La castaña estaba apoyada en la barandilla de las escaleras, mirando al suelo, cuando de repente vio al albino salir, y saludarla con la mano.
-Hey.
-... Hey...
Se apoyó en la barandilla también, y se rascó la nuca con la mano libre, ya que seguía llevando la chaqueta a cuestas.
-Escucha, sé que se espera mucho de ti, pero no es tan malo como parece.
-Yukari casi muere y mi hermano estuvo inconsciente una semana.
-Lo de Yukari fue un descuido, pero lo de tu hermano es la primera vez que lo vemos, así que no te puedo decir mucho acerca de ello. Mira, cuando haces estas cosas para mantenerte vivo tienes que estar decidido a ello, y tener motivos de peso que te sostengan. Puede que ahora mismo dé mucho miedo, porque pones tu vida en riesgo, pero una vez tengas una razón créeme que nada de eso importa.
-¿Y qué razón puedo tener?
-Hmm... ¿No tienes algo que quieras proteger más que nada?
La chica se quedó callada unos instantes, y asintió levemente, haciendo que el albino sonriese con levedad.
-¿Entonces que te retiene?
-... Mi hermano es muy fuerte, no creo que me necesite.
-Puede que sea muy fuerte, pero no es inmortal, y sois mellizos muy opuestos, así que imagino que os complementaréis bastante, hasta en combate, y S.E.E.S. es un equipo al fin de al cabo. Yo suelo hacer las cosas por mi cuenta, pero sé que la unidad es una gran ventaja, cuantos más seamos más poder tendremos. Y no creo que tu hermano te hiciera ascos en el grupo. Aunque no hace falta que te lo diga, ¿no?
La castaña volvió a asentir, y el albino caminó hacia la puerta, girándose para mirarla.
-Entonces hagamos una cosa. Puedes unirte y observar hasta que te sientas lista para luchar, ¿te parece?
-... Sí, eso suena bien.-dijo más convencida.-Si así puedo ayudar a mi hermano es lo que me importa.
-Le aprecias mucho, ¿eh?
-Es mi única familia, es todo lo que tengo.
El albino parpadeó, y se quedó callado, con intención de abrir la puerta, hasta que vio que se abría sola y el peliazul salía, con intención de buscar a su hermana.
-¡Esto es cosa mía! ... Ah.
-Qué poca fe tienes en mí, Arisato.-dijo apartándose.
-¡Ah, hermanito!
-Minako, no tienes por qué hacerle caso, ¿vale?-dijo caminando hacia la castaña, y tomó sus manos con suavidad.-No tienes que hacer algo que no quieras, encima siendo tan peligroso.
La chica parpadeó y sonrió con calidez, apretando sus manos suavemente, con cariño.
-Está bien hermanito. Quiero hacerlo.
-... ¿Segura?
-Sí. Akihiko y yo hemos llegado a un... Acuerdo. Me limitaré a observar hasta que esté lista para luchar.
El peliazul suspiró y desvió la mirada, mientras que la chica acariciaba sus manos con los pulgares.
-No te preocupes, estaré bien. De verdad.
Finalmente el chico tras dudar unos segundos soltó sus manos, bajando los brazos.
-De acuerdo, si estás segura no te detendré. Vamos adentro.
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[Recuerdos de los hermanos Arisato]
FanfictionHace 10 años en Iwatodai surgió un gran accidente que marcaría la vida de dos hermanos Arisato. Y tras mucho tiempo han vuelto a esa ciudad que se lo arrebató todo.