Algunas veces nos encerramos en el sufrimiento, que no vemos las bendiciones que la vida pone en nuestros caminos. Es celestial en no encontrarse un amor que te llene el alma y saque todas tus tristezas para siempre de tu vida. Si, así le paso a esa joven, que se aferró tanto a la soledad y a su propio olvido, que no miraba todo lo que la vida le estaba regalando. Al principio ella era así: Su inocencia se le reflejaba a lo lejos, su sonrisa era un sol, su cuerpo era un cristal de esos difíciles de no ver, su alma era una caja de pandoras que cualquier sorpresa se podia esperar de ella. Una chica bonita, sencilla, que cualquier cosa que se ponía le quedaba bien. Ella brillaba tanto, que no veía que la mayoría de mujeres como ella la envidiaban, claro, ella estaba enfocada en ser ella, en vivir cada momento como si fuera el último. Pero como siempre llega un momento en que todo coge su pausa y deja de ser. Se enamoró. No de cualquier hombre, del hombre que le apagó su luz por años, que la dejó en el abandono total, y le quitó lo más sagrado que tenía; su inocencia y felicidad. Al principio todo era como ella se lo pintaba: una flor, una carta, una llamada en la madrugada, un regalo por solo ser la mujer más bonita del mundo, una canción, una copa de vino, un beso, un un amor intenso lleno de pasión. El le decía a ella: "Sabes tú eres como un rayo de luz en mi vida, no te cambiaria por nadie en este mundo, eres una mujer entre todas. Comprendí, no es tener miles, es tener a una que abarque por miles, y contigo lo abarcas todo." Todo así fue creciendo, un amor difícil de acabar, pero así fácil de romper. Y eso fue lo que sucedió. El tenía un secreto, uno bien oscuro. Se había enamorado de otra mujer, tal que a la pobre novia, la que siempre estuvo para el, le rompió el corazón en mil pedazos, dejándola en soledad. Era como una nube gris persiguiendo cada paso que daba, y a partir de ese momento ella nunca fue la misma. Y ese mar de ilusiones que alguna vez sintió, se convirtieron en un mar desilusión.
O claro, si ella volvió hacer la misma de antes, después de varios años de dolor. Pero algo había cambiado en ella, ya no era la misma niña inocente que se enamoraba fácil, era todo una mujer guerrera difícil de tener, con un corazón mas fuerte.