Discover me

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─ Pero papá...─ me quejé, provocando un suspiro en él.
─ Tao... Ya terminaste la secundaria. No puedo permitir que sigas vistiéndote así, menos si vas a ayudarme con mi trabajo─ me acarició el pelo ─El hijo de un importante diseñador de modas, no puede vestirse con ropa deportiva todos los días. Y vas a empezar a usar lentes de contacto─ finalizó su lista de órdenes. Bajé la cabeza, derrotado.

Entré a mi habitación completamente disgustado. Siempre había vestido así, no quería cambiar. Llevé las manos a los costados de mi rostro y acaricié las patillas de mis anteojos con cariño. No quería dejar de usarlos.
No habían pasado ni dos días desde la graduación y mi papá ya me estaba exigiendo que cambiara. Sabía que lo hacía por mi bien, porque me quería y creía que era lo mejor para mí. Pero yo no deseaba cambiar. No me molestaba ayudarlo en su trabajo, ya que en realidad todavía no tenía nada decidido sobre mi futuro, así que si quería que lo ayudara, lo haría. ¿Pero vestirme a la moda? No era lo mío.

Siempre había sido de perfil bajo, no me gustaba llamar la atención y me ponían nervioso las personas que lo hacían. En el colegio era prácticamente invisible, y lo agradecía.
Miré por la ventana melancólicamente: Amaba vivir en Corea, era hermoso. Reí al recordar lo enojado que estaba cuando nos mudamos desde China. Sólo tenía diez años y había intentado escaparme para volver a mi país natal, siendo descubierto antes de siquiera poder salir de la casa por mi mamá, ganándome un regaño y un castigo.


***


Los siguientes días fueron pesados. Dos asistentes de mi papá me llevaron a comprar montones de ropa: playeras, camisas, pantalones, zapatos, zapatillas, bolsos, mochilas, accesorios. Compramos como si acabara de nacer y no tuviera ropa en absoluto.
Luego siguió la peluquería, donde me cortaron y moldearon el cabello. Eso no me desagradó tanto: me quedaba bastante bien.
Y por último los lentes de contacto, que eran incomodísimos.


Dos semanas pasaron y ya estaba listo para salir al mundo con mi incómodo nuevo yo. Mi papá se vio complacido al ver el resultado, y me llevó a su lugar de trabajo para explicarme un montón de cosas que, a pesar de que no me interesaban, me esforcé por entender y recordar.


***



Estaba recostado en mi cama, cuando golpearon la puerta de mi habitación.
─ Pase─ dije, dejando a un lado el libro que estaba leyendo y sacándome rápidamente los anteojos. Si era mi padre y me veía con ellos, se iba a molestar. Quería que use los lentes de contacto todo el tiempo, para acostumbrarme más rápido.
─ Hijo─ escuché la voz de mi mamá. Intenté mirarla pero no veía bien, por lo que entrecerré los ojos intentando enfocar ─tu papá tiene una fiesta hoy del trabajo, y vamos a ir con él─ se sentó en la cama, a un costado mío ─Es de gala, te compré un traje y una corbata─ sin cambiar mi expresión, que seguro era ridícula, bajé mis ojos a la mancha negra que mi mamá depositaba sobre las sábanas.
─ Bueno─ le sonreí, mirándola. Rio levemente.
─ Prepárate, en dos horas salimos. Y Tao...
─ ¿Sí?─ pregunté.
─ Ponte los anteojos. Estás mirando hacia cualquier lado, hijito─ volvió a reír y pasó su mano por mi pelo mientras me ponía los anteojos, sonrojado.
─ Perdón─ la acompañé con la risa.
─ Bueno, iré a arreglarme─ se paró, me dio un beso en la frente y se fue.



***



El lugar era muy lujoso. Hombres con trajes caros y mujeres vestidas con largos y costosos vestidos iban y venían, hablando de cosas superficiales y alardeando, no tan disimuladamente, de sus bienes. Bufé disgustado. Nunca iba a encajar en ese ambiente. De repente extrañé mi cómoda ropa, mis anteojos y mi libro, que permanecían abandonados en mi habitación.

Discover me [BaekTao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora