Capítulo 3.

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La niña abrió la puerta, y detrás de ella estaba un chico de unos trece años. Lo primero en lo que se fijó Arya fue en sus preciosos ojos azules. Le daban un aire misterioso y pensativo. En cuanto a su cabello, era del color de las hojas secas de los arboles en otoño. A Arya le pareció un chico muy atractivo y la verdad, más guapo que James.

- ¿Qué querías? - preguntó la niña aún con la vista fija en los ojos azules del muchacho.

- La Maestra me ha pedido que te enseñara la escuela - respondió el chico con una media sonrisa -. A propósito, que maleducado soy - continuo diciendo el chico -. Me llamo Bradley, aunque casi todos me llaman Brad. Puedes llamarme como te de la gana.

- Sinceramente, me gusta más Bradley - dijo la niña -. Continuando con las presentaciones, yo me llamo Arya.

- Encantado de conocerte.

- Lo mismo digo - dijo la muchacha. Le había caído bien Bradley.

- Bueno, voy a enseñarte la escuela - dijo el chico mientras salía de la habitación seguido de Arya.

Primero subieron unas escaleras y después Brad abrió una puerta. Las paredes y el suelo de aquella parte de la escuela eran de piedra. Al abrir la puerta Arya pudo ver un montón de estanterías llenas de libros. Nunca había visto un libro, y menos tantos juntos. Había unas cuantas mesas de madera con unas cuantas sillas, también de madera.

- Esto es la biblioteca - dijo el chico orgulloso -. Creo que fue la primera habitación que construyeron en la escuela.

- A propósito, ¿cómo se llama la escuela? - preguntó Arya con curiosidad.

- Se llama Escuela de Alta Hechicería de Torrelaguna - prosiguió el chico -. Aunque todos la llamamos Torrelaguna. Y el nombre viene de que hay una torre y una laguna, no fueron muy originales con el nombre, la verdad.

Su siguiente parada fue la cocina. Tenía grandes muros de piedra y algunas ventanas talladas en la piedra. Cuando llegaron estaban haciendo la cena. Había dos mujeres, una bastante mayor y otra un poco más mayor que Arya.

Se presentaron y le dijeron que se llaman Julia, la señora mayor y Ginesa la chica joven, aunque le dijo que la llamara Gine.

- ¿Qué hay para cenar? - preguntó Brad -. Estoy hambriento.

- A este paso nada, porque el fuego no se enciende - dijo Gine.

- Yo lo arregló - añadió el chico.

El chico abrió la mano y al lado de la madera. De repente una llamarada naranja salió de su mano. Arya estaba fascinada, no entendía como Bradley había hecho eso. El fuego se encendió en un abrir y cerrar de ojos. Arya corrió a coger la mano de Brad para ver si estaba herido, pero él tenía la mano perfectamente.

- ¿Estas bien? - preguntó ella preocupada y aún sobrecogida por lo que acababa de pasar.

- Claro qué sí, lo hago muchas veces - le respondió él con una de sus medias sonrisas.

- ¿Cómo lo has hecho? - preguntó la niña algo más relajada.

- Es mi don, manejó el fuego y no me afecta - dijo el chico -. Aunque aún tengo que dominar mi don, pero lo conseguiré - Brad era un chico muy positivo que jamás se rendía -. El tuyo tiene que ver con animales, ¿no?

- Sí, puedo controlarlos - respondió la muchacha.

- Brad, cuantas veces te he dicho que no hagas magia en mi cocina - dijo Julia, la cocinera.

- No entiendo porque te viniste a trabajar a una escuela de magia ... - le respondió el chico.

- Podéis hacer magia donde queráis y cuando queráis, menos en mi cocina - dijo la mujer con un rodillo de madera en la mano, imponía bastante de esa manera -. Así qué fuera.

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⏰ Última actualización: Jun 29, 2014 ⏰

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