Capitulo V - Medio dia

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Todos llevan dos vidas diferentes; La publica y la privada. Sarada solo conocía la primera de su profesor, veía al imponente y distinguido hombre de expresión indescifrable. Ahora se encontraba en el sitio que él llamaba hogar, perfecto para empezar a descubrir quien realmente es y quizas ver un poco de lo que ocultaba su fachada.

Ya tenía fijados sus objetivos, ya estaba en marcha pero temía descubrir con el tiempo secretos desagradables pues Boruto era todo menos normal. Mirai le dijo que nadie es perfecto ¿Cuales eran sus defectos entonces?

El ladrido del perro la sacó de sus pensamientos, lo veía desde la ventana de la cocina. Era Kage, la mascota de avanzada edad del Uzumaki, probablemente el canino mas mimado del mundo, despues de todo no  cualquier animal tiene su propio monumento.

El susodicho se precipito a la cocina, a pesar de verse tan viejo tenía el animo de un cachorro, le ofrecío la pelota y Sarada no se risistío a jugar un rato con él. Se la lanzó unas tres veces y luego cerró la puerta, debia enfocarse en preparar una exquisita y sanadora sopa de pollo. Desde el umbral vio un grueso libro encima del refrigerador, se subío a una silla para tomarlo.

Recetas Hyuga

Tenía inscrito ese titulo en la portada, era notablemente antiguo ¿Hyuga?

Otro apellido sumamente conocido en el pais. No divago mas en ese detalle y lo abrío buscando una receta especifica. Era conveniente pues ella nunca preparó esa sopa, solo ayudó a su madre algunas veces.

Ese libro daba bastantes detalles, freir un poco los vegetales antes de ponerlos a la olla, cortarlos de cierta forma, agregar la carne en tal minuto y cocer todo a fuego lento. Tambien incluía algunos ingredientes extras. Lo hizo todo como le instruyo el texto. En el pie de pagina habia una inscripcion hecha a mano que decía "Preparalo con amor, es la mejor sazón." Sarada pensó que lo escribío una persona muy dulce.

Cuando por fin estuvo lista la sirvio con algo de nervios pues temia que al rubio no le gustara. Lo subío al cuarto de este en una bandeja, toco la puerta y entro.

El se veía muy mal, mas palido. Varias gotas de sudor adornaban su piel, respiraba con dificultad. Quizas era mejor llevarlo al hospital.

- Ya esta lista, disculpe la demora. - Se posiciono a lado de su cama.

- Gracias. - Dijo en un tono apenas audible, su garganta se estaba cerrando.

Quiso tomar la cuchara pero ella se adelanto, no estaba en condiciones para comer solo.

- Yo se la serviré profesor. - Anuncio mientras acomodaba sus almohadas ayudandole a sentarse.

Estaba demasiado enfermo para pensar en si era o no apropiado. Le dolía la cabeza y sentía escalosfrios recorriendole el cuerpo. Ella le ofrecío la primera cuchara y el abrio la boca, sus labios estaban agrietados.

No solo las imagenes traen recuerdos, tambien los sabores.

Mientras su paladar degustaba y sentía aquel caldo deslizarse por su garganta vinieron a él las memorias de su bella infancia, de los dias lluviosos, los dias sin clases por estar como ahora y su madre cuidandolo, durmiento en el pie de su cama, siempre a su lado.

- Es... Igual... Es la misma. - Habló con la voz rota y mirando el plato de sopa. Se hizo a un lado para toser.

Al enfermarse su mente no funcionaba bien, sus pensamientos tendian a enredarse y se perdía en ellos. Estando sano no se habria confundido como ahora, ya que por un momento creyó que su madre habia vuelto a la vida.

- ¿Profesor? - Se acercó mas con preocupacion, no entendía esa reacción.

Dirigío su mirada hacia ella y espabilo, adoptando su pose normal, enfermo o no, odiaba verse debil o sentimental ante los demas, asi que contuvo las lagrimas que querían brotar de sus ojos ¡Como le fastidiaba enfermarse! Sus emociones se agitaban, por eso prefería estar solo, sanarse solo.

Mecanismo de un corazón vacio ~BoruSara~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora