-Las clases iniciaron hace tres semanas, pero eso no significa que no puedas entrar ahora - le explicó Hashirama. - Tu caso es especial después de todo.
-¿Y en serio es necesario ir primero con el Hokage? - preguntó Kushina mientras terminaba de trenzar el cabello de Madara.
Los tres se encontraban en la sala del Uchiha para que Kushina estuviera al tanto de lo que iban y tenían que hacer ese día. Y como a la menor le encantó el cabello de Madara, el azabache dejó que ella hiciera lo que quisiera con él, menor cortarlo. El Senju solo los veía divertido, ¿quien diría que su amigo llegaría a llevar trenzas? ¡Nadie! Era impresionante como una niña de 12 años podía hacer que Madara se viera de esa manera tan cómica.
-Tobirama debe de dar un reporte sobre ti y tus circunstancias a la Academia - le explicó el Uchiha. - También debe de saber tu nivel para estar seguro que no te esta poniendo en una clase muy fácil o muy avanzada.
-Ok dattebane.
-Bien, vámonos - les dijo el castaño.
Se pararon y salieron de la residencia rumbo a la torre del Hokage. Madara se iba quitando las trenzas que la peliroja le había hecho al haber recibido la risa burlona de su hermano por su apariencia. Nuevamente la Uzumaki observaba la aldea al mismo tiempo que era observada por todos, pero esta vez ella pasó de largo aquello y no les prestó atención.
Tardaron un poco antes de llegar a la torre del Hokage pero eso no les importó. Allí pudieron hablar formalmente con Tobirama sobre la llegada de Kushina y lo necesario para que se instalara, y luego de un pequeño argumento que tuvo el albino con el Uchiha sobre donde debería de estar el departamento de la menor, las cosas llegaron a un acuerdo.
La Uzumaki se mostraba más sonriente desde que empezaron a hablar sobre la Academia. Los mayores iban a decidir en que clase de su generación ponerla, aunque antes ella tenía que probarles que llevaba el mismo ritmo del que tenían en la aldea. Sin problemas Kushina logró mostrarles los sellos que le pedían, uno que otro jutsu sencillo y su transformación a zorro.
La preocupación de la peliroja se fue en cuanto vio que su forma animal solo tenia una cola. Se le había olvidado preguntarle a Mito si ser la jinchuriki de Kurama le afectaba al transformarse, lo cual parecía ser negativo.
-No veo que tengas problemas adaptándote a la Academia - le dijo el albino. - Les pediremos a tus maestros que te ayuden con tus compañeros si es que llegas a tener problemas.
-¡Gracias dattebane! No puedo esperar a empezar mis clases - les dijo la menor con mucha alegría.
-¿Te gustaría ir ahora? - le cuestionó el castaño mientras realizaba un fallido intento de hacerle trenzas a su amigo.
-Me enredaste el cabello.
-Lo siento Madara.
-Espera, - le dijo Kushina - no se si pueda ahora.
-¿Por? - le preguntaron los tres.
-Necesito una preparación física y mental para poder estar bien e ir.
-No seas ridícula mocosa - le comentó el azabache despeinando a la menor. - Vamos a dejarte de una vez, luego veremos lo de tu departamento.
-¡Espera, espera! ¡Aún no estoy lista 'ttebane!
Contra su voluntad la peliroja fue llevada por Madara quien se negaba a que estuviera vagando en su primer día oficial en Konoha. Hashirama solo observaba divertido la escena y reía al ver como esos dos eran el centro de atención son su pequeña discusión. Era la primera vez que notaba a Madara de esa manera, tal vez era su lado cálido de la paternidad, después de todo Fugaku nunca le había causado problemas y siempre era obediente. Tener que tratar con un niño con energía incontenible era un nuevo reto para el azabache.
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Cambiantes
FanfictionHace mucho tiempo los cambiaforma empezaron a aparecer. Estos eran mejor definidos como cambiantes, seres que podían adaptar una forma humana y una animal desde nacimiento. Con los años, cada aldea poseía cambiantes, los cuales abarcaban la mayor pa...