Confía

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- Vine a llevarte devuelta.

¿Por qué?, ¿Llevarlo con él?, ¿Aún quiere cumplir con la promesa que hicieron hace tanto tiempo?

- No. -Fue su simple respuesta.

El pelirrojo bajó la mano que anteriormente eran ofrecida al rubio.

- ¿No?, ¿Por qué no?. -su sonrisa había desaparecido.- ¿Es por qué te traicioné?

- No -volvió a responder. Era más que eso.

- Viajaremos por el mundo. Seremos ricos. -Le volvió a recordar.

- No me interesa el dinero. -su mirada estaba clavada en el suelo y apretaba fuertemente sus puños. Hace tiempo el tener mucho dinero había dejado de importarle como antes.

Fei-Lan lo miraba atentamente. Su expresión era difícil de leer.

- No quiero irme.. -Volvió a hablar Lin. Levantó la mirada. Sus ojos chocaron con los de su antigüo amigo.- ¡Me gusta esta ciudad!, ¡Y las personas que conocí aquí!.. -su mirada volvió al suelo.- No quiero irme de ésta ciudad.

- Si ese es el caso.. -habló Fei-Lan. Su expresión cambió totalmente. Era un completo lunático.- Los destruiré. A esta ciudad... ¡Y a todos tus amigos!

Ese no era el Fei-Lan que conoció, pero siendo sincero. ¿Había conocido a Fei-Lan realmente?

Le era difícil mantener la mirada. Quien tenía enfrente era un psicópata. Y lo sabía, sabía que Fei-Lan era capaz de buscar a sus amigos y encontrarlos, tal y como hizo con él.

No podía dejarle hacer eso. No ahora que luego de mucho tiempo volvió a recibir cariño... Cariño real.

- Cuando acabe con todo lo que te ate a este lugar. ¿Vendrás conmigo, Mao?

El rubio se acercó a él. ¿Iba a aceptar?, ¿Iba a volver a rechazar?... Creo que es muy obvio lo que iba a hacer.

Al estar relativamente cerca, sacó su cuchillo-pistola y atacó.

No trataba de matarlo, tal vez solo un golpe en la cabeza y luego vería que haría con él. Ni vió venir que Fei-Lan esquivaría con tanta facilidad. Tal vez fue muy predecible.

El pelirrojo tomó su muñeca y alejó el arma de su rostro.

- ¿Tratas de quitarme el otro ojo? -dijo, con burla hacia el rubio.

Lin trató de soltarse, al no poder hacerlo fácilmente, trato de darle un golpe directo, el cual también fue esquivado. Aprovechó que Fei-Lan lo había soltado y volvió a atacar.

Trataba de hacerle cortes en cualquier parte, pero simplemente no lograba atinar sus golpes.

- Dime que solo estás calentando. No me decepciones, Ma.. -

Antes de terminar su frase, Lin consiguió hacerle un corte profundo en el brazo.

Fei-Lan soltó un gemido de dolor y cubrió su herida con su mano. Iba a atacar, pero un disparo lo detuvo. El disparo del cuchillo-pistola.

Lin le estaba apuntando directamente a la cabeza.

- No te muevas. -le advirtió.

Fei-Lan sonrió y se acercó lentamente, hasta tener la punta del cuchillo a milímetros de su cabeza

- ¿Vas a matarme?. Hazlo. ¿Realmente eres capaz de matarme por segunda vez, Mao? -Ahí estaba otra vez esa sonrisa de loco.

Sus manos sudaban y tenía ligeros temblores en el cuerpo. No quería matar a Fei-Lan... Nunca quiso hacerlo, pero esto no es como aquel exámen final. No era su vida la que estaba en riesgo, sino, la de esas personas que le demostraron ser confiables, que le demostraron que no todos son igual de crueles y fríos, que le dieron una nueva familia. Ya había perdido a una familia, no iba a perder a ésta.

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