-Leen, hemos llegamos- Dijo Pipper despertándome.
- He dormido por lo que resta del viaje, esto es increíble.- Dije bostezando
- ¿Sabes que más es increíble?
- Nop, dime
- Que hoy es el mejor día del resto de nuestras vidas.
Pipper estaba más emocionada de lo que yo estaba. No podía creer que era mi primera vez fuera de Estados Unidos y que estaba en Europa. Era raro a la vez, no estar cerca de mis padres y de mi hermano, no estar cerca de mis amigos más cercanos por el resto del año era extraño pero a la vez emocionante. Esto era una aventura muy grande que no me atrevería a vivir mucho pero eso no me impedía disfrutarlo. Fuera de Londres, sabía que mis padres me estaban esperando ansiosos porque les contase las mil y aventuras que vivió su, ya no tan, pequeña hija. Pensar en ellos me hacía extrañarlos. Nuestra familia era muy unida, mi hermano era dos años mayor que yo. Con 23 años de edad había decidido no entrar a la universidad, encontrar un trabajo había sido su mayor prioridad, eso, y conseguir una linda casa para él y su hermosa prometida, Lizzie. Estaban juntos desde los 18 años y eran inseparables, cuando ella cumplió sus 21, mi queridísimo hermano, Nathan, le propuso matrimonio. Querían esperar un tiempo para los preparativos de la boda.
- Me lo propuso pero hemos aclarado que no será hasta dentro de unos años.- Nos había aclarado Lizzie en la navidad del año pasado. Era claro que ambos estaban locos el uno por el otro y que estaba muy enamorados. Su historia era hermosa y nunca me cansaba de escucharla, ella era la típica chica tímida de la secundaria y él era el galán de la escuela. Él la persiguió durante meses y meses sin cansarse y ella después de tanto tiempo decidió darle una oportunidad, no paso mucho tiempo para que ella cayera enamorada de Nathan. Y la historia de ellos dos continuaba con que ella quería seguir estudiando medicina y mi hermano trato de ayudarla a cumplir su sueño, después de largas charlas ambos decidieron no seguir la universidad y ocuparse de su futuro juntos. Si bien ambas familias, ni mis padres ni los padres de Lizzie, estaban felices de su decisión, lo aceptaron y dejaron armar el futuro de ellos. Los admiraba y mucho, quería tener una relación tan sólida como la de ellos, quería vivir mi cuento de hadas como la que estaban viviendo pero en todo cuentos de hadas hay una bruja, y en mi cuento ella apareció mucho antes de lo que pensaba.
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Una vez que aterrizamos, nos juntaron a todo el grupo de estudios para darnos una larga lista con el reglamento que teníamos que cumplir, por ejemplo: No salir a altas horas de la noche, no meter chicos a nuestros departamentos, en caso de perdernos buscar algún punto de referencia en los que nos podamos encontrar y todas esas cosas obvias. Si bien los departamentos eran rentados por nuestro propio dinero, estábamos bajo la tutela de nuestros profesores y teníamos que seguir al pie sus reglas. Reglas que, algunas personas, estaba segura que iban a romper.
- Wow, es impresionante.- Dijo una Pipper muy sorprendida y era para estarlo. El departamento que rentamos era inmenso y hermoso, tenia una pantalla plana, una cocina con una isla flotante larga y ancha, en ella estaba la estufa y el lava vajillas. La cocina estaba toda decorada en blanco y negro, los electrodomésticos eran nuevos y no se habían usado antes. Era la mejor cocina que sin dudas había visto en mi vida. Dejando la cocina me dirigí hacia las habitación y quede el doble de impresionada
- Pipper, si te has enamorado del living y la cocina espera a ver las habitaciones.
Dando un paso dentro de la habitación, en el medio de ella había una cama king, una puerta que suponía daba a un baño privado se encontraba en la esquina de mi nuevo cuarto, había un tocador que sin duda era hermoso y un armario gigante. La habitación estaba pintada en un azul marido y tenia unas cortinas de color blanco, del techo colgaba una lámpara al estilo china. Alfombras de tercio pelo cubrían el piso y se perdían por debajo de la cama, sin duda alguna este era el paraíso.
- ¿Cuánto le costo a tu padre este departamento? Parece nuevo.- Dije totalmente impresionada con esto. Era de esperar que el padre de Pipper le diera lo mejor a su única hija, siendo una familia adinerada le daba todos los gustos y era más que obvio que si su hija viajaba al extranjero esos gustos no iban acabar.
- No lo se, no me lo quiso decir y tal vez fue mejor no habérmelo dicho. Esto es mucho, habíamos acordado de que íbamos a estar en departamento de tres ambientes pero chico, algo que podríamos manejar tu y yo, no una suite para empresarios multimillonarios.- Aunque la familia de Pipper era adinerada no les gustaba tirar su dinero a la basura y tampoco se les había subido a la cabeza. Tenían los pies sobre la tierra y cuidaban mucho su dinero solo que cuando se trataba de su hija, todo lo que podían hacer era hacerla sentir como en casa. Sana, salva y cómoda, muy cómoda.
- Son tus padres, quieren lo mejor para ti. Si, tal vez exageraron un poco sobre este departamento pero estoy segura que era lo mejor que podían conseguir para su niña.- Dije, mirándola y viendo diversión pasar por su cara. Ambos lados de sus labios querían levantarse en una sonrisa, sabia que era mucho pero le gustaba y lo iba a disfrutar.
- Oh, claro. A ti no te importa que esto sea mucho ¿No es así, Leen?
- Yo no me opongo por nada a esto, es lo más como y hermoso que he visto
- Entonces. Bienvenida a nuestra casa por el resto del año…
- Hola Londres.- Dije imitando el acento británico
- ¡Hola sexys y calientes británicos!.- Grito una muy y emocionada Pipper Ambas nos miramos y comenzamos a reírnos como locas, esto era hermoso. Pipper y yo no éramos amigas pero era seguro que este viaje nos iba a cambiar a las dos. Deseaba con muchas ansias tener una amiga en quien confiar y apoyarme, contarles mis secretos, emborracharme sin importar que cosas diga y tener a alguien a mi lado que sea como una hermana pero había perdido mi confianza hace ya dos años y me era difícil confiar en las personas. Tenía que cambiar, lo sabia, pero el miedo seguía allí. Mirándome con unos extraños ojos cautelosos. Dejaría que el tiempo dicte la relación entre Pipper y yo.
- Entonces….- Me miro Pipper
- ¿Entonces…?
- ¿Qué haremos hoy?- Me pregunto
- ¿Hoy?
- Ajam
- Acabamos de llegar, Pipper. Estoy cansada y quiero dormir un poco
- Eres una aburrida
- Y tú una molestia
- Pero me amas
- Nop, ahora en estos instantes no.
- Vamos, Leen. Hagamos algo hoy
- Hoy no, Pipper. ¿Mañana?
- Eres una aguafiestas
- Pipp, no es eso. Sabes que me encanta salir contigo… pero hoy estoy cansada, acabamos de llegar. Tenemos que desempacas y salir a comprar alimentos. Tenemos cosas que hacer hoy y lo último en mi lista es una salida nocturna. Mañana, salgamos mañana- Dije haciendo un puchero.- Incluso invitamos a Tobby y Ashton ¿Quieres?
- Mmm esta bien, pero sigo pensando que eres una aguafiestas - Mirándonos, ambas, nos comenzamos a reír sin ningún motivo alguno. La adrenalina y la emoción del viaje habían caído todo de golpe y era la única manera de manejar todo lo nuevo que íbamos a vivir y estaba por venir.