-¿Qué? –eso no podía ser verdad pero, Zayn no el tipo de personas que bromea con algo tan importante, entonces…Yo me casaría con Zayn,.
-Hann, ¿tú no te quieres casar conmigo? –me pregunto con tono triste, me sentí la peor persona. ¿Cómo podía hacerle eso a Zayn? Él estaba dispuesto a casarse conmigo y yo no. ¿Qué clase de persona soy?
- Zayn…yo… -debía ser fuerte, si Zayn lo hace yo igual. Pero sentía como si traicionara a Harry…Ah, ahora que despertó tengo una enormes ganas de verlo y de confesarme pero, debo guardar esos sentimiento. Si padre está de acuerdo, yo debería estarlo - …yo… - de un momento a otro Zayncomenzó a reírse pero, ¿Por qué? ¿Qué era tan gracioso?
-Lo s-siento…lo sient-to… ¡Hann! –hablaba entre cortado debido a que no podía contener su risa. Incluso se arrodillo y se atajaba el estómago y tenía pequeñas lágrimas. ¿Qué le sucedía a Zayn?
-¿estás bien? –el paro de reírse pero aun así se le escapaba pequeñas risitas. Soltó un largo suspiro.
-Sí, Hann pero ¿puedo decirte un secreto? –solo asentí y él me hizo un ademan para que me arrodillara junto a el –la verdad es que –hizo una pausa y volvió a suspirar –era una broma –dijo y se volvió a reír.
-¿Qué?... No te entiendo –admití un poco apenada.
-Era una broma; no nos casaremos –en ese momento, en ese mismo momento sentí ganas de matar a Zayn Mailk.
-¡Eres un…eres un… -pause un poco realmente esto de insultar no era lo mío – tonto…si un tonto,! –el solo se volvió a reír, yo solo bufe molesta por esa cruel broma. Pensar que yo creí que Gaara-kun era una persona seria, solo conmigo era un poco juguetón y cuando quería algo me decía Hina-tan, pero ahora no le tengo respeto como antes.
Me pare y me puse a irme, tal vez alcance a Anne y me vaya con ella a ver a Harry. Sentí como Zayn me tomaba de la muñeca.
-D-déjame ir –forceje un poco pero solo logre que apretara el agarre.
-Lo siento, Hanna, pero desde que me entere de la muerte de Michel no dudé en venir a consolarte y solo quería verte sonreír –me dijo con total sinceridad.
-H-haciendo que me dé un…un ataque al corazón, no me hará sonreír – ya no estaba molesta pero era hora de mi venganza.
-Lo sé y lo siento mucho –me soltó y yo empecé a reírme como él lo hizo conmigo -¿Qué es tan gracioso? –me pregunto entre confundido y molesto.
-Jaja… - suspire, debía calmarme o se enojaría –nada, no te preocupes –sonreí, vi cómo él también me sonría –vamos, ya atardeció – vi como el cielo se ponía de tonos cálidos y naranjas. Se hacía tarde debía volver a casa.
-Oye, Hanna, ¿volverás a Inglaterra? –me pregunto luego de rato en silencio, ya estábamos en la entrada de mi casa.
-Sí, debo volver –debía seguir mis estudios, y tal vez tomarme una escapadita para saber cómo le estaba yendo a Harry.
¿Qué estará haciendo?
Harry.
-¡Ya déjame en paz! ¡Yo puedo solo! –grite molesto. No quería que me diera de comer.
-Vamos, solo deja que yo lo haga –insistió.
-¡Que no! –.
-No seas amargado –volvió a insistir.
-Di lo que quieras, no funcionara –.
Era una molestia tenerla ahí, ¿Para qué demonios vino? Nadie le pidió que venga, es una idiota si piensa que caeré en su juego otra vez. En el momento en que más la necesite, ella se fue. Me dejo por el primer tipo que vio. Ya no soy el de antes, ya no la necesito. Sí, la recuerdo perfectamente, esa mujer fue mi perdición por tres meses. Cuando se enteró de mi accidente solo hizo como si nada y se fue con otro tipo.
-Vete y déjame solo, Ino –apreté el botón del interruptor que Itachi me dio para cuando necesito algo. El botón servía para llamar a Marcel o, como yo le digo, para molestarlo. Le haré pagar por todas esas estúpidas fotos que me tomo cuando estaba en coma.
-¡Pero harry! – hizo un berrinche y se sentó en los pies de mi cama, aplastándome el pie.
-Muévete, me aplastas el pie –ella ni siquiera me escucho. Demonios Marcel, cuanto taradas.
Y como si Kami me oyera; Itachi entro por la puerta con Naruto.
-¿Qué pasa…? –Pregunto Naruto pero, al ver a Ino se calló – ¿Qué haces aquí, Ino? –.
Hay algo que no encaja bien, ¿Quién la dejo entrar?
-Pues, la frentona esa me contó que Sasuke-kun, mi novio, despertó y vine a verlo –dijo como si fuera lo más obvio del mundo pero, todos sabíamos que Ino solo quería algo. Necesitaba de algo.
-No soy tu novio –lo escupí con desprecio – ¿Qué quieres, Ino? – Itachi di algo. Era en lo único que pensaba.
-Lo siento, Ino-san, pero mi ototo debe descansar –dijo Itachi con una simple sonrisa.
-Bien, pero volveré mañana –se levantó, gracias a dios; ya no sentía mi pie. Y se fue, Naruto la acompaño hasta la puerta supongo.
-Sasuke, madre y padre viene mañana –.
-Hmp… –.
Solo quería recuperarme lo más ante posible para poder ver a Hinata. Al menos, puedo caminar mejor que antes.
Todo por ti, Hanna
