Joven

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Los llantos de desesperación llenaron el cuarto, un pequeño retoño pedía atención a todo pulmón, mientras que una delicada jovencita intentaba asitirla lo mejor que podia... 🎶La luz que refleja la luna, de tus lágrimas  regará, a cada lindo retoño, que de tu risa nacerán, oh~ mi dulce niña, que tienes un gran penar, recuerda que mi cariño y mi amor siempre tendrás 🎶

La sensación de dos pequeños y casi nulos riachuelos en mi mejillas se hicieron presentes luego de un gran dolor que recorrió todo mi cuerpo -¡Ah!,¿que diantres pasó?-
-Parece que ya te despertaste ¿como te sientes?, tienes suerte de que estuviera cerca sino te hubieran devorado viva-
- ¿A que te refieres?, ¿que intentó devorarme? ¿No querrás decir que alguien intento llevarme?-
-No, aunque con lo desesperados que estaban dudo mucho que quisieran conservarte para después-
- ¿Conservarme? ¿ porque demonios mi tutora querría devorarme?, no es una canibal... al menos que no lo sepa...-
- Lo que yo me pregunto es ¿que hace una niña sola en el bosque?-
-Podrías por favor responderme mis preguntas, no puedo creer que mi tutora sea una canibal así como así-
- Bueno podría si tu respondes las mías; ¿que estabas haciendo en el bosque?-
-Bue-eno... Yo... este, estaba jugando con mis amigos... sí con mis amigos...a las atrapadas eso es todo-
-Hace un momento dijiste algo sobre una tutora, a mi parecer no estas diciendo la verdad, si realmente quieres que te explique lo que pasó, dime la verdad-

¿Cómo pude meterme en esta situación? No debería decirle lo que sucedió a este chico, posiblemente podría acusarme con las autoridades y mandarme de regreso a el orfanato, pero si no le cuento la verdad no me dirá que sucedió...

-Bueno, ya es de noche así que ya deberías regresar a tu casa-

Envolvió mi herida con un trozo de tela, tomó mi peluche bruscamente, se lo arrebaté de las manos, él no reaccionó, abrió la puerta y con su mano me señalo la salida; me acerqué a la entrada, ya había anochecido, el bosque se veía realmente enorme y profundo, salí temblando de frío, aquel muchacho antes de que dijera algo me dio una cobija y de un portazo cerró la puerta.
Busqué un lugar donde pasar la noche, así que trepé un árbol, me acomodé y me cubrí.

-¿Me pregunto porqué es tan grosero?, aunque su mirada se veía tan melancólica, ¿no lo crees Elizabeth?- le preguntaba a mi conejito, siempre hablo con el a pesar de que nunca me responderá. Como toda rutina antes de poder ir a dormir, saqué la foto de mi madre, que tenía oculta en él; ya que en el orfanato esta prohibido tener fotos de nuestras antiguas familias; le deseé buenas noches y la abrasé junto a su recuerdo.

Dormí como nunca antes esa noche, tan incómodamente que ni podía pensar en el dolor de mis heridas.

-Solo espero que esto...al fin...termine.-

Aquella miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora