Sangre, sudor y lágrimas

CAPITULO 2

El comienzo 2/6

Karla y Kaleb, provientes de una familia que era ni rica ni pobre; clase media. Ambos hermanos disfrutaban de su compañía y de los fines de semana que pasaban al lado de sus padres, eran una familia realmente linda y feliz.

Kaleb siendo el mayor por unos segundos, se sentía con el deber de proteger a su hermana pequeña.

Karla siendo la menor le gustaba ser protegida y mimada por su hermano, pues siempre recibía demasiada atención.

Ambos padres amaban a sus hijos con todo su ser; les mimaban, intentaban comprarle todo lo que quisiesen, les ponían lindos apodos, intentaban salir lo más temprano de sus trabajos y a pesar de que llegasen cansados, siempre estaban dispuestos a jugar con sus pequeños.

Una familia perfecta, ¿no es así?.

La vida puede quitarte todo lo que más amas en un segundo, justo cómo lo hizo con estos pequeños el día de sus cumpleaños

Ambos pequeños fueron despertados por el increíble aroma de huevos revueltos que automáticamente les abrió el apetito, haciendo que brincasen de la cama para ir corriendo a la cocina.

-Mamá, huele delicioso- habló el mayor

-OH, ¿Despertaron?- Volteó a verles la madre con una cálida sonrisa- Tienen una misión, ¿aceptan?- ambos asistieron emocionados - Tienen que ir a despertar a su padre y luego lavarse las manos, corran- Ambos pequeños salieron corriendo

Minutos después de terminar su "misión" se encontraban desayunando todos como la linda familia que eran.

Después unos minutos el padre habló -Me contaron que hoy era el cumpleaños de dos personas, cariño, ¿tu sabes quiénes son?.

Los niños muy emocionados empezaron a dar pequeños saltitos en la en su silla emocionados porque sabían que esas "personitas" eran ellos dos.

-Mm, al aparecer ustedes saben- Habló la madre. -¿Quiénes son?- se levantó para ir al refrigerador

-¡Mi Hermano y yo!- Gritó la pequeña muy emocionada

-Sí, sí, nosotros- Ayudó el hermano

La madre abrió el refrigerador para segundos después salir con un delicioso pastel de fresas con Filadelfia y chocolate.

-¡Feliz cumpleaños!- Gritaron ambos padres. La madre colocó el pastel en la mesa y encendió una vela mientras le cantaba las mañanitas junto a su amado

Los pequeños, al terminar la canción, muy emocionados aplaudieron y se inclinaron levemente hacia el pastel para poder soplar las velitas.

-¿Pidieron un deseo?- Habló la madre quien se encontraba fotografiándolos

-Sí, pedí que siempre estuviéramos juntos- Sonrió. Ah, hasta dónde puede llegar la inocencia de un pequeño.

Al transcurrir las horas, la pequeña fiesta que se habían montando sólo ellos iban perfecta. Llena de risas y diversión, pero algo andaba mal, algo tenía muy tensado y preocupado al padre.

-Cariño, no parará nada, ya verás- Le consoló su esposa dándole un beso en la mejilla. "No pasará nada", a veces inclusive nosotros mismos intentamos engañarnos sabiendo que estamos en un gran lío.