey, Kendall Francis Schmidt German, ¿Qué quién es?, bueno, uno de los chicos más populares (Y arrogantes) del colegio, capitán del equipo de fútbol, mujeriego, o como yo le digo "Una de las muchas putas baratas de aquí", además, mejor amigo de mi hermano Y (recalquen la "Y" por favor) vecino. ¿Lo peor? el muy maldito pasa molestandome 24/7 y muy tarado de Logan lo apoya, porque según él ellos son los únicos "oficialmente autorizados para molestar a la enana" ¡Agh! si bien era divertido con Logan muy pocas veces lo era con Kendall, antes lo era, pero esa es historia para más rato, después se volvio en el Playboy del colegio y cambió. Guarde mis cosas, saque el cuaderno y el libro de química y me fuí a la clase.

Cuando llegué ya estaban casi todos y la maestra aun no había llegado. Dora me había guardado un puesto a su lado.

-¿Tienes chicle?.-Me dijo con la cara media asqueada.

-Si, toma.-Le dije pasandole un chicle.-¿Qué paso?.

-Nada, solo que el idiota de Dus me dio una cosa rara, que aún no sé qué es.-Dijo remarcando la última frase.-Que además de sentirse asqueroso sabía horrible y me dejo la boca con un olor asqueroso.-Ella puso una mueca mientras comía y yo solo pude reírme, esta chica hacía caras muy chistosas y sus frenillos además de hacerla verse adorable le daban un toque cómico a sus gestos.

-Buenos días clase.-Se escucho la fría voz de la señorita Patrix mientras entraba al salón.

-Comenzó la tortura sista.-Le susurré a mi amiga y ambas soltamos una leve carcajada.

*******

-¿Donde estan los chicos?.-Preguntó la morena de lindos cachetitos.

-No lo sé, James está saliendo de entrenamiento, Carlos lo ví yendo hacia el laboratorio y a Dustin no lo he visto desde que me dio esa...cosa.-Dijo poniendo una mueca de asco, Javi y yo reímos al unísono, enserio, esta chica podía ser la más tierna y cariñosa, pero a la vez, la más peligrosa y seria.

-¿Vamos a buscarlos?.-A no. NI-LO-CA. Estoy muerta de hambre y podría jurar que estoy oyendo un concierto de no ser porque sé que es mi estómago.Vire los ojos y solté un bufido.

-¡Ash! no...estan locas, estoy muerta de hambre y no pienso ir a buscar a los señoritos esos.

-Bueno, entonces no vengas.-Me respondieron al unísono ambas con una angelical pero autosuficiente sonrisa, ¿Enserio?, Benditas sean mis amigas que NUNCA EN MI VIDA (notese el sarcasmo.) me cambiarían por un chico, aunque ellos fueran nuestros amigos...bueno da igual. Las fulmine con la mirada aguantando una risa pero la seriedad entre nosotras me hizo explotar en risas, ¿no les ha pasado? , quieres permanecer serio y derrepente te empiezas a reir como delfin con problemas respiratirios.

-Ya ya ya.-Dije limpiandome las lágrimas, habíamos captado la atención de un par de chicos que iban hacia el comedor.-Ustedes vayan a buscarlos y yo voy por mi comida y nos busco una mesa ¿Okey?.

-Okis.-Dijo Javi, mientras se iba con Dora hacia las canchas.

Iba caminando y el pasillo estaba muy silencioso... demasiado. Rayos. Creo que pase demasiado tiempo riéndome, porque cuando entre al comedor estaba todo lleno. Jennifer y su grupo de perras, con esa ropa que si no taparan un poco más abajo de el trasero y los senos diría que es ropa interior, Agh, que asco.Junto a ellas estaban los "populares" playboys y coquetos;Mi hermano, Kendall, Andrew y Liam. Esa mesa siempre llamaba la atención, y aunque no quisiera...lo hacia, estaba ubicada muy cerca de la entrada pero lo suficientemente lejos como para que no te llegara el olor a conserva de la cocina, todos los chicos se pasaban babeantes al ver a tanta barbie, y las chicas suspiraban cada vez que pasaban y reían si tenían la "suerte" de que alguno de los chicos les sonriera.

Me fui a sentar a mi mesa hambrienta, ¡BENDITA SEA LA HAMBURGUESA CON QUESO que Dios me os ha concebido para que nutrais mi cuerpo y mi alma! AMÉN. Y con este pensamiento mordi urguida pero plasidamente mi comida, ¡estaba deliciosa!

-Mmm...-Solte un jadeo de placer al saborear la sabrosa hamburguesa.

De repente sentí como un par de manos gigantescas se posaban sobre mis ojos.

-¿Adivina quien soy...?-Me dijo una masculina y juguetona voz.Embocé una sonrisa.

Mi compañero de laboratorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora