CAPÍTULO 1

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El comienzo. 1/6

Uriel, un chico que ha vivido siempre cómo un rey, teniendo todo lo que quiere y anhela a su merced.

NamJoon, un niño que ha sido abandonado y vive en la calle desde que tiene memoria, un pequeño que aveces y tiene en dónde dormir y comer; el cual su único amigo es pequeño oso de felpa encontró en la basura hace un par meses.

Vidas totalmente distintas, pero pensamientos totalmente iguales.

Uriel al tener un papá que es un traficante de drogas y excelente asesino, tienden a estar viajando o cambiando de casa constantemente.

El pequeño Uriel no tenía un corazón malo, por lo muy contrario tenía un corazón puro y cálido. Pero el egoísmo de padre y el darle todo, lo hacían un niño totalmente caprichoso y con deseos de querer más y más.

Al cumplir 14 años y haber recibido cientos de regalos por parte de su padre, se encontraba caminando por una vieja calle con cuatro guardias cuidando de él. Según él, no quería ir en el coche ya que quería estirarse un poco.

Al seguir su recorrido para llegar su casa se encontró con un callejón, el cual llamó su atención, algo adentro de este le capturó, haciendo que se detuviese de golpe causando una gran confusión en sus guaruras.

Quiso asercace al callejón para ver que era "eso" que le veía, le intimidaba la forma en que lo hacía. Antes de poder dar un paso más para poder adentrarse al callejón uno de sus guardias lo detuvo tomándolo del brazo para que el pequeño no pudiese continuar.

-Joven, llegaremos tarde a su casa-Habló quien lo sostenía de la mano

-¿Y?- Contestó- Igual papá no estará, así que, qué más da- Alzó sus hombros con indiferencia y de un jalón se deciso del hagarre de su guardia y corrió evadiendo a los otros tres para entrar al callejón

Al entrar y ver aquella pequeña silueta sentada en el piso mojado, con la ropa vieja, sucio y con un pequeño osito de felpa entre entre sus brazos, no pudo evitar sentirse extrañado al verlo así

Cuando los guardias por fin lograron alcanzarlo y ver lo que su joven jefe veía, no pudieron evitar sentirse conmovidos y mal por la situacion de aquel pequeño quien aparentaba tener 6 años

-¿No tienen padres?-Uriel fue el primero en hablar sin despegar la mirada del niño

-Al parecer no- Respondió con melancolía uno de sus guardias

-¿Lo puedo llevar a casa?- dijo de repente Uriel mientras se asececaba a aquel pequeño- Es tierno- Se puso a su altura y acarioso su sucia cabellera-Lo quiero- No tenía expresión en el rostro seguía concentrado acariciando la cabellera del menor quién le miraba un poco abrumado

-Joven, no puede-

-Dije que lo quiero- Interrumpió - ¿Me desobedeceran?- se levantó y dio la vuelta para verlos con cierto odio

El guardia suspiro pesadamente a la vez que sacaba su celular para hablarle al papá de Uriel

-¿S-señor?-Habló nervioso -mmh, su hijo- volteó a ver a su pequeño jefe quien se hallaba ahora colocando sus dedos en los hoyuelos del más menor que se formaban por las sonrisas

-¿Pasó algo con él?, ¿secuestro?, ¿Dónde están?, ¿En qué parte?- habló rápidamente el padre preocupado

-No, señor, tranquilo- rió nervioso- Su hijo encontró un niño abandonado y lo quiere llevar a casa

Y cómo si su padre hubiese escuchado el mejor chiste del mundo comenzó a carcagerse. Y el guardia no pudo evitar tensarse. Su risa siempre era tan tétrica

Sangre, sudor y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora