Moans • Yoonmin

12

Jimin suspira pesadamente, dejándose caer en el asiento al lado de Taehyung, su compañero de clases y amigo de casi toda la vida. Lágrimas pican en sus ojos mientras intenta fallidamente controlar su respiración agitada, solo quiere ir a casa y dormir hasta que las circunstancias para despertarse sean mayores.

—¿Sucedió algo, Jimin? pregunta en un susurro su amigo, mirando con detenimiento las palabras que ahora se encuentran escritas en el pizarrón.

El moreno niega con la cabeza levemente, intentando prestar aunque sea un poco de atención a la clase. No logra hacerlo, sus pensamientos solo revolotean en la idea de tener nuevamente al pálido hyung junto a él, esta vez para hacer las cosas bien. Él realmente se lamenta haber sido tan miedoso cuando se conocieron, lamenta mucho haberse llenado de perjuicios contra el mayor y así terminar en un sin fin de pensamientos autodestructivos que no lo dejaron disfrutar de su compañía.

Se lamenta tanto ser tan frágil y haber perdido a la única persona que le des mostraba un poco de afecto.

—Hyung, hyung la profesora está esperando por usted —Taehyung mueve su brazo un poco fuerte, intentando sacarlo del trance donde se encontraba.

Jimin sube el rostro, ignorando a su amigo y observando serio a la profesora. Dandole a entender que no le importa lo que sea que esté diciendo o le haya preguntado.

—Park Jimin no volveré a repetirlo nuevamente, te están buscando en dirección, recoge tus cosas y ve —ordena, su voz sonando tan fastidiada como lo demuestra su rostro.

Jimin últimamente no ha hecho más que ganarse el odio de sus profesores.

El moreno tan solo se limita a tomar su mochila y caminar en medio del salón, fingiendo que las pesadas miradas a su espalda no lo incomodan o lo hacen sentir mucho peor. Arrastra sus pies hasta llegar a la oficina de dirección, donde no le hace falta hablar, la directora, una mujer de mediana edad con un gusto terrible para vestirse, lo está esperando afuera. La mirada cansada y llena de decepción que le da lo deja completamente frío en su lugar; esta tan cansado de ver esa mirada dirigida hacia el en cada persona cercana.

—¿Me estaba buscando? —pregunta Jimin en un susurro, evitando cualquier contacto visual con la mujer.

—Han venido a recogerte, al parecer algún problema familiar ha sucedido y te necesitan —responde firme la directora, mirando con condescendencia al chico frente a ella. —, quisiera hablar con tu tío antes de que te marches por lo que lo he hecho pasar, no diré nada malo, Jimin, tan solo quiero ayudarte para que vuelvas a ser ese estudiante con calificaciones excelentes y el mejor comportamiento —sonríe levemente, tomando al moreno por la mano hasta conducirlo dentro de su oficina.

El estomago de Jimin se retuerce, haciéndolo sentir enfermo. Quiere hablar, preguntar a qué tío se refiere exactamente la mujer, porque a según lo que él sabe respecto a su familia, ni su padre ni su madre tienen hermanos, mucho menos algún familiar cercano que pudiera hacerse responsable de el.

Comienza a sentirse nervioso y ansioso a medida que entra a la oficina de dirección y reconoce las finas hebras negras en conjunto con la chaqueta negra y esa piel tan blanca como el papel. Su pulso se acelera descontroladamente y las manos comienzan a sudarle, intenta decir algo pero la voz le falla por lo que simplemente se queda callado, dejando a la directora decir todo lo que quiera; rezando internamente que la tierra lo trague.

No hay manera en el infierno que de esta situación salga algo bueno, tan solo tener a Min YoonGi en su escuela es un indicio de que el mayor no está contento.

—Señor...

—Min, Min YoonGi —se presenta YoonGi, una sonrisa tensa dibujándose en su rostro mientras su mano se encuentra con la de la directora.