Capítulo 1.

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Era muy pronto y era un día nevado y frío. Pero la muchacha que yacía en la cama no notaba nada. Llevaba dos días inconsciente. La niña que estaba en la cama tenía diez años. Tenía el cabello de color castaño oscuro y unos bonitos ojos de color gris, aunque estaban cerrados desde hacía dos días.

Las mujeres que estaban trabajando allí creían que la niña no sobreviviría. Habían visto muchos casos así. Los padres abandonaban a sus hijos en la puerta del orfanato, era algo normal en aquel sitio.

De repente la niña se despertó. Se levantó del colchón y se puso de pie. Sus pies estaban descalzos y el suelo estaba muy frío, así que enseguida volvió a sentarse en el colchón.

Se puso a mirar hacia todas partes a ver si reconocía algo, pero no lo hacía. No recordaba nada, sólo recordaba que su nombre era Arya. No sabía donde estaba, se sentía sola y asustada.

Arya estaba en una gran habitación llena de camas muy humildes y alguna que otra ventana. Las paredes eran de color blanco, estaban pintadas no hacia mucho tiempo atrás, pero se veía que el tiempo había dejado marca en ellas. El suelo era de piedra y estaba bastante desigualado.

Arya se quedó mirando un rato por la ventana. Allí vio a unos niños harapientos jugando con la nieve, estaban divirtiéndose. Cuando estaba algo entretenida mirando por la ventana alguien llamó a Arya. La niña se sé giró y pudo ver a una mujer con cara de asombro.

- ¡Oh! Te has despertado, creíamos que no te despertarías - le dijo la mujer. Era una mujer algo corpulenta y de edad avanzada, cuando era joven debía de haber sido muy guapa, se le veía en los ojos un brillo especial y Arya lo notó.

- ¿Dónde estoy? - preguntó la niña aún desorientada.

- Estas en el orfanato - dijo la mujer algo triste. No debía de gustarle nada esas situaciones -. Hace dos días te encontramos en la puerta durmiendo en la nieve. Estabas inconsciente y en un principio pensamos que estabas muerta. Pero respirabas y entonces vimos que estabas viva.

- ¿Y qué hago aquí? - Arya no recordaba nada de su anterior vida. Lo único que recordaba era su nombre.

- Pues supongo que tus padres te abandonarían - le dijo entristecida la mujer -. Lo siento - entonces hizo una larga pausa -. ¿Cómo te llamas?

- Arya, es lo único que recuerdo - la niña estaba siendo totalmente sincera, no recordaba nada y no sabía porque no recordaba a nadie ni a nada.

- Es un bonito nombre - dijo la mujer esbozando una pequeña sonrisa - Yo me llamo Mary, y trabajo aquí, en el orfanato. Si necesitas ayuda en algo llamamé.

- Lo tendré en cuenta - dijo la niña mientras intentaba sonreír, pero no podía. Estaba muy frustrada por no recordar quien era y que hacia allí.

Los días pasaban lentamente en aquel sitio. La mayoría de la gente no trataba bien a Arya por que creía que ella no podía estar allí, debía de ser un error. Algunos se reían de ella porque tenía el rostro alargado y su largo cuello. La llamaban Arya cara cisne o cisne. Pero todos esos comentarios eran mentira, en el fondo le tenían envidia a Arya. Era una chica muy bella.

Su aspecto cambió en el tiempo que estuvo allí. Cuando llegó era una chica delgada, pero se veía que nunca que nunca había pasado hambre. Pero con el tiempo cada vez estaba más delgada y daba la sensación de que no estaba sana, pero Arya era una chica muy fuerte y con lo poco que comía conseguía sobrevivir. Otros en cambio no tenían tanta suerte. Muchos morían por la desnutrición y por el frío del invierno. La única amiga que hizo Arya, una chica llamada Elia no pudo soportar aquel frío invierno.

Arya deseaba con todas sus fuerzas salir de aquel horrible sitio. La única persona que le prestaba atención era Mary, era una buena mujer que deseaba el bien de todo el mundo.

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