Sadomasoquista{J.V}

Prólogo

Su tan moldeado, blanquecino y pequeño cuerpo, su cara angelical y actos inocentes como si lo fuera, su castaño cabello.

Jos amaba todo de Alonso.

Cuando apenas se había mudado a dos casas de la suya y lo vio por primera vez con su cabello algo desordenado, su trasero en esos ajustados pantalones, un montón de libros abrazados sobre su pecho, su mochila con uno que otro agujero, además de algo llena de polvo y una mirada perdida sin sentido con un brillo diferente. Realmente parecía un pequeño ratón al salir por primera vez de su madriguera a la realidad.

Si estatura más baja era completamente más baja a diferencia que la suya. Cuando lo vio por primera vez en la esquina de su casa pudo notar en las notas de su cuaderno:

Nombre alumno: Alonso Villalpando

Edad: 12

Lo demás ni se molestó en leerlo puesto que eran puras cosas de colegio y todo lo que quería saber ya lo había leído.

No podía creer de que le atraía por primera vez alguien de su mismo sexo y eso no era lo peor, lo peor era que era un niño de tan sólo doce años mientras el tenía veinte.

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La primera vez que besó a Alonso el tenía quince años, por alguna rara razón sintió unas arduras ganas de morderle el labio y con lo que no contó fue con que tanta fuerza fue su presión contra esos ricos labios que lo hizo sangrar.

Alonso lloró esa vez y se quejaba, en pleno beso Alonso dio un grito de dolor pero eso no logró que Jos parará, ni sus lágrimas, eso sólo lo motivava más a hacerlo, era raro.

Pensó que Alonso se enojaria con él pero a cambio de eso sólo reía luego de secarse sus lágrimas diciendo:

-No se preocupe, Jos, no dolió mucho sólo me tomó desprevenido pero se sintió rico-

Definitivamente eso hizo que Jos hiciera más y más daño al menor y este no se quejaba.

Desde ese momento se dio cuenta de que el era un sadomasoquista y Alonso un masoquista.

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Ese mismo año Jos se sentía tan impotente porque los padres de Alonso no lo dejaban salir ni nada que tuviera que ver con el contacto fuera de casa. Una noche Jos entró por la ventana de la habitación de Alonso para prácticamente, secuestrarlo.

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Jos logró ser un ingeniero civil como siempre lo quizo, ya tenía veinticinco años.

Mientras que su vecino Alonso sólo sabía que una noche como cualquier otra, sus padres lo mandaron a dormir y a la mañana siguiente no quedó rastro de el.

Pasaron dos años y la policía decidió dejar el caso del menor de edad Alonso Villaloando a un lado, puesto que las pocas pistas que tenían no eran suficientes como para continuar con el caso.

(.)(.)

- Y dime, bebé ¿te duele?

Jos pasaba delicadamente una pequeña navaja por el interior de los muslos contrarios, mientras que con su otra mano masturbaba su miembro.

- N-No Jos... siga, por favor, ahh... *aquel vibrador metido por su ano era tan delicioso que cualquier otro dolor era como si no existiera*

Cada vez que Jos "torturaba" al menor le preguntaba si le gustaba, porque en el momento en que Alonso responda un "No" todo acabaría en ese mismo instante.

Siempre había algo nuevo que inventar con Alonso. Sus gritos, su dolor, sus lágrimas, sus jadeos, eran la droga de Jos.