Bogdan era el nombre de un individuo que había venido a vivir desde el continente europeo hasta Sudamérica. Se decía que poseía una gran fortuna, debido a que mandó construir un castillo en medio de la nada.
Su fortaleza estaba rodeada por vallas de troncos y piedras. Sólo algunos de los lugareños pudieron verle el rostro, ya que él acostumbraba salir a altas horas de la noche y además cubierto con una máscara.
Los cuentos de terror sobre su persona, se propagaron como la pólvora por todos los alrededores. Había quienes afirmaban que su rostro estaba completamente desfigurado a causa de una grave enfermedad, había otros que decían que le faltaban partes de la cara (por ejemplo, una oreja, un ojo etc.).
Esos rumores continuaron sin que las autoridades les prestaran la atención debida, hasta que los animales del pueblo (particularmente las ovejas y las cabras) empezaron a desaparecer de las granjas cercanas.
Los pastores y capataces de las haciendas se pusieron a vigilar para ver quién era el que les estaba robando su ganado. Más se dieron cuenta de que sucedía algo extraño, los animales salían en tropel siguiendo una línea recta perfecta que se enfilaba hacia el castillo de Bogdan.
Al llegar ahí, éste ya los estaba esperando en la puerta. Aquellos hombres que llegaron a observar este hecho más de cerca, afirman que Bogdan estaba vestido de negro, con una capa que le llegaba hasta los pies.
Sin embargo, eso no era lo que provocaba terror, sino que de su boca salían dos prominentes colmillos. Aquella escena pronto se transformó en un festín sangriento, ya que el vampiro se abalanzó sobre las ovejas clavando sus incisivos en su cuello, hasta dejarlas secas por dentro.
Los campesinos que ya anteriormente habían lidiado con otros vampiros, le dispararon con escopetas cargadas de balas de plata, lo que hizo que Bogdan se desplomara perdiendo la vida. Además, dejaron su cadáver a la intemperie, para que el sol terminara de desintegrarlo.