🌷Capítulo 1🌷

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Solo creyó en todo lo dicho, en estos momentos eran en cuando más recordaba a sus padres, su vida tranquila. Ahora sólo le quedaba recordar. Cuando sus padres le prohibieron la salida de su casa fue un dolor peor del que ahora sentía... Del que sentía prácticamente todas las noches.
Dicen que cuando hay mucho de algo, te acostumbras ¿y qué con eso? Pues, cada vez que Jos hacía cosas nuevas para satisfacer el placer de ambos de forma inhumana y se podría decir ¿Sangrienta? Alonso de veces ríe cuando Jos lo tortura ya que cada vez que tienen sexo el siempre se asegura que sangre en algún lugar.
La parte favorita donde Jos le encantaba y se enfoca es siempre en sus labios,
Recuerda que al principio siempre los mordía de veces se ponían morados por tanto maltrato hacía ellos.

Pero no se preocupa porque ya estaba acostumbrado. Es como el dolor que en un principio sintió, ahora no estuviera. No queda ni huella de él.

Solo del placer.

Y aunque hay veces en que Jos le deje marcas en cualquier otra parte del cuerpo, al día siguiente se encargaba de curar las heridas y no lo podía negar que el mayor se veía adorable curando su espalda o cualquier otro lugar afectado.

Alonso a veces pensaba que Jos tenía complejo de vampiro y reía al pensar eso.

Pero por más que en algún momento haya pensado en terminar con su relación... Le era imposible.

(.)(.)

- ¿Te duele?

- ¿Ahm? ghm... So- solo arde ¡Ah-ahh!

Y ahí estaba de nuevo, la misma situación de casi todos los días

- ¿Y qué tal se siente, bebé?-...-Sus ojos acosadores no hacían más que mirar al menor retorcerse en la cama agarrando las sábanas con fuerza-

- Es raro... pero... ¡ahm! me gusta-...-El menor trataba de mantenerse cuerdo-

- Así me gusta, bebé-

¿De casualidad han oído de cubitos de hielo en los pezones? Pues, Jos hacía eso con Alonso todo el tiempo ya que al menor parecía gustarle sentir el frío hielo mientras que su cuerpo parecía volcán. Cuando se cansó de poner estos cubitos en sus pezones... ¿Adivinen? Jos colocó para ser exactos cinco cubos de hielo dentro del boxer de Alonso.
Y como ya era costumbre le vendaba los ojos...

El menor siempre se preguntaba ¿Por qué siempre le cubría los ojos? Pero lo más raro era que los cubría solo al principio de sus actos. Cuando llegaba la penetración quitaba la venda.

Otra cosa extraña era que, no dejaba que se tocará el mismo.

-Ni lo pienses Alonso-...-El recién nombrado tembló al tono frío de Jos. Sabía porque había intentado tocarse en su hombría pues los hielos se estaban derritiendo en su erecto pene y la frustración llegaba tan rápido que toda su cara y cuello permanecían rojo-

Jos terminó con lo suyo dejando el móvil en la mesa de noche. Alonso no sabía qué hacer para poder sentirse mejor. Los hielos ya estaban por terminar de derretirse y tras eso sus lágrimas tenían mojada la venda negra.

- Mhm... ¿Que debería usar hoy?-

Jos estaba algo indeciso en ¿que juguete debería usar con el menor hoy?¿Látigos quizá?¿Anillos?¿Lubricantes?¿Pinzas?¿Bozal?

Eso es, Alonso odia los bozales y Jos también los odia puesto que no puede escuchar los gritos de Alonso pero... Para él es aún mejor verle sufrir sin poder descargar la adrenalina desgarrando su garganta.

Caminó lento por la enorme mesa de madera reluciente acariciándola con sus dedos hasta llegar a el bozal.

Como ya estaba desnudo desde hace rato, le quedó super fácil hacer todo esto rápido.

Las piernas de Alonso temblaban, de verdad que a Jos se le ocurrían cosas muy elocuentes. El hielo estaba completamente derretido y solo podía sentir el frío en su miembro y ya no era ardor. La cama en la punta de hundió haciéndolo respirar más rápido.

Su boca fue víctima de un redondo suave acompañado de una correa de cuero, lo conocía perfectamente y no podía ser más que un maldito bozal. Los odiaba.

El mayor colocó el juguete tan rápido que Alonso no pudo quejarse tan siquiera, quitó la venda de sus ojos y ahora se miraban.
Las grandes y fuertes manos del castaño tocaron el pecho del menor, su torso, su miembro haciendo que la intensidad de su erección fuera más grande.

-¿No te gusta verdad?-...-El mayor susurró ronco en el oído de Alonso-

El mayor quitó de un jalón el boxer contrario, alzó las piernas del menor dejándolas en sus hombros.

Alonso negó. Odiaba ese juguete.

-Lo sé, te ves hermoso desesperado-

Por lo menos ese era un consuelo.

-Mhm... Mhm-mhmm!-...-Solo se podían escuchar los jadeos desesperados de Alonso-

El mayor estiró su brazo agarrando una cuchara y unos fósforos. Alonso abrió sus ojos a topé al observar como Jos encendie uno de estos dejando que el fuego toqué la parte baja de la cuchara.

**Otra vez no**

El menor no le importaba el dolor puesto que ya era casi inexistente pero no le gustaba que a su cuerpo le siguieran quedando cicatrices. Sentía que se veía feo y despreciable.

En cambio para Jos, eso era lo mejor. Cuando ha la cuchara y el palillo del fósforo se gastó... El mayor espero unos cinco segundos y pego estar en su vientre. Pero al mismo tiempo que pego está en su vientre. Pero al mismo tiempo que pego la cuchara caliente... En ese mismo momento metió su pene completamente en el trasero de Alonso, de esta forma tocando su punto dulce de una vez.

Hecho su cabeza para atrás cerrando con fuerza sus ojos. De verdad que no sabía porqué gritaba, sí era por la cuchara caliente o porque fue embestido salvajemente sin previo aviso.

El mayor colocó su mano en el cuello de Alonso medio ahorcandolo. Movió sus caderas subiendo cada vez más se ritmo contra el trasero delicioso de Alonso.
Sus embestidas eran cada vez más rápidas. Dejó la cuchara para con esa misma mano masturbar su pene. Ya eran tan rápidas las embestidas que la cama sonaba y se oía por toda la casa. Cuando Alonso estaba apunto de correrse la mano de Jos en su cuello fue más fuerte y sentía que Alonso podría dejarlo sin aire en ese mismo instante. Sintió el líquido dentro de él cosa que hizo que mordiera el bozal y poder correrse seguido de sentir el semen de su Jos dentro de él.

Jos apartó su mano del cuello de Alonso y estaba algo rojo con la mano de Jos un poco marcada, quitó el bozal de su boca dejándolo hasta su quijada. Alonso tocía porque le faltaba el aire.
Luego de sentir tanto placer ahora era el momento que más odiaba y era cuando llegaba la resaca de las heridas (así le llamaba él) no constaba más que el dolor luego del placer.

Miró hacía abajo y la imagen de la quemadura lo dejó perplejo, prácticamente es como si esa parte de su vientre no tuviera solución. Su piel estaba alzada en los bordes de la quemada y dentro este se mantenía algo arrugado no muy diferente al de una pasa.

Se quebró.

-¿Que ocurre, lindura?-...-El mayor salió del menor y acariciaba su cabello

-Está... esta feo ahí abajo-...-Señaló la parte afectada-...-¡Auch!-...-Sé quejó cuando tocó un poco su herida-...-Jos ya no querrá tocarme-

Fue más sonoro el llanto

-Oh, cariño, sabés que me encanta hacerle marcas a tu cuerpo, así que no debes preocuparte por eso-...-Mordió sin mucha fuerza su hombro-...-Ya verás que mañana ni se notará-

Con su lengua recorrió las clavículas de Alonso de forma perversa-

El menor asintió sacándose las lágrimas. Ardía mucho pero sentía que era soportable ya que Jos le había hecho cosas peores solo que... No le gustaba tener cicatrices o algo parecido a marcas duraderas o eternas.

Ojalá y para mañana ya no se note tanto

















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⏰ Última actualización: Oct 17, 2019 ⏰

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Sadomasoquista{J.V}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora