🌸Second Feeling

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3.- Segundo sentimiento: Felicidad

- ¡He vuelto, Lin-chan!

Exclamó alegre el castaño al entrar en el departamento esperando una queja de su compañero rubio, más esta no llegó. Se extrañó un poco, él estaba seguro de que el rubio no saldría de casa.

Suspiró, caminó a la pequeña cocina y dejó la bolsa con la cena en la mesa, acto seguido caminó hacía el sofá y encendió el televisor, esperaría a que Lin volviera para poder cenar juntos.


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- Entonces, ¿seguro que no piensas decirle a...

- ¡AH! ¡No lo digas, no es necesario! - gritó, odiaba que se lo repitiera a cada rato -en realidad era la segunda vez que lo decía- pareciera que le quisiese torturar con ello.

Enokida soltó una carcajada pero al ver el rostro furioso de Lin decidió callar, y no por miedo, ya se había burlado lo suficiente ese día, lo dejaría para después.

Tomó un sorbo de su taza de café y prefirió callar para escuchar lo que Lin quisiese decir ese día. Ambos se encontraban en una cafetería cerca de la Agencia de Banba, decidieron dejar el cibercafé donde normalmente se encontraba el corte de hongo en caso de que alguien se apareciera por ahí y los interrumpiera.

Lin miró su café un momento, le molestaba sentir cosas extrañas por Banba, ¿Por qué de él? Habiendo tantas personas en Hakata ¿Por qué tener sentimientos por el tonto de Banba? No lo entendía, si bien el cara de bobo le había dado un lugar donde quedarse, trabajo y le había tratado de forma tan amable sin siquiera conocerle en un principio, no era razón para sentirse de esa forma, debería sentirse solamente agradecido, lo estaba, pero...

- Es mejor que me quede callado.

- ¿Estas seguro? Solo piensalo, si te esfuerzas. Bien podrías hacer que Banba termine enamorado de ti~

Lin pudo sentir como una vena se reventaba en su frente, apretó sus puños bajo la mesa tratando de no soltarle un golpe al champiñón, de verdad se lo estaba ganando ¿Por qué pensó que contarle a Enokida lo que sentía era buena idea?


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La puerta se abrió dando paso a un cansado rubio. Banba que se encontraba preparando la cena asomó su cabeza por la puerta de la cocina y al ver al rubio no pudo evitar soltar una sonrisa.

- Ah, Lin-chan. Bienvenido.

Le recibió tomando por sorpresa al nombrado quien no pudo evitar que sus mejillas se sonrosasen un poco.

- ¿Vienes de un trabajo? He preparado la cena, en un momento la serviré, lava tus manos.

Continuó diciéndole mientras volvía a la cocina aún con una sonrisa, le alegraba que Lin haya vuelto pronto de donde quiera que haya ido, se sentía solo sin su presencia.

- ¿Qué eres, mi madre? - Se quejó el rubio siguiéndole, lavó sus manos para luego secarlas y ponerse en jarra retando a Banba, este solo rió en respuesta y señaló la mesa indicándole que tomara asiento.

Una vez ambos en la mesa Lin dio gracias por la comida y comenzó a comer ignorando al castaño que le veía divertido. Banba estaba feliz de que su Lin-chan gruñón haya vuelto.

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