TODO POR UNA APUESTA- (EDITANDO)

CAPITULO1-LA APUESTA

Eran ya las tres de la mañana y un pelinegro se levantó con un dolor de cabeza que sentía que esta le iba a estallar en cualquier momento. Se dio una ducha helada para poder estar en sus sentidos y mientras estaba bajo la helada agua se dio cuenta de la locura que había hecho hace un par de horas.

*FLASHBACK*

-oye Luka te hago una apuesta...-comento el pelirrojo con una botella en mano

-tu dime lo que sea y yo lo cumplo -respondió el pelinegro todo ebrio

-Te apuesto a que no puedes enamorar a la nerd de Marinette –dándole un gran sorbo a su botella

-¡¿Qué, porque a Marinette?! –comento el rubio un poco molesto

-hecho, acepto la apuesta y veras como cae rendida ante mi

-pero ojo... no vale enamorarse de ella. Y si logras la apuesta hago lo que pidas y si pierdes vas a hacer lo que yo quiero –exclamo cerca de la cara del guitarrista

-trato, ve preparándote porque vas a perder...y aléjate de mí que hueles a mierda –el pelinegro le dio un empujón al pelirrojo y este cayo en uno de los sillones

* FIN DEL FLASHBACK *

A la hora que el reloj marco las ocho de la mañana el pelinegro a regañadientes se levantó y se alisto para ir a otro día en el martirio, lo único bueno es que ese era su último año.

Al llegar pudo ver a un grupo de zombies los cuales eran sus amigos. Y él se preguntó si se vería igual o peor que ellos.

- hola hermano... ¿qué paso? te ves fatal –el pelirrojo fue el primero en burlarse de su gran amigo

-no te hagas el gracioso que tu estas peor Nath

-¿Por lo menos te acuerdas de la apuesta no amigo?, mira que prometiste cumplirla –dijo Kim mientras se ponía una botella de agua helada en la frente

-ni me lo recuerdes...

-ya sabes...si la logras enamorar yo hago lo que tú quieras y si no, tú haces lo que yo quiero –le volvió a recordar el pelirrojo

-lo sé, pero veras que vas a perder. Ya que nunca he fallado en ningún reto. Y menos en una conquista.

Mientras todos hablaban de la apuesta un rubio no estaba de acuerdo con esto, pero como todos estaban tan sumergidos en esa plática nadie se daba cuenta.

En otro lado del instituto una rubia estaba caminando de un lado a otro molesta por que no tenía a quien humillar ese día.

-¡SABRINA! –comenzó a gritar desesperadamente la rubia mientras los de su alrededor se tapaban los oídos para no oír tal horrible grito.

La pobre muchacha mencionada se acercó a ella con el temor de que le hiciera algo.

-¿cómo es posible que no sepas nada sobre los nerds?, recuerda que a todos les gusta burlarse y molestarlos

-ya lo sé Chloe... pero no han dicho nada, no logro sacarles información –la pobre chica parecía que se iba a romper en cualquier momento por la forma de como temblaba

-¡eso a mí no me importa! Es mejor que me traigas un chisme ¡AHORA! –volvió a gritar la rubia a todo pulmón

- s-si Chloe –la pobre corrió lo más rápido que pudo hasta el salón donde se encontraban a los que les llamaban "LOS NERDS"

En los pasillos del otro lado había una chica de melena marrón con las puntas pintadas de anaranjado saltando de alegría, estaba así de contenta porque se había decidido a contarle a su mejor amiga uno de sus más grandes secretos.

-¡Marinette deja ese libro y escúchame! –le dio un golpe a la mesa donde se encontraba su amiga leyendo, tan fuerte que esta dejo caer el libro perdiendo la hoja en donde estaba.

-Mi página... -dijo en voz apenas audible

-¡tengo que contarte algo súper importante para mí, y siento mucho lo de tu libro! –puso morritos para que su amiga no se molestara con ella, pero sabía que Marinette nunca se molestaría con ella como viceversa.

La azabache dio un gran suspiro agarro su libro y lo guardo debajo de su carpeta –dime,¿que es eso tan importante Alya?

-te lo diré si me prometes no contarle a nadie –alzo su mano como siempre lo hacían cada vez que juraban algo

-si Alya, lo prometo –esta copio su acto y ambas chocaron sus palmas y se estrecharon los dedos del medio, era una forma de prometer muy rara pero muy significativa.

-bien... lo que te quiero contar es que...

Justo en esos instantes ninguna se dio cuenta que otra persona las estaba escuchando.

-¡ME GUSTA LUKA! –grito toda ruborizada por aquella vergonzosa confesión y por la parte de su amiga solo recibió una cara de asombro y emoción.

Y a la tercera persona casi se le sale un grito de la emoción, ya que ya había conseguido material para que su mejor amiga este contenta con ella.